Voy caminando hacia lugares que mis pies no conocen, aprendiendo cosas que mis memorias tratarán de borrar.

Atrapo entre mis manos, las soledades inmensas de personas que van en el mismo viaje a la muerte. Conozco sangres que viajan por mi cuerpo sin penetrar mi piel, pero la mojan como mangueras sucias.

Cuando acaricio cabellos que estan lejos de mí, las angustias disipan mi sed de besos, de caricias y de temor. Y pregunto a nadie y nadie me responde.

Es hora de despertar ansiosa de sabiduría, ansiosa de un lugar para mí, un lugar donde solo yo pueda morir.