“¡UN PUNK ¡QUE HORROR!”...................................
La melodía del desamor gotea como las lagrimas de un niño ante su juguete roto.
El desencanto y la decepción son ley de vida, por eso mismo, la primera canción que se escribió, aquel remoto primer día, que se cantó por primera vez sin saber que se podía, fue una canción de amor, o debería decir una canción de desamor...
Y el cantor se hizo cantor llorando, y cuanto mas lloraba mas languidecía su triste melodía, que a todos emocionó, que a todos desgarro por empatía.
Y cuando hubo terminada la canción, (que duró mas de dos días, con sus dos noches, frente a la hoguera de la cueva de la tribu) fue tal el éxito de semejante innovación cautivadora, que todos (con gruñidos amables), se apresuraron a pedirle un biss, y el primer biss de la historia fue el nacimiento de la vocación de cantante, de la expresión de sentimientos con la voz...
Y tuvieron que pasar milenios para que un cantante punk (un tal Jhonny Rotten) en el Londres de 1977 llegara a la consecución de la evolución cantora, mediante otro tipo de actitud que descabelladamente se dedicaba a la exaltación de lo absurdo (El absurdo por lo absurdo) en vez de llorar de mal de amores. Y así, ese ser, feo y desaliñado (en vez de carismático guapo y encantador) recitaba con asco, cinismo e ironía un "Dios salve a la reina" para escupir su tedio en cara de todos, para provocar en los demás cualquier tipo de reacción, aunque fuera el inmediato rechazo, y así conseguir demostrar la falta de emociones en las que había sucumbido una ciudadanía social, que demasiado complacida mirándose su redondo ombligo, entre sus desactivadas motivaciones cotidianas, se precipitaba hacia el vació de sus valores(tal como ha sucedido en la actualidad).
Aunque los inventores del punk fueron unos años antes, los ruidosos, atrevidos creadores y desenfadados cretinos “los Ramones”, solo con la llegada de los “Sex Pistols” se derramaron las vísceras ácidas sobre un publico deseoso de emociones descarnadas, descaradas y incipientes, que escupientes sobre sus ídolos se disfrazaban de monstruos de plástico, para asustar como causa y efecto del revulsivo social.
Así fue como se cantaba atacando a bocajarro bocanadas de absurdo para salvar al mundo de su propio caos de absurdo indesliable (tratando de crear un efecto espejo que nadie socialmente percibió), y esto tan disparatado, había sido el avance progresivo de la humanidad, desde aquella primera evocación al amor, que en tiempos ignotos, le descubrió al humano su peculiar sensibilidad.
Aunque por supuesto, este acto de ironía atacando, con apariencia de desidia a la desidia, fue mayoritariamente incomprendido, desentendido e infravalorado, pero es que en esta tribu de humanos, ya había demasiadas personas infestadas con el virus de la indolencia, insensibilidad, falta de sentido del humor y falta de amor al prójimo.
La individualidad había carcomido de intereses, la fragilidad, la franqueza y la ingenuidad (cualidades que se habían convertido en motivo de burla) y el Super-hombre se izaba sobre sí mismo auto-venerándose, por el valor de sus posesiones, estatus y poder adquisitivo, y por mas que el cantor llorase desconsoladamente por la decadencia masiva imperante por doquier, seria desoído, ignorado y apartado de todos por raro, como un punk...¡Que horror!... jajaja..........
¡Que irónica es la ironía!