Cada dieciocho de Enero, el caminante descubre su hilito transportador, lo toma, y lo amarra en su abrigo. Este hilito se tiñe naranjo y le guía con pequeños empujoncitos por el bosque, sin luz ni sombra ni pajaritos cantores, solo el hilito se ve, como en pizarra negra con trazo recto anaranjado.
El caminante se pregunta cada año, ¿porqué caminar?
El hilito le responde, tirando mas fuerte.
El caminante se tropieza, el hilito se detiene, el naranjo comienza a brillar y muestra piedra provocadora de caídas. El caminante la mueve del camino y sigue, sabiendo que despues de cada piedra, el hilo se corta, el camino se termina y el caminante deberá construir su nuevo hogar allí, hasta que un año pase y el hilo regrese, de su largo viaje, desde el sol.