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Thrauco:
Este pequeño personaje, de no más de 65 cms. de altura, es uno de los más conocidos de la mitología chilota. Es un verdadero fauno, enemigo de los hombres y enamorado de las muchachas, en especial de las vírgenes. De aspecto deformado, es muy fuerte; con su pequeña hacha de piedra puede derribar árboles de tres golpes. El Thrauco ama la belleza del paisaje y gusta de las "murtas", pequeños frutos silvestres.
A pesar de su fealdad, es amado irresisteblemente por las doncellas, atribuyéndole sus embarazos y justificando así sus "deslices".



Cierta tarde llegó a Santiago proveniente del sur -de Chiloé para ser más preciso- un personaje bastante particular, ya que era de una fealdad extrema envasada en no más de sesenta y cinco centímetros de estatura. En sus manos traía un cambucho repleto de murtas, pequeños frutos silvestres muy comunes en la zona, los cuales devoraba con gran apetito. Una señora, de esas que no faltan, le comentó a su marido que estaba segura de estar en presencia de Chuky, el muñeco diabólico y contenta con eso, trató de acercarse al tipito para solicitarle un autógrafo. Su esposo alcanzó a sujetarla de un brazo antes que la mujer cometiera tamaña indiscreción pero no faltó el que escuchó tan descabellado comentario y especuló que se trataba del ex presidente Menen que venía de incógnito. Un reportero gráfico intentó retratar al personaje pero este se escabulló entre el gentío y desapareció de la escena. Bueno, la mayoría habrá adivinado que se trataba del Thrauco, un fauno de la mitología chilota, conocido por sus dotes amorosas, ya que no existía fémina que no se rindiera a sus muy ocultos encantos. El hombre venía a Santiago a probar suerte en el modelaje seducido por la declaración de una de sus últimas conquistas que le había dicho que tenía ese no se que necesario para triunfar en las pasarelas. Fantoche como era el tipito, compró un pasaje escolar –el chofer miraba de reojo a tan horrible ser y comentaba con el auxiliar que ese pequeño debía vivir una niñez espantosa al ser el hazmerreír de sus compañeros-y contemplaba con sus feos ojillos el hermoso paisaje. En pleno centro de la capital, intentó fotografiarse para hacer un box profesional con las mejores tomas pero todo fue una inútil pérdida de tiempo ya que cuanta cámara lo enfocó, saltó hecha trizas y los dependientes le culpabilizaban con justa razón ya que era algo abusivo ser tan feo y contaminar tan impunemente la visual. El no se daba por enterado, envanecido como estaba por los elogios de la chica que aparte de ciega, carecía de tacto así que su evaluación de la discutible belleza del Thrauco estaba, por decir lo menos, absolutamente viciada. Así y todo y como se le habían acabado las murtas, optó por buscar un empleo para poder pagar algún alojamiento y tener algo para echarle al buche. Se presentó en una oficina en donde necesitaban un junior y el jefe, después de darle la mano, fue corriendo al baño porque tuvo la horrible sensación que iba a devolver su almuerzo. Una niña que –en cambio- quedó fascinada con la virilidad del tipo, llenó su ficha de ingreso:
-¿Nombre?
-Thrauco
-¿Thrauco cuanto?
-Thrauco a secas.
-¿A secas con h?
El asunto es que al día siguiente el hombre –que continuó pagando pasaje escolar y ahorrándose algunas monedas para comprar semillas parecidas a la murta- gastó la suela de sus zapatos recorriendo empresa tras empresa para entregar documentos. Entretanto conoció a muchas chicas hermosas que caían rendidas ante su desfachatada figura, lo que venía a confirmar que la fama ganada por el tipejo en Chiloé no tenía nada de mito.
Muy pronto se dio cuenta que tenía buena voz y abandonó su agotador empleo de junior dedicándose de lleno a cantar en las boites. Allí encandilaba a las mujeres con su agradable voz y era la envidia de otros artistas que, más favorecidos que él en el aspecto físico, no tenían ningún éxito en sus carreras. Desde Chiloé le fue enviado un correo, encarándole su falta de consecuencia con su condición de mito y conminándolo a regresar de inmediato, so pena de excluirlo de toda enciclopedia temática.
El asunto es que el mal ejemplo del Thrauco fue imitado por los otros personajes de la mitología chilota: la Pincoya se vino a Santiago para presentarse en un cuerpo de baile, el Caleuche fue enrolado en la marina mercante, una bandada de brujos emigró a distintos lugares del país para dedicarse a ver la suerte, Tentenvilú y Caicaivilú se asociaron para hacer teatro itinerante y por último, el gestor de toda esta fiebre libertaria, el famoso Thrauco, cambió su nombre por el de Adrián y ahora se dedica a cantar temas tropicales con su conjunto Los Dados Negros. La Municipalidad de Chiloé ha llamado recientemente a concurso para llenar las vacantes dejadas por los rebeldes…

Texto agregado el 19-05-2004, y leído por 457 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
20-05-2004 ¿nos presentamos la concurso? yo voy como La Pincoya y tu, haber, hum no se me ocurre, tendré que meditarlo. Me hiciste reir, con cada una de tus palabras, estrellas chilotas sobre un curanto con milkao y chapalele, anemona
20-05-2004 Buenísimo¡¡¡ Un super abrazo monilili
20-05-2004 Jejeje, un cambio oportuno, buen texto, besotes AnaCecilia
 
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