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Los sacerdotes a las rancherías casi nunca iban, entonces, la gente apurada por la fe y las epidemias navegaban rio abajo y bautizaban en la playa. El mar no tiene palabra de honor y algunas veces, en la bocana del rió las olas encrespadas volteaban las lanchas y la fiesta se convertía en tragedia. Mamá Meche va hasta su tiempo de niña con su mirada y sigue platicando: donde quiera que ponías los ojos había vida, en el cielo garzas, pelícanos, gaviotas, y muchas aves, en el monte rompían el ruido las chachalacas, pero lo que más asombraba era el mar con su rugido y cómo después de cada ola, dejaba peces, jaibas y pulpos pequeños que reptando buscaban el agua. Le digo: entre sueños, mamá, veo la casa donde viviste con mi abuelita. Grandes árboles de Caimito, blanca por dentro, blanca por fuera con el olor del barro fresco, pues a la abuela la veo alisando su piso de barro y arreglando la cocina. Ella me llevaba al parque los fines de semana, esos días llegaban los dueños de los puestos donde vendían trastes. Yo de la mano de ella y rascando el piso con el pie que no era de tierra, sino de arena, y al picotearla sentía el frescor de la que estaba enterrada. En esa casa, dice mamá, se andaba muriendo Enrique, tu primo, si no es por una gata, él no viviría. Fue una gata que llegó de no sé donde y se quedó con nosotros. Enrique tendría cerca de dos años, gateaba y le gustaba meterse debajo de los catres, pero la gata no lo dejaba y le tiraba zarpazos. “Pues que le pasa a esta gata”.dijo mi mamá y se asoma debajo del catre y también le tira de zarpazos . “Gata cabrona después que uno te da de comer ahora me quieres morder” y va a la cocina a traer una escoba, cuando vemos salir a una víbora grande y detrás de ella la gata. Enrique vive por aquella gata. El río de aquellos días era navegable, pues al pueblo llegaban enormes barcos que iban por el plátano, racimos tan grandes como un hombre y cuando no llegaban, decían a la gente "¡vayan a cortar el plátano pero, dejen el racimo, así si vienen los gringos, verán que su fruta no fue vendida!" (Pienso en el río Cazones actual y veo que está anémico, lleva petróleo y basura en sus entrañas y cuando se viene la sequía queda enfermo). Antes, cuando no teníamos dinero para comprar carne de res o de puerco, o chorizo, Decía tu abuelita, “Anda Elvira, llévate la cubeta al río” y a la hora regresaba con langostinos y comíamos eso, eso comíamos cuando no teníamos dinero y ya ves, en esta fiesta que hicimos de la familia y mandamos a traer langostinos, nos sacaron los ojos de tan caro que está el platillo. Mamá yo recuerdo que mi abuela, era delgada con su cabello negro, que se hacía trenzas y después lo ordenaba en su cabeza y sus brazos los tenía llenos de venas. Claro que sí, así era, pero lo de las venas, se debió a que ella dos veces por semana, manejaba su bote y se iba a comprar leña cerca de la bocana. Mi mamá no se le dificultaba nada, a los varones que crió los traía cortitos y ay de aquel que le rezongara. Era dura, muy dura, pero nos enseñó a trabajar y a respetar lo ajeno. Las venas saltadas de sus brazos es por la fuerza que hacía para manejar la lancha entre los rápidos del río, cargar la leña y regresar dispuesta a darnos de cenar y vigilar que todos tuviéramos la panza llena y el sueño a flor de ojo. Era la última en dormirse.
Por las mañanas, entre el blanco caserío, aparte de los cientos de aves que llegaban de no sé cuantas partes, estaba el canto de la primavera y los golpes de la masa con levadura sobre la mesa de cedro. Mamá Camila hacía pan para vender y sostener a los críos, papá, si bien lo teniamos cerca porque vivía en el pueblo, pero su corazón ya no se ocupaba tanto de nosotros.
Mamá Meche queda en silencio, como recordando lo que yo me acuerdo. Mi papá llegó con el carro como si trajera demonios y al instante volvió a irse haciendo chirriar las llantas, pues la calle donde vivíamos era de tierra y en tiempo de aguas de lodo. Después sabría que mamá Camila había muerto, fue cosa de un de repente. En las noche hubo rezos y yo no podía dormir. Antes colgábamos pabellón para protegernos de los moscos y mi nariz empezó a cerrarse. Yo sentía que me ahogaba , pues escasamente podía meter aire por la boca. Así que debí haber gritado y mamá Meche llegó a verme. Poco a poco fue cediendo mi angustía y qué dolor para ella, su hijo requiriéndola y mamá Camila en el ataúd.
En eso debió de estar pensando...

