Dime el tiempo que transcurre en ese lugar
llamando sueño a un puñado de verdad.
La infamia de los caídos en océanos de cristal,
ponderan sus reliquias en museos de verdad.

El fuego del misterio en el altar,
consume las mentiras dadas por piedad
y en el remolino de sentimientos queda atrás de verdad.

El cuerpo corre, la mente se abre,
¿y tu alma dónde va en pedazos de un viento que es de verdad?

Que maldición en fósiles perdidos,
el mas valiente pide consejo a los malos espíritus,
desdeña la inclemencia de santurrones benditos,
está atrapado entre mentira y verdad.

En el juego del poder, su alma grita,
con la lengua atravesada por la flecha de Babel.
Aquellos que volaron a un territorio lejano,
sepultan sus costumbres a los días de hoy.

Entre las sombras vi tu cuerpo,
codeándose con el misterio,
sentí el regocijo de quien ve pasar un féretro.

Hace años te sepulté, en mis recuerdos,
y aún conservo la luz que abre la puerta,
cinco siglos han pasado y aún te observo en un cuadrado.