Pasión y misterio (participante del certamen Cien IV)

Estaba enamorada de el, pero también la tenía intrigada. Es que Alberto era insaciable o mejor dicho incansable, si hacían el amor dos veces, al rato volvía y podía hacerlo otras dos y con nuevos bríos y entusiasmo como si recién empezara. Eso, siempre luego de una sesión apasionada el se iba por un momento, a tomar agua, al baño, etc; ¿estaría tomando algo? Decidió espiarlo, luego de decirle: “te espero” desde la cama, lo siguió.
Espió desde puerta del baño y vio con horror dos Albertos cruzarse con una sonrisa cómplice.
Tenía un gemelo y ella no lo sabía.

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