PRINCESA



Tengo una princesa furtiva,
migrante de reino extranjero,
escondida tras la cordillera
del tiempo y la razón.

Por la avenida de la infancia
cabalgando pasiva mi mundo,
invadió las palabras mustias
anidó su presencia tras mi voz.

Ella viene tarde por amparo
me seduce con su eterna cabellera,
bajo su mirada sonriente
esconde tesoros de mi pretensión.

Ella me regala piel morena,
yo tomo sus sandalias voladoras,
entonamos cabales himnos mágicos
y pregono al silencio mi pasión.

Tengo a mi princesa escondida
mientras aguardo los espacios,
entre los pliegues de mi tic-tac
y los vacíos de su tiempo.

Mi reina vacila su existencia
yo la amo lejos, la adoro cerca,
ella me consume sin alborotos
evade los tributos cautivos.