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E
ra un día normal en la escuela de Tony, sus compañeros lo saludaron al llegar y el se sentó junto a ellos. Cuando toco el timbre entraron al salón de clase y se sentaron en el mismo asiento de siempre. Durante la mañana, todo marcho bien. Al medio día todo cambio. Tony estaba ansioso, preocupado, pero no sabia porque. Cuando por fin salió de la escuela, corrió a su casa sin despedirse, un gesto de mala cortesía. En el camino, casi al llegar a su casa, tropezó con una piedra y esta le dijo q no le echara la culpa que todo error cometido en la vida cuesta, y que la descortesía es símbolo de mala educación. Abrió la puerta y lo comprobó, algo malo había pasado y su mama no pudo ocultárselo. El hermanito de Toni, José, fue atropellado, todo por culpa de faltarle el respeto a su madre ese día en la mañana. Tony recordó que los errores cuestan, y no se discrimina por edad. José tuvo que ser hospitalizado y al tercer día le dijeron a su madre que podría caminar, pero a su tiempo y que para que lo lograra necesitaba recibir unas terapias 3 días en semana.

-Tony- Mamá, ¿con que dinero pagaras esas terapias? Ese señor no nos ayudara en nada
-Doña Margarita- ese señor es tu padre, y es cierto, no nos dará un centavo. No lo vamos a necesitar tu hermano se va recuperar solo, no va aguantar estar postrado en una cama.
Pero Tony era menos ignorante que su madre, sabia que tomaría tiempo y esfuerzo lograr que su hermanito volviera a caminar. Estaba ansioso, necesitaba encontrar un trabajo urgente, para así, poder costear el tratamiento de su pequeño hermano. Su prima fue a visitarlo, la intranquilidad de Tony no la dejo dormir, se vistió y fue a visitarlo, solo tuvo que cruzar la calle. Al abrir la puerta del cuarto de Tony, el estaba sentado esperándola. Orquídea vio en su mente el deseo de poseer todo el dinero del mundo para sanar a su hermano y pagar todos los errores que había cometido. Y le hizo una proposición:
- Tengo trabajo para ti, pero hay un problema.
- No me extraña.
- Tienes que ser mujer, realizarías labores domesticas, sabes que en ti como hombre no
confiarían.
- No tengo nada de mujer
- Si tienes solo tienes que llorar, cuando lo consigas no habrá duda de que eres una mujer. Te toca, yo ya hice mi parte.
Para Sofía había sido fácil llorar, ella nació siendo mujer aunque en el cuerpo de un hombre, pero ¿Tony? El había sido un macho toda su vida, nunca había llorado y mucho menos planchado, lavado o cocinado. Sin embargo necesitaba dinero y una ayuda nunca se puede rechazar; ser malagradecido también cuesta, el lo sabia y no quería tener que aprenderlo otra vez. Le había tocado morir, cuando se bañaba en un rio con unos amigos. El no sabia nadar y al ver q le costaba salir le tendieron la mano para ayudarlo, pero el orgullo no lo dejo, y fue entonces cuando las aguas dulces lo arrastraron hacia los cocodrilos que le comieron hasta los huesos. Cualquier error por pequeño que sea te cuesta la muerte. No fue hasta que recapacitó en su sueño de muerte, que volvió a la vida.













Al di siguiente Tony pensó todo el día como podía llorar. Trato golpeando paredes y trabajando hasta que se le rompieron los huesos. Pero no logro nada, no era fácil llorar. Supo que no seria fácil ser mujer.
- soy hombre, y nunca he pensado como mujer.
Le decía a Orquídea, mientras esta lo observa a la vez que pensaba en una solución para el problema. Cuando de repente vio la solución en el pasado.
- Invita a salir a Laura. Nada duele más que un rechazo.
Y era cierto a sus 15 años eso importaba mucho, aunque el no lo supiera. Jamás olvidaría la vez en que la chica más popular de la escuela le negó una invitación enfrente de todos.
- ¿Estas loca? Pregunto Tony
- no, y no deberías cuestionarme hazlo y veras que lo que esta experiencia causara, si es que no eres de piedra.
Tony pensó que Orquídea estaba loca pero en el fondo siempre había querido invitar a Laura a comer o al cine, después de todo, la chica era el amor platónico de media escuela. Al otro día lo intento, a la hora de almuerzo localizo a Orquídea y delante de sus amigas le pidió que salieran juntos el viernes al o que esta contesto
- ¿tú y yo? Ni a la esquina, baja de esa nube
Y soltó una carcajada, y todos la siguieron, y echo acorrer. Se escondió bajo unas escaleras, se oculto de todos para no escuchar los comentarios. Sintió como una mano le apretaba el corazón, y como nacía una lagrima de sangre de sus ojos, noto como caían en sus manos marcándolas para siempre. Recordó a Orquídea, entonces entendió. Corrió de nuevo pero ésta vez a su casa. Cuando llego a su casa Orquídea lo esperaba en el cuarto, tenía todo lo que necesitaba para su trabajo, acomodado en una maleta. Sobre la cama hay un vestido y unas medias, se los dio a Tony para que se los probara. El lo hizo naturalmente, como si siempre hubiera sido mujer. Sofía le dio la dirección del lugar, y Tony se fue sin despedirse de su madre.