Texto agregado el 01-10-2009, y leído por 536 visitantes. (17 votos)


Lectores Opinan
01-01-2010 La estrechez económica y las condiciones de vida del momento se yerguen en estas memorias con la belleza de la narrativa a la que nos has acostumbrado a recibir de ti. Sensibilidad, sentimiento e imágenes se entremezclan en la pieza de forma inteligente para que el lector se involucre en la escena y se sienta parte de ella. Mis respetos para tu abuela, tu señora madre y para ti. Dainini
31-10-2009 Que hermosa es la pobreza, cuando esta bañada en dulces felicidades y recuerdos tambien!! te felicito... como siempre tus escritos llenan de armonia a mí querdido corazón besitos NILDA yo_nilda
11-10-2009 ¡Qué lindo!, uno podría estar en un patio de tierra, sentada en una reposera escuchando esta historia de vida...Hermosa lesu
10-10-2009 5*! _Murov
08-10-2009 Conmovedor y muy muy tierno. entresuelos
07-10-2009 bellos recuerdos. Muy buen relato, las imágenes llegan claras y vivenciales al lector.******** tequendama
06-10-2009 Un relato pleno de recuerdos intachables. Se lee y se disfruta de su lectura, mucho!Un gran abrazo! josef
04-10-2009 la primera lectura conmueve y esta segunda me hizo estar presente enmedio de los personajes como unGracias me voy plena ,aunque triste la vida siempre es digna de ser vivida cuando uno esta rodeado de amor .Las estrellas que ahora te dejo son virtuales pero se que vos las vas a sentir*********** shosha
03-10-2009 Espectacular cuento repleto de ternura y de emociones encontradas. Gracias por traernos a tu valiente abuelita Camila. Mis cariños a vos y a tu Mama Meche. makiu
03-10-2009 Conmueven estas palabras que llegan hasta el alma.Las palabras finales una imagen inolvidable por su potencia y dolor.******************** almalen2005
03-10-2009 Excelente cuento donde nos llevas al pasado de la mano de está abuela heroína para su época. Nos llenas de emociones y gratitud para los que nos allanaron el camino. flop
02-10-2009 Un bellisimo recuerdo y una semblanza muy bien lograda de ese ser tan especial,evidentemente fue una mamasa .Un cariño amigo ,me encanto ********* shosha
02-10-2009 está muy bueno!!!!!!!!!! YO-SOY-ASI1
02-10-2009 Excelente. Son recuerdos que se sienten propios. Saludos. 5* Azel
02-10-2009 Me conmovieron esos brazos con venas dilatadas y ese mar que no tiene palabras de honor. Excelente rub. Un beso lilianazwe
01-10-2009 Hermoso, placer leerte , mis***** nanajua
01-10-2009 Como hermosas gotas de rocío sobre las flores del amanecer, has ido salpicando con tus recuerdos, estas letras tuyas, que calan hondo en el corazón.Mil estrellitas coloridas y un beso. Ma,Rosa. almalen2005
01-10-2009 Es de tu vida real?, me encantó, es bien sabido que los recursos se van muriendo de apoco y pensar que el río traía cuánto quisieras y ahora por dinero que antes era gratis te haces sin es que puedes de un pulado. Y claro esas mujeres trabajadoras y las que mantenían todo como hoy ya no es costumbre. la gata, los animales que son amados devuelven el amor con cuidado, uno piensa que por ser nuestros hermanos menores no son capaces de nada, crazo error..es una notable narrativa la que siempre nos entregas....5 A propósito, qué es la bocana? online
01-10-2009 Amena narración que me mantuvo entretenido y que me ha dejado un grato sabor de boca. Un gusto saludarte. Jazzista
 
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