La vereda inevitable



He caminado durante toda la noche
Por una vereda extraña.
A ratos frondosa
Otras veces heladora
Y esteparia.

Solamente la seguridad de ver
En algún momento algo o alguien
Alimentaba las fuerzas –o la curiosidad-
Para seguir.

Tal vez la codicia por conseguir algo
Desconocido, sin significado.
Algo que he oído decir
No recuerdo donde,
Como no recuerdo casi nada.
Como no recuerdo cual fue el origen
Del camino inacabable.

Es en estos momentos
Cuando te apercibes
De lo importante
De lo desconocido.

Se llama futuro,
Y es la llama que alimenta
La necesidad de continuar,
A los curiosos por ignorancia.
A los codiciosos por avaricia
A los que tienen fe por –que más da-
A los de mantenimiento por obligación
Y aún deseo saber porqué yo,
Mientras reflexiono sin cordura,
Sigo buscando algo que no he visto
Todavía en este camino.


Aguadulce, diciembre de 2006
José María de Benito