Tengo la esperanza dormida, esperando en un rincón de mi alma.
Hoy –fue casi un milagro- abrió los ojos meditabunda para encontrarse con la sonrisa de luz de tus ojos despiertos. El candor de un abrazo presentido le hizo despertar de nuevo. Una voz reconocida, unas palabras amigas prendieron una vieja llama que estaba oculta en mi interior.
Viejos sentimientos olvidados que tu presencia me trajo. Lazos de amistad envejecidos por el tiempo y el humo, regresaron contigo esta tarde. Tantas palabras de afecto, largas conversaciones a media noche, risas privadas y fugaces, secretos a voz en grito... La bondad de lo ya conocido. Me has traído tanto amor olvidado, enajenado.
Me desborda el corazón de alegría de saberte de nuevo en mi vida. Se han llenado de repente los vacíos existentes, no importan ya los meses que llevaba sin verte. Miro tus ojos alegres y las horas compartidas vuelven de golpe...
Regresa a la vida mi esperanza dormida, y en un abrazo me desprendo del tiempo que ha huido entre kilómetros y un silencio partido. Mi corazón triste hoy de nuevo sonríe, tu visita llena de luz mi esperanza. Y el alma se expande... no cabe en sí de gozo.