Los paseos veraniegos
por aquellas casas de nostalgia,
en la esquina un juego de infantes
que toca la lambada ,
en esta otra perpendicular,
un vendedor de cabritas marchitadas,
al son de la música del mar
los caballos galopando.

Y en la ventanilla de un auto
la ceniza de un cigarro
me parece familiar ,a la nieve de diciembre.
Son así como las memorias ,
quizás la de una puta
me parecen desoladas tristes y abandonadas.
En las calles vaciás esperando un no se que,
esperando su dinero o talvez ,
solo a alguien que les regale un abrazo .
Los paseos por la alameda, llena de transito
Indiferente, poco coherente lleno de dolor.

Desolado bajo el sol ,sus cerebros se disecan como un insecto de museo...
son las manos que fabrican el futuro del ayer,
de los seres cuando nacen
de las armas y las casas
de la pobreza y el pan
de las oportunidades laborales
del periódico y del café...