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Inicio / Cuenteros Locales / dario_b_malik / Introito de La Ciudad Agradecida(Retrato Robot de darío.B.malik)

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Terminado el siglo XX, darío.B.malik ha cumplido cada uno de los retos que se ha propuesto, y otros que surgieron de un modo espontáneo. Escribir para un periódico; establecer un sello discográfico; una editorial; vivir del arte, de su arte; acostarse con cien mujeres. El Ático de Retiro, decorado conceptualmente, a caballo entre el pop art y un desorden surrealista. Él en sí mismo, es la mezcla urbanita, mitad intelectual, mitad sindicalista, y aún un resto de puta carterista. Conseguir vivir de la vocación y el arte, al día, sin más obligación que no agotar su talento, cuando apenas se llega a la treintena, es de puro perogrullo envidiable.

Sin embargo existe en darío.B.malik, un aire nostálgico, casi cansado, que no es reflejo de las drogas, pese a que todas cuantas pasaron por sus manos, fueron al pulmón, el estómago o la sangre. Se ha legalizado, y apenas es un intento fallido de alcohólico y fumador de tabaco y marihuana moderado. Tiene, insisto, el aire melancólico. No es bueno preguntar sobre este hecho al protagonista de esta reflexión. Su respuesta puede llevarnos a inducir que en su cabeza existe algún tipo de desorden.

Según sus propias palabras, como en Harry Haller, el último de los hombres que a la vez fue lobo estepario, hay varias personas en él. Solo que en darío.B.malik cada uno de estos egos tiene papel aprendido, y saben cuando deben desempeñar su papel y tomar la escena.
Darío es el hombre. El ser hecho de sociedad, cuyo objeto a seguir ha sido cien veces trazado y recorrido. Es el camino marcado que tantos otros han tomado. Pero en nuestro protagonista, el hombre social es rechazado por sí mismo.
B es el anhelo romántico, el ser íntimo, artista y profundo que ve como la oportunidad perdida, la flecha lanzada y el tiempo, jamás toman un sentido inverso. Tiene convicciones, y sentimientos de un carácter tan marcadamente inalcanzables, que nos es fácil suponer que es paranoico hasta el extremo de que difícilmente sobreviviría por sí mismo, sin ayuda de los alter ego que le acompañan.
Malik es el crápula, el vividor. El resto de personas son decorados en su vida, que están dispuestos para que él haga uso y disfrute. Ha eliminado el llanto, el arrepentimiento y solo mira al frente. Pero de un modo enfermizo, egoísta y violento.
Y sin que sepa hasta que punto esta multiplicidad es sincera... Hasta que punto uno de ellos tres lo es. Sí a mí me preguntaran, diría que él no es más que el compendio de los tres, pese a que se contradigan. En esa contradicción constante estriba, quizás, el aire extraño de su apariencia, de su casa y de su profesión. El hecho de constatar y secundar ésta, su propia teoría, ha contribuido a que alguno de mis más allegados haya dudado del mismo modo, de mi propia salud mental.
¿Cuál es el motivo de relatar su historia? Quizás sea él mismo, el motivo por el que me preguntan a menudo. No he sabido, o no querido responder de otro modo. darío.B.malik era un hombre que tenía todo cuanto deseó. darío.B.malik vivió La Ciudad Agradecida y la detestó. ¿Será esa su grandeza? Creo que en el fondo he de dar la razón a aquellos que durante mucho tiempo le tacharon de loco, mientras él vivía esta disonancia cognitiva.

Bien es cierto que el adjetivo de genio le viene grande. Pero al igual que todo genio, vive por delante de su tiempo, lo que le hace atravesar un trayecto de odio y venganza de un modo misántropo contra su propia época. La incomprensión conlleva frustración. Y es éste un principio fundamental para la agresión. ¿Qué es si no, el castigo a la propia estima?

En sí, existe una mezcolanza de conciencia social, preocupación por el momento histórico que vive, por mejorarlo, y al tiempo odio y desprecio hacia todo individuo que conoce. Considero a estas alturas, que darío.B.malik solo podría ser solidario con personas a las que no conociera personalmente.

Él mismo define este momento, esta ciudad agradecida, como una bendición que otorga un yugo. El tedio que provoca la sensibilidad, al contemplar la banalidad que le rodea. Al observar el inmovilismo ante la injusticia, unido al sentimiento de culpabilidad por saberse privilegiado... Y no sentirlo.

Un individuo puro, en un estado cuasi psicótico, templado por una depresión, absorto por el aburrimiento, que sin embargo no puede escapar a la interpretación del mundo que se ha dispuesto ante sus ojos. Ese conflicto le ha convertido en una víctima.

darío.B.malik tenía los lacrimales atrofiados, no leía autores vivos y escogía las fichas negras en el ajedrez, al que jugaba protegiendo a la reina. Fue un hombre de fama, alguien que tenía todo, se volvió loco y desapareció. Será esta la versión oficial aproximada. Detrás de todo esto, hay una historia que desvirtúa la frase anterior.

Texto agregado el 11-04-2004, y leído por 264 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
17-11-2005 Muy bueno el personaje, menuda pieza!! je, je, je. Creo que en cierto modo, cada persona encierra una contradicción similar... no somos todo blanco ni negro. Me encantó, pero se queda uno ansioso y espectante ... coño, acaba ya la dichosa obra, que estamos todos impacientes, no te hagas esperar tanto!!!! Un abrazo, y besotes. Y mis estrellazas!!!!! _LUNA_
04-12-2004 Desde luego el tal triple personaje, tiene un superego bastante logrado, se sublima, se destroza y aparentemente una dialéctica que lo puede ubicar como un dilema en sí mismo, a ver como acaba, si acaba.......salud! aaaedc
11-04-2004 Texto introductorio de la novela La Ciudad Agradecida dario_b_malik
 
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