La tuve dentro de mis brazos


Pasaban las horas y mientras mas hondo desde mi cuarto y pecho descubierto
con la abierta camisa y todavía con pantalón, sentado en sillón y envuelto en oscuridad de mi vida…

Sentía, sentía y no dejaba descansar y repetía la acción mentalmente y no podía creer

La linda jovencita de falda ligera y por vestuario tela usaba
no se como llego a mi oficina y al despedirse titubeo un segundo
dio otro paso por acercarse, ya casi oler su pelo vislumbraba lo lizo y hechizante
como mudo, como siempre he sido, siempre echado a un lado por las bellas durmientes

esta con su juvenil porte, mirada discreta y labios para besarlos

llego tan cerca

¡Ah! sufrimiento tan punzante que hoy por la noche hiere mi alma
al recordar como dentro de la soledad de nuestras palabras
también ella dudo, no pronuncio nada y al verme tenia el saco puesto

y

no sabia como después de muerto por el sentimiento de aquel momento
ahora vuelvo y recuerdo en mi febril mente, uno por uno los segundos que recorren el tiempo

cuando me tuviste abrazado…

no fuiste mía y aunque en la distancia al verte pasar, he anhelado tus labios y a pesar
de haberlos tenido tan cerca
solo con tus manos tras mi espalda y brazos apretados
sentía tu olor de pelo lizo y labios penetrantes,…tu boca
como hombre de no muchas experiencias
tus manos detrás, apretadas dándome un abrazo

fuerte te sentí

necio seria si hubiera querido un beso para mas
pues nerviosona ella con su instinto se dejo tirar y sin balbucear palabra
y solo se adelanto y me lo dio...un abrazo

¡ ah !! Sentí como su pecho hacia latir al mío. Mujer ahora de mi sentir y fiera indomable de un amor que perdura hasta que alguien fulmine mis sesos o hasta crea de verdad

...que al abrazo de esta mujer, parco me dejo y un sentimiento tan grande ahora albergo
como hombre para mujer que adoro.

mi pecho
tu aroma
mi flor
ansiedad
nuestro palpitar

En el oleaje de la noche perpetua...
pinto instintivamente en el silencio antes de la antesala del sueño, repito como murmullo
como plegaria
como soneto entrañablemente, repito…

“la tuve dentro de mis brazos y…”