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Diarios de un hombre responsable

¿Recuerdas aquel juguete al que siempre regresabas? Cuando eras niño había un juguete que te cobijaba, que te daba seguridad y que incluso se te aparecía en tus sueños. Por supuesto había otros, estaban aquellos regalos de cumpleaños y navidades. ¿Cuánto te duraba el interés por ellos? Una semana, con suerte dos.

¿Recuerdas el momento en que dejaste de necesitar ese juguete? Probablemente no. Seguramente fue un proceso gradual. Necesitaste cada vez menos ese cobijo, hasta que fue sólo un recuerdo, una asociación de colores, formas, olores y sonidos que, hasta el día de hoy, te evoca un sentimiento extraño, algo cálido, que te hace dibujar una sonrisa y luego sonrojarte frente a tus amigos.

¿Qué misteriosa fuerza cósmica fue tan poderosa como para conseguir separarnos de aquel objeto con el que éramos casi uno? Esa fuerza proviene de nuestro propio cosmos interior, de nuestro cerebro. Se llama madurez. Aquel infeliz momento en que decidimos dejar de jugar y comenzar a hacernos responsables de nuestros actos.

¿Realmente crees lo que acabo de decir? Bueno, yo lo creía hasta hace un tiempo. ¿Qué es nuestro fabuloso mundo moderno, sino una infinita oferta de juguetes para adultos, juguetes para cobijarnos y atraparnos hasta llegar al punto de necesitarlos y creerlos indispensables para nuestra supervivencia? ¿Dónde queda nuestra responsabilidad?

Hace unos años me trajeron a mi celda unos documentos que encontraron en el apartamento en que habitó mi padre. Después de leer los diarios de mi padre, mi opinión acerca de él y de nuestro actuar en el mundo moderno han cambiado completamente. Acá están esos diarios:

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Soy un hombre responsable. Tengo 38 años, una buena esposa, tres hijos, un empleo aceptable en una compañía de seguros y un automóvil del año pasado. Tengo dos tarjetas de crédito diferentes. Mi casa es por ahora del banco, pero sólo me faltan diecinueve años para poder decir que es mía. Soy un hombre responsable.

Vivo en un pueblo pequeño, cerca de la ciudad en donde trabajo. Me gusta la vida natural, leo el periódico los domingos y acompaño a mis hijos a jugar al parque. Mis hijos se están haciendo adolescentes, y es inevitable el contacto con los muchachos de la ciudad y sus costumbres modernas.

Hoy vino el técnico a instalar la televisión por cable. Mi esposa me convenció. Ella dice que nuestros hijos se están aislando cada vez más y ya casi no tienen amigos. Confío en que la educación que les he brindado va a ser mayor a la tentación oculta en los 113 canales disponibles. ¡Hay canales dedicados exclusivamente a películas! ¿Cómo hay familias que permiten la violencia como fondo en las conversaciones normales de su sala de estar? Eso no sucederá en mi hogar.

Anoche vi Casablanca en el 57. ¡Cuantos recuerdos trae esa película! Me soñé junto al piano con mi esposa (bueno, la imagen de ella hace 20 años atrás). Creo que no es tan malo ver una película sana de vez en cuando. ¿Quién es el culpable de todas las evocaciones que ocurrieron en mí mientras veía la película, y luego en mis sueños? Señor director: lo siento, pero creo que usted es sólo un provocador más de ilusiones. El responsable final sigo siendo yo. Aún soy un hombre responsable. Mientras pueda tener el control de las señales que provocan esas evocaciones, sigo siendo un hombre responsable.

Hoy les compré un televisor a cada uno de mis hijos. Si quiero que ellos sean tan responsables como yo, deben comenzar a probarse a sí mismos. Por supuesto yo estaré guiándolos.

Durante el desayuno les pregunté a cada uno de ellos qué programa vieron anoche. Los mayores disfrutaron de un documental sobre la migración de las ballenas azules, mientras que el pequeño vio un programa educacional infantil. ¡Qué orgulloso estoy de ellos! Se están haciendo responsables.

Nunca me gustó el fútbol, pero la posibilidad de verlo cómodamente recostado en mi cama, alejado de toda esa multitud de gritones y cantantes de tribuna dominical, y disfrutando de algo de comida de esa que explota al cocinarse, me atrajo. Ya sé que es domingo, pero mis hijos están viendo sus programas documentales (el domingo los estrenan) Estoy pensando cambiar los paseos al parque para los días sábado.

