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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-La rosa y la declaracion de amor en la noche-.\" Capitulo 7

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“Las espinas de la rosa”
-La rosa y la declaración de amor en la noche-
VII

-Al terminar de vestirme y de alisarme mi cabello mire por la ventana después de correr las cortinas y abrirla, la brisa fresca que entraba por ella me daba en la cara y me senté en la silla de mi escritorio mientras contemplaba la nota de Mónica. un suspiro salió de mi boca y jugo con la hoja mientras se ondeaba.
Salí de mi habitación y al abrir la puerta la presencia de la señora del aseo que tenia los uniformes de Lei y míos llego para entregármelos, además de que ahí se encontraban Jimena, y mis otras nuevas amigas. Todas me saludaron y me dijeron si quería bajar con ellas a desayunar, ahora yo estaba en un aprieto ya que Mónica me vería en la cafetería a la hora del desayuno, así que no podía decir que no podía porque no tenia hambre, ya que seria una mentira que se descubriría al entrar con Mónica la mejor opción por la cual podía optar era el decir que iría con alguien, claro que tendría que omitir el nombre de la persona con la que iría, “si, eso era lo mejor”, pensé.
Sin embrago no se si tenía un letrero del tamaño de un espectacular en la frente con las palabras rodeadas de luces de neón para que las demás la leyeran, y claro que ellas se me adelantaron pero Jimena fue la que hablo:
-A menos que ya tengas con quien ir, en ese caso no vendrás con nosotras, ¿verdad?
Solo rogaba porque no dijeran el nombre de la persona que tenían en mente, aunque era más que obvio que lo sabrían, y si, si quieren saber ellas lo dijeron.
-¡No me digas que es Mónica!, en verdad te has decidido por ella antes que ver que cualidades tiene Judith.- me dijeron todas.
-¿Eh?, no creo que sea una buena idea decir que yo estoy con Mónica o con la señorita Judith, ya que no es del todo cierto.- respondí.
-Es….muy sospechoso, Natalia.-dijo Erika, mientras alzaba la ceja derecha y medio fruncía el ceño.
-¡Ya, ya!, vámonos, de seguro Natalia tiene cosas que hacer. Bien-dijo Jimena dirigiéndose a mí- nos vemos Natalia, ojala luego podamos comer juntas de nuevo.
Y diciendo esto se fueron por el pasillo, yo estaba en la puerta con los uniformes en ganchos, así que antes de bajar decidí colocarlos en el armario, así que lo abrí y coloque el uniforme de cada una de nosotras en su respectivo sitio, y cuando yo terminaba la puerta sonó de nuevo. “De seguro son ellas de nuevo”, pensé y me dirigí a la puerta para abrirla; no se si toda mi vida giraría a lo que pasara en la cafetería o en la puerta de mi habitación ya que al abrir la puerta, Mónica estaba de pie afuera de mi habitación recibiéndome con una rosa roja recién cortada y yo la mire para que ella-ya que es un poco mas alta que yo- me mirar desde arriba y con su mano alzara mi barbilla y su boca se posara nuevamente sobre mis labios.
-Buenos días, princesa Natalia, he venido por usted, ojala le agrade la rosa que le traigo esta mañana.
Me quede callada y mas bien perpleja al oír lo que me decía, después de ver mi cara de asombro, Mónica comenzó a reírse.
-Ja, ja, ja. No puedo creer que te pongas tan seria por lo que acabo de decirte Natalia, venga ya no te pongas así y vamos a desayunar. La verdad hoy te ves muy hermosa tus ojos hacen que todo lo que te pongas convine de maravilla.
-Mmmmm, gracias, pero no necesitas regalarme rosas todos los días, no quiero que te metas en problemas por mi culpa así que…….
-Descuida, las llaves las conseguí del viejo Ignacio así que no hay problema, pero no me has dicho si te gusto la rosa.-me dijo
-¡Oh, si, esta muy hermosa!, gracias.
-Bien, vamos a desayuna, luego veremos que hacemos, ¿te parece?, te llevare luego al invernadero ya que el vigilante me tuvo que recoger las llaves y no pude convencerlo de que me las dejara hasta mañana, así que las conseguiré de Brenda.
-No, en verdad no es molestia…el….que, ¿Qué te pasa?-pregunte mientras veía su cara con una expresión de formalidad.
-¿Leíste la nota?- me pregunto
-¡¿Eh, si?! si lo hice, pero aun no se que tiene que ver la nota con…….
-Y, ¿Qué dice la nota?, no dice algo acerca de que “te rindas y me aceptes de una vez”.
Me puse toda seria, si recordaba lo que decía la nota pero lo que me molesto fue el hecho de que ella creyera que por solo dormir conmigo esa noche yo le pertenecía, así que le puse en claro.
