Acelere, el ronroneo del motor se escuchaba lejano, casi como en un sueño, brrrrh, brrrrrh, los pedales se sentian delicados bajo mi zapato, la palanca de velocidades parecia dormir, la tarde era hermosa, el cielo rojo y azul, como una postal, todo parecia ir lentamente, como en un video musical, el cielo se volvia de bronce, apretaba fuertemente el volante, aumentando la velocidad, hasta 100, 150 km/h, ahora iban mas rapidamente todas las cosas, lentamente la superficie de mi volante empezo a acurrucarse en mi palma y a deshacerse en dulces gotas doradas de miel, lo intente apretar pero era imposible, esa masa pegajosa y dulce se encontraba toda sobre mis manos, todo seguia bajo control, la miel se derramaba sobre mis pantalones, intente frenar pero al hacerlo note que no solamente el volante se estaba convirtiendo en ese liquido viscoso, mi zapato atraveso la miel que antes fuera el pedal, la miel brillaba con luz propia, dorada, el parabrisas empezo a deshacerse, el capo tambien, podia ver a traves de ellos, como a traves de un cristal de ambar, los arboles, las casas, la carretera, el cielo, todo, todo lo veia a traves de ese tono dorado, era extraño, la velocidad no hacia volar la miel, lentamente el cofre y la lamina del auto empezo a volverse ambar, parecia alguna clase de gel dorado, pero yo sabia que si lo llegase a probar, dejaria en mi paladar el dulce sabor de la miel, alcanzaba a ver el motor, un ronroneo ahogado, como si la miel estuviera dentro de los pistones, dentro de la maquinaria, poco despues perdio sus caracteristicas fisicas y se volvio un hermoso motor de miel, era un sueño... las llantas empezaron a volverse tambien miel, pero esta vez de afuera hacia adentro, cada vuelta que daba, como si pudiera verlas en camara lenta le agregaban una delicada capa de miel a su circunferencia y le restaba su anterior materia, mientras esto pasaba empeze a notar que el carro se acercaba cada vez mas al suelo, algunas gotas de miel salpicaban por aqui y por alla, nada mas, la miel llego a los ejes, lentamente todo el auto de miel empezo a embarrarse sobre el asfalto, vi como la defensa se deshacia bajo el peso de toda la miel que le cubria, el motor perdio su forma y empezo a derramarse por todos lados, el cofre, todo, repentinamente, el asfalto alcanzo mi cuerpo, al parecer solo encontraron una deforme masa sanguinolienta cubierta de un gran charco de miel que inundaba la carretera.