Al llegar Tony toco la puerta de la mansión que estaba totalmente lejos de la humanidad. La dueña de la casa abrió personalmente llevaba días esperando la nueva sirvienta y le hizo unas cuantas pregunto y le dio la bienvenida Tony, o lucia. Tony debía planchar, limpiar, servir la comida y lavar la ropa. Había otra sirvienta a la que le correspondía cocinar. Hacia gran parte de las labores pero ganaba mucho menos que la cocinera. Tony mandaba dinero a su mama por correo, y sabía que llegaban por las cartas que Orquídea le enviaba contándole que todo andaba bien.

Un día mientras limpiaba la casa tocaron la puerta. Quien tocaba era la hija de la Sra. Inés, Azucena. Tenía la edad de Tony, este quedo encantado por sus ojos negros. Ella vivía lejos de su madre en una torre tan alta que podía tocar las nubes, su madre odiaba tenerla cerca pues solo tuvo una hija para que sus esposo se atara mas a ella. El padre de Azucena murió cuando ella tenia 5 año le dejo toda su fortuna, pero su madre debía administrarla y lo hacia muy bien. Tony fue enamorándose de Azucena, era muy alegre a pesar de que vivía sola la mayor parte del tiempo. A veces el olvidaba hacer sus tareas domesticas pro que se quedaba hablando con ella por horas y horas, pero no pasaba ninguna... en realidad el tiempo se detenía para ellos.




Se llevaban tan bien que Tony no dudo en contarle la verdad. Ella se sorprendió pero no dijo una sola palabra ni expreso facialmente su sorpresa. Se quedo tiesa por unos segundos, quizás minutos. Ella no sabría explicar por que nada le sorprendía y por que siempre había visto a Tony como lo que es y no como lucia. Tony empezó a llorar, algo que desconcertó aun mas Azucena, nunca había visto un hombre llorar, ellos no pueden. Azucena regreso y todo lo que pudo hacer fue abrazarlo y decir
- Ya lo sabía, no se como pero lo sabía.
La Sra. Inés presintió la felicidad de Azucena, le producía nauseas no lo aguantaba y decidió mandarla de regreso a la torre ella misma la llevaba, y no había nadie que cuestionara sus acciones. Tony se vistió como hombre, en ese momento las lagrimas de sangre que estaban grabadas en sus manos se borraron en ese momento volvió a ser hombre. No pudo impedir que la llevaran pero si pudo encontrar el lugar pues el camino lo ayudo mostrando los pasos de ambas. Por un momento no pudo ver pasos. Se escondió en un árbol cerca de la torre hasta que la Sra. Inés se fue.

Cuando intento abrir la puerta, desapareció, rodeo la torre en busca de otra pero no la encontró, no tenia forma de subir, tuvo muchas ideas pero no tenia herramientas para lograr subir, era demasiado alta. Azucena podía verlo y empezó a desesperarse, tenia tantas ganas de estar junto a el que perdió la razón pro un momento, miraba todos lados miraba la ventana, miraba Tony, miraba los arboles, coloco sus manos en la ventana y… cayo como una flor, como una azucena, justo en las manos de Tony, entonces ocurrió por segunda vez fue capaz de llorar pero esta vez no se hizo mujer, pues ya había aprendido que los hombres también lloran.

Tony recordó por que su hermanito tuvo aquel accidente, solo pro decir que las mujeres no valen nada, recordó cuando tropezó mientras corría a su casa, solo por que fue descortés, y la vez que murió por no aceptar ayuda pero esta vez nada había echo solo… mentir para hacer el bien, y aun así la vida no se lo perdono, le quito un amor, su único amor, ya no quería vivir. Tony tomo la flor y la deshojo

Texto agregado el 25-02-2009, y leído por 469 visitantes. (1 voto)


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