-No creo que tenga que decírtelo Mónica, pero el hecho de que yo te haya abierto la puerta y pasara lo que paso ayer, no significa que yo soy……tu sabes, tu pareja, la verdad no se que pensar, así que no quiero que te busques problemas por mi, por favor, si en verdad me quieres como dices creo que lo mejor es que no te apresures y me dejes pensar las cosas mas tranquilamente y no se…………tal vez te quiera.
La parte de “tal vez te quiera”, salió de mis labios casi a regañadientes mientras baja la mirada y mi voz se distorsionaba que parecía ser que dije todo menos lo que estaba pensando, así que compuse mi cara cuando la levante de nuevo para ver a Mónica y ella parecía estar mas asombrada por mi respuesta tanto que me dijo:
-Perdona, la verdad otra vez me excedí, así que yo tratare de ser paciente, así que me voy….
Y justo cuando ella iba a darse la vuelta para caminar por el pasillo alfombrado, instintivamente la agarre del brazo. Cuando ella se volteo para verme yo me que de atónita, no sabia el porque lo había hecho y la solté rápidamente para reponer con palabras mi acción ya que si lo dejaba así, ella pensaría que obraba de una forma pero predicaba de otra ya que se prestaba a inferir que yo me hacia la difícil.
-¡Eh!, pero, ¿no habías venido por mi para ir a desayunar?, ¿Cómo es que ya te vas?, además me estoy muriendo de hambre, así que vamos antes de que recojan todo…… ¡Ah, si!, ahora me tocan comprar las bebidas, así que…… ¿Qué es lo que quieres?, ¿un jugo o un café?....pero que tonta se me olvido que a ti te gusta el jugo de durazno.
Ella solo se sonrió y me dijo:
-Cualquier cosa que me des esta bien para mi, así que vamos, no perdamos mas el tiempo.
Mis mejillas se pusieron rojas con estas palabras que Mónica me había dicho, tanto que no tenia el valor como para verla a la cara por el bochorno que estaba sintiendo, así que la seguí mientras yo caminaba detrás de ella.
Vestía ese día una blusa negra de mangas negras y unos pantalones blancos de vestir con unas zapatillas de piso que parecían muy cómodas, y dejándose su cabello negro y sedoso suelo mientras se mecía de izquierda a derecha al bajar por las escaleras. En la planta baja ella espero a que yo la alcanzara y me abrió la puerta para después tomar mi mano y entrelazar sus dedos con los mío y caminar juntas el pavimento de adoquines rojos hacia la cafetería.
Ingresamos ahí y nos sentamos después de coger las bandejas con el desayuno y la comimos, no preste atención a las miradas de Jimena y de las demás internas, aunque ellas ya sabían que iría con Mónica. Al terminar de comer salimos de la cafetería y caminamos por toda la escuela, en si le dimos la vuelta como tres veces, encontrándonos al viejo Ignacio primero en la entrada de la escuela cerca de su casa, la segunda por donde esta el edificio de las actividades extracurriculares rodeado por la valla metálica y donde esta la alberca de la escuela y la tercera y ultima cerca de la capilla que el cada domingo limpiaba en su interior cerrándola no con llave, ya que por eso Lei decía que aun se podía entrar en ella, aunque al parecer en la historia del viejo Ignacio pareció omitir este detalle ya que me había mencionado que todavía estaba cerrada, no se si a las alumnas en general o solo a una persona.
En si cuando pasamos por ahí, Mónica vio al vigilante salir de la capilla, se puso seria y quería apurar el paso, esto aun confirmaba la historia que me había contado el viejo Ignacio., seguimos andando hasta terminar en medio de unos arboles cerca del invernadero que nos refugiaron con su sombra, aunque no fue por mucho ya que las nubes se conglomeraron después en el cielo, presagiando que pronto al temporada de lluvias se aproximaría. Mónica y yo nos sentamos, y aunque yo quería estar separada de ella por algunos centímetros o por lo menos unos metros, ella no lo permitió, de tal modo que ella se recargo en un árbol y yo estaba sentada en medio de sus piernas. Ambas nos quedamos viendo el paisaje y una que otra mariposa con algún colibrí que volaban por el invernadero. Mónica jugaba con mi cabello mientras yo sentía nuevamente su respiración detrás de mí, esta vez no hizo nada por así decir perverso que me sacara de mi homeóstasis y me pusiera en otro cambio como el de la noche anterior.
Yo hice la platica, y le conté acerca de mis clases y de mis otras escuelas, además de mi familia; del como perdí a mi madre cuando naci y de mis hermanos. Del noviazgo de mi hermano Arturo y su novia Lorena, además de mi hermano Marcos y de su fascinación por chicas que tengan en su nombre la letra I como inicial-aquí ella bromeo acerca de presentarle a Irais, aunque yo creí conveniente no hacerlo, ya que si esa chica que ni siquiera conocía me odiaba a mi sin una razón totalmente valida, me odiaba de esa manera, a mi hermano lo aniquilaría- también le platique acerca de mi hermano Juan y de su fama en los negocios. Todo esto lo escuchaba Mónica, sin embargo me pico la espina de la curiosidad y quería saber acerca de la familia de Mónica, ´por lo menos más de lo que ya sabía por lo que me había contado Lei, pero vi que ella mostro algo de resistencia cuando toque el tema así que le dije:
-Mmmmm, Mónica….te molesta que te pregunte acerca de tu familia.
