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Resiliencia.

Antes de la salida del sol una mujer de piel oscura corría velozmente por la calzada de una avenida de Santo Domingo para colocarse en su puesto de trabajo antes que se le adelantara el chinero; el cual le estaba disputando dicho lugar que estaba ubicado debajo de una escalera de concreto de un enorme puente peatonal que cruzaba la autopista Duarte.

La mujer llevaba consigo una niña que parecía su hija, colgaba de un brazo casi guindando, mientras que en el otro llevaba un cartón sucio y una vieja cartera muy maltratada en la mano.

Desde muy temprano procuraba colocarse debajo de la escalera del puente por donde pasaban millares de personas, la mujer carecía de educación, con facilidad se podía notar, además hablaba un pésimo español y con dificultad.

Tenía conocimientos que le eran útiles para sobrevivir, tales como: conocer aspectos de la sociedad dominicana que le ayudaba a ejercer muy bien su trabajo.

Ubicada en su puesto mucho antes que los transeúntes empezarán a recorrer las calles con sus recios pasos, lo hacía con la única herramienta laboral: la niña de la mirada perdida. Una niña que aunque no era ciega lo fingía perfectamente, engañando así con facilidad a los que cruzaban por donde ella estaba.

La niñita no llegaba a los cinco años, era del mismo origen que su tutora, aunque no eran parientes, por la forma abusiva en que era tratada la criatura, sometida a duras y crueles jornadas de trabajo donde tenía que permanecer en un lugar fijo hasta más de quince horas corridas, que más que jornadas de trabajo eran torturas inmisericordes.

La pobre tenía que aguantar aire, sol y sereno, y simular pacientemente una falsa ceguera acostada en el rustico suelo encima de