El encarecimiento del precio de la energía, la lucha contra el cambio climático y la escasez de alimentos que hoy se vive en el mundo ( y su consecuente subida de precios en los productos básicos de alimentación), plantean un horizonte de nuevos retos para la agricultura. Por consecuente, las políticas agrarias de los países han de sufrir cambios debido a las nuevas necesidades y la OMC, como pivote en el sistema de comercio mundial, ha de tomar medidas en el asunto.
¿Cómo esta la agricultura delante de esta crisis? Las explotaciones ya están viendo en su balanza económica el aumento de los costes debido a la energía. Las explotaciones ganaderas se han visto obligadas a replantear el modelo agropecuario utilizado debido a la crisis en el mercado de los cereales. Han visto no solo incrementado su precio, sino también su disponibilidad y se han tenido que plantear la reformulación de las dietas de los animales, teniendo siempre presente el máximo aprovechamiento del alimento para no acelerar el cambio climático con las emisiones de C02.
Delante de todos estos problemas, se necesita una respuesta urgente a esta crisis. Mientras los productores están sufriendo las consecuencias y los consumidores han tenido que afrontar una subida de precio en los últimos meses del 45% en algunos alimentos básicos, las reuniones sobre este debate se alargan y los países no llegan a un acuerdo para una posición conjunta.
Todo apunta que esta crisis seguirá en pie de página durante una larga temporada.