-No, no me molesta, es solo que no me gusta hablar de mi familia mucho, pero cuando quieras, menos hoy te lo contare, ¿te parece? Pero volviendo a otra cosa, dime Natalia; ¿ya han elegido a las persona que participe en la elección de este viernes para ser las representantes de primer grado?- me pregunto
-Pues, no, me parece que no, así que no se si en otros grupos se hayan elegido, ¿Por qué?
-¡Oh, no!, no es por nada, solo sentía la curiosidad de preguntártelo. Y ¿ya has elegido a que actividad te incorporaras?, recuerda que tienes esta semana.
-Pues no, aun no lo he hecho, creo que me inscribiré a creación literaria, ya que me gusta escribir poemas y cosas por el estilo. respondí
-¡Ah!, ya veo, ojala, me dejes escuchar algo cuando escribas. Sabes que la madre de Brenda es Consuelo Arriaga la poetiza, ¿te gustan sus poemas?
Fingí sorpresa, ya que Lei me lo había contado con anterioridad pero el hecho de que ella lo mencionara me sorprendió.
-Es que en tu escritorio tienes dos libros de poemas de ella, así que supuse te gustaba, tal vez logre conseguirte un autógrafo un día que Brenda no este de malas, ¿Qué te parece?
-En verdad harías eso por mi, enserio te lo agradezco, no tengo palabras para decirte que estoy feliz.- decía mientras giraba un poco la cara hacia ella.
-No hay problema, el que tu estés así me alegra, además yo haría cualquier cosa por ti.
Y furtivamente me dio un beso en la mejilla que no rechace, solo se que pasamos ahí las horas platicando, y ella me escuchaba, no recordaba de mis escuelas anteriores que tuviera tan buenas amigas como las que tenia ahora, es decir Lei, Alejandra, la durmiente y observadora Ivonne, Franchesca y su habilidad musical que rivalizaban con la de Ivonne y mis nuevas compañeras de tercer grado así como las que había formado en mi salón; claro que por otra parte estaba las que me odiaban como Irais y Brenda-aunque esta estaba en duda- y no se si incluir a Vanesa ya que no lo sabia de que lado estaba tratando de ayudar mas, pero creo que si ella no me hubiera mentido-seguí creyendo en la hipótesis acerca de que ella fue engañada por Mónica- no había podido conocer mejor a la chica que tenia detrás mío y que es muy dulce en sus palabras y aunque yo no lo diga y apenas este conociéndola, me hacen caer a sus pies y derretirme como u n helado en pleno verano. Sin embargo aun no sabía lo que pasaba con Judith y sus proposiciones y no lo quería saber, pero dios es el que sabe y nosotros como creaciones tenemos que seguir esta vida sin saber nada y atenernos a lo que pase, al menos eso es lo que creo.
Mire mi reloj después de estar sentadas ahí sin nada que hacer, las 3:15 de la tarde, no sabia donde se habían metido casi cinco horas de mi vida, pero Mónica no quería regresar a los dormitorios y mucho menos tenia hambre y yo tampoco así que me convenció el quedarnos un poco mas mientras cambiábamos de posición, pero ella se acostó en mis piernas y empezó a dormitar.
Su fisonomía era muy bella y tan tranquila mientras dormitaba; sus cabellos en la frente jugaban cuando una pequeña brisa se presentaba ante ellos. La ternura que desprendía de Mónica me conmovió, ella esta dormida y sus labios rojos me tentaban y mi deseo por sentir esos labios una vez mas me motivaban a robarle un beso, no tenia por que enterarse, así que mi boca se poso sobre la suya y nuevamente ese sabor a fresa de su labial se impregno en mis labios.
Estaba contenta y no sabia porque, solo pase ahí un buen tiempo admirándola para ver como dormía, hasta que ella se despertó, la salude y me dijo si se perdió de algo, yo le dije que no, pero mi secreto era el que le había robado un beso uno de los tres que ella me había robado casi a la fuerza pero con la diferencia de que ella no lo sabia.
Nos incorporamos y dirigimos a los dormitorios y al ingresar a ellos Jimena estaba contestando el teléfono, para decirme después que la persona con la que hablaba era mi hermano Arturo, así que dejando a Mónica cogí el teléfono, le agradecí a Jimena el gesto y al contestar observe donde estaba Mónica y ella se había marchado, un hola del otro lado de la línea me trajo de nuevo a la realidad.

Texto agregado el 16-12-2009, y leído por 75 visitantes. (1 voto)


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