Soy un caballero medieval que como Don Quijote me enfrento a los gigantes de las ocaciones perdidas y en mi tiempo libre pinto los restos de barcos despedazados que han naufragado, lanzandoles a la vez semillas de plantas diferentes que no conozco y que nunca he visto crecer porque no me quedo en un sólo lugar y eso el sol lo sabe como nadie.
Tambien soy el fugitivo que ha escapado de una cárcel donde dos espejos colgados frente a frente lo replejaban infinitamente y ahora está corriendo libre por las calles sin miedo a los autos, sin miedo a ladrones o a pleitistas que cuando está cansado y agitado se sienta en cualquier vereda con los pies en la autopista y antes de continuar con el escape pinta sus ideas escondidas, esas que no debieran avergonzarle pero lo hacen, las pinta en alguna pared urbana o de vecino como marcando su recorrido.
No soy un loco o alguien diferente, soy un mediocre como cualquiera lo ha sido alguna vez, me gusta la indecisión porque me hace pensar, me gusta el equilibrio entre el bien y el mal. Busco al mejor hombre porque no creo en cosas perfectas, fantasias, aunque admito que son bonitas y motivadoras pero son sólo eso: fantasias.