Fue un partido excelente. Se mantuvo la expectación hasta el último minuto. Como nunca he sido un fanático de ese deporte, no tengo un equipo favorito. Creo que voy a alistarme en las filas de los fanáticos del equipo ganador... los "azules" (olvidé el nombre del equipo, debo averiguarlo).

Anoche pasé por el dormitorio de mi hijo mayor para desearle las buenas noches. Alcancé a ver en la televisión los senos de una mujer de color antes de que él cambiara de canal. Por supuesto no le dije nada, ya que estoy trabajando en la formación de su responsabilidad. Al desayuno de la mañana siguiente, y adelantándose a mi pregunta, él me comentó que había visto un excelente documental sobre las últimas tribus africanas que viven totalmente alejadas de la civilización. ¿Cómo pude desconfiar de él? Creo que he actuado mal todos estos años. Nunca debí prohibirle a mis hijos el contacto con el mundo moderno. Mi ejemplo ha sido tan fuerte en ellos, que su sentido de la responsabilidad está formado desde antes de que yo me diera cuenta. Quizá la responsabilidad tenga un origen genético. Creo que esta noche exhiben un documental de los últimos avances en genética en el 36. Voy a consultar la revista con la programación.

¿Sabían que la programación de todos los canales está disponible por internet? Gracias a que uno de mis hijos me insistió tanto, compramos un computador para la familia. Después de todo ya confío plenamente en ellos y sé que le darán un buen uso. Ahora, gracias a los consejos de los críticos internacionales, puedo seleccionar mejor qué película voy a ver cada noche, e incluso estoy aprendiendo acerca del fútbol inglés, para hacer más internacionales mis domingos.

Anoche soñé que hacía el amor con mi esposa en un tren en Europa. Bueno, la imagen era la de la actriz de la película que vi antes de dormirme, pero yo sabía que era mi esposa. En la mañana ella me comentó que hacía bastante tiempo ya que no nos colocábamos "íntimos". Estuve a punto de contarle que yo lo había hecho con ella en mis sueños y que la seguía queriendo y deseando como siempre, pero justo estaban comentando en el canal de noticias (el 89) acerca de un atentado explosivo en algún país árabe y luego olvidé el tema. Bueno, ella debe saber que aún la quiero. ¿Por algo estoy con ella, no?

Hoy sábado celebramos que hace exactamente dos años contratamos el servicio de televisión por cable. Para celebrarlo en grande, nos compramos un equipo reproductor de DVD y jugamos a un día de películas: cada uno de nosotros seleccionó una película y todo el resto tendría que verla. Fue un día fantástico. Comenzamos a las once de la mañana y terminamos a las once de la noche. Hacía bastante que no compartíamos tanto tiempo en familia.

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A las cuatro de la tarde recibí una llamada en mi oficina. Me comunicaron que mi hijo mayor había tenido un accidente automovilístico por exceso de velocidad, que se encontraba bien y que había bebido. Mi primera reacción fue de rabia. No entendía cómo podría un hijo mío ser tan irresponsable. Luego recordé el incidente de los senos de la muchacha de color y decidí conversar con él antes de formarme alguna mala impresión. Gracias a Dios él me dijo que fue una falla en los frenos del vehículo y que estaba tomando unos medicamentos que afectaban al examen médico que mide la cantidad de alcohol en la sangre. Los abogados de la aseguradora hicieron el resto. Mis hijos son tan responsables como yo. Gracias a la habilidad de mis amigos abogados incluso alcancé a llegar a casa a tiempo para no perderme el capítulo de mi serie favorita (la que dan a las ocho y media en el 34). Luego me dormí tranquilamente y soñé que era el personaje principal de la serie. En esta ocasión me vi obligado a desactivar una bomba nuclear en Egipto y salvar a los ocupantes de un ascensor mientras caía. No me pregunten cómo logré esto último, porque no me creerían.

Mi matrimonio no funciona bien. Mi ex esposa dice que me he olvidado de ella, de la familia y que me he vuelto un irresponsable, ¡Imagínenlo¡ ¿Yo, un irresponsable? No pude soportar que me calificara de esa forma. Yo sé que no soy el mismo de antes, de hecho he aumentado 25 kilogramos en los últimos 3 años. Es ella la que no me desea más. Es ella quien más ha cambiado. Ahora tengo mi departamento de soltero y un fantástico aparato de cine para el hogar. El sonido digital y las pantallas planas gigantes son increíbles y realmente lo hacen a uno sentir dentro de las escenas.

En la mañana, en el espacio de los comerciales del canal de noticias, escuché los mensajes de la grabadora de la semana pasada. Uno de mis hijos está en prisión otra vez. Yo confío en él y sé que es inocente. Ya es lo suficientemente responsable como para solucionar por él mismo el problema, así que no voy a interceder. De todas formas los abogados de la compañía ya no son mis amigos. ¿Cómo se llamaban?

Anoche lo conseguí. Puedo programar mis sueños para que sean la continuación de la última película que haya visto en la televisión. Basta concentrarse lo suficiente antes de dormirme y comenzar a inventar las primeras escenas. El resto lo hace la práctica. Puedo escoger el papel que quiero jugar y sacar y colocar a las personas que conozco como otros personajes. ¡Debieron ver a mi jefe como el alienígena que vencí anoche y cómo lo destrocé! Quizá piensen que este comportamiento representa algún grado de irresponsabilidad de mi parte, pero pueden estar seguros que no es así. Yo controlo mis sueños, yo escojo los personajes y las escenas. Todo está bajo mi control y sé que sólo es un sueño. Después de todo, uno necesita de un espacio en el que pueda desenvolverse libremente, y hacer algunas niñerías que te hagan sentir vivo.

Hoy decidí continuar mi sueño unas horas más en la mañana. El sueño era excitante y realmente me hizo sentir bien. Sólo por que creo que el sueño me estaba haciendo bien es que decidí seguir durmiendo esas horas de más. Después de todo, en todos los años en la compañía, nunca había llegado retrasado.

Hoy ocurrió algo muy extraño. Estaba viendo la película de las ocho de la noche en el 61 y el curso de los acontecimientos no me dejó satisfecho. No sé en qué pensaba el guionista pero perdió una oportunidad única de ganar un Oscar. En el momento en que me percaté del curso del guión, decidí cambiarlo mientras veía la película. No sé cómo lo conseguí, pero continué viendo en mi habitación, en mi equipo de cine para el hogar y con mi sonido digital, la película con el guión que yo quería ver. Al terminar de ver la película intenté apagar el televisor, pero me encontré con la sorpresa de que ya estaba apagado. Me parece que tengo el poder de ver televisión sin necesidad de encenderla, e inventando yo la programación que deseo en cada momento. Mañana voy a volver a intentarlo... ahora estoy programando mi sueño de esta noche (creo que voy a incluir a mi ex esposa, pero aún no decido en qué papel).

Funcionó. Creo que este descubrimiento es mucho más importante que mi actual trabajo en la compañía. Responsablemente escojo faltar al trabajo para seguir experimentando mis nuevas facultades. Me pasé dos días seguidos experimentando. De hecho ya no logro diferenciar si estoy programando un sueño o estoy frente al aparato de televisión apagado, cosa que no me importa, ya que el efecto es el mismo.

Ya no necesito despertar. En mi mundo yo escojo. Escojo bien la programación sólo con películas sanas e incluso invento algunos documentales. Mis hijos estarían orgullosos de mí. Hoy exhibí un documental en que se encontraba una relación directa entre las momias de Egipto y las de Sudamérica. Fascinante.

Cuando estaba proyectando mi nueva serie favorita, a eso de las diez de la noche, escuché un ruido y vi unas imágenes que provenían desde el aparato de televisión. Eran unos policías junto a unos bomberos rompiendo la puerta de un apartamento que me parecía familiar. En la única habitación del apartamento se encontraba el cuerpo en descomposición de un hombre extremadamente gordo con un control remoto en la mano. Me sentí tentado a continuar viendo esa película, pero ustedes me conocen y saben que no admito la violencia y además debía continuar emitiendo mi programación, porque, como ustedes saben, soy un hombre responsable.

Jota

Texto agregado el 26-10-2006, y leído por 214 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
03-11-2006 Este es uno de tus mejores cuentos. Buen manejo de la ironía, pero así es la vida. Hay que ser responsables ¿oh no? patra
26-10-2006 Esto parece escrito escuchando Pink Floyd. Buena alucinacion. Mis 5 para voz. Nohemi
 
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