Mi poder de definirme y encontrarme me asombra cada día más. Se que soy una persona muy apasionada. Muchas veces me pregunto si pido mucho, pero la verdad es que la mayoría de las veces me conformo con poco. De mi extremo, siempre doy lo mejor de mí. Llevo tiempo cuestionándome si es un problema o una cualidad. Y entre tanto pensamiento siento haberme quedado loca. Quisiera no tener tanto corazón. Fácil se le hace a aquel que no siente. Y entre tanto tratar de no tenerlo, siento que me pierdo. Soy así. Es la esencia de mi. Aceptando públicamente que no puedo cambiar, busco una solución para no desgarrarme. Confieso que me cuesta, y sigo con la cara contra la pared y dándole la espalda a la solución. Y no es que no quiero, es que es simplemente la historia de mi vida.

A veces pienso que mis sentimientos no concuerdan con mis acciones. Se lo que tengo que hacer, pero la incontinencia siempre parece apoderarse de mi. ¿Y quien no pierde la cabeza así? Sigo moviéndome entre el amor y el odio; ya no puedo más.