TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Vlado / Placebo

[C:3908]

En Jerusalén, un integrista se inclina hacia La Meca un minuto antes de ser mártir a base de calculadora. 1 a 100. Gana el visitante por goleada. Un minuto después, trozos de carne miran a La Meca, otros a la Plaza de San Pedro y el resto hacia la Universidad Hebrea.

En Iraq, un marine ansioso de vengar a su país vacía el cargador de su fusil de asalto sobre el tórax de un hombre con la tez más oscura. A esa misma hora un estadounidense entra en una licorería de Georgetown y mata a un compatriota por los veintidós dólares de la caja.

En Donosti, la cabeza de un guardia civil se deshace al paso de un proyectil de 9 mm disparado a un palmo de su nuca, extranjero opresor de la nación vasca. El ajusticiado tenía dos hijas euskaldunas de 3 y 7 años.

En Francia, un matrimonio mira satisfecho el rostro feliz de su niño jugando con el cachorrito que le acaban de regalar. Ese verano, cuando la familia se vaya de vacaciones, las tripas de Popi se esparcirán por la carretera en cuya cuneta será abandonado.

En Italia, una gran empresa presume de liderazgo en puestos de trabajo proporcionados. El 70% de su plantilla trabaja en las naves de transformación de materias primas radicadas en países tercermundistas en los que los costes de recursos humanos se reducen a la décima parte y el horario laboral es de 14 horas diarias.

La humanidad se devora a sí misma. Rehuimos de nuestra condición unívoca de seres humanos. Formamos bandos, disgregamos nuestra universalidad en regionalismos, partidismos y egoísmos particulares. Cada cual justifica sus actos mediante la demagogia, maquillando sus miserias con palabras como justicia, religión, familia, libertad o patria. Bebemos del placebo de la información sesgada, aquella que reconforta nuestro espíritu y apacigua la conciencia. Eludimos el concepto de relatividad, que vuelve compleja la opinión. Evitamos la doble lectura, la cuál nos llevaría a aceptar el absurdo de nuestras actuaciones. La ignorancia de derecho de la ley ecuménica de la dignidad del hombre, que a nadie debería exculpar, conseguimos transformarla en ignorancia de hecho, eximente ficticio de nuestras responsabilidades.

Madre Tierra agoniza, y nosotros, sus herederos, convertimos en peyorativa nuestra índole de hermanos, rivalizando por la porción mayor de un pastel al que, en nuestra ambición, vamos día a día adelantando su fecha de caducidad. No nos extrañemos, entonces, cuando en la lectura del testamento descubramos que las arcas están vacías y el hedor de nuestras propias inmundicias nos ahogue al fin.

Texto agregado el 10-04-2003, y leído por 483 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
10-04-2003 El peligro acecha. Las voces moralistas se alzan: los biotecnólogos llegan con sus raras cosas que las cosas cambian. Yo estudio al margen de los comentarios y miro intrigado este DNA 99,9% igual al de un chimpancé pero que se porta tan diferente. Un dedo acusador me señala: "No tienes derecho a alterar lo humano" Cada día más me parece que el estado natural del humano es la autodepredación, el atroz canibalismo, el odio y la guerra... ¿Mantener lo humano? Quizás alguien dude de esto más que yo... nos avisa Madre Tierra. UlisesGrant
10-04-2003 ¿ Y qué podemos hacer ? Digo... andueza
10-04-2003 realidad cruel, pero ojo, que yo familia de la Madre Teresa ni jugando, jijiji Gabrielly
10-04-2003 Tristemente real... Saludos Mr. Vladillo =P anonimo
10-04-2003 Está muy bueno, lo comparto todo, un saludo, Ana C. AnaCecilia
Ver todos los comentarios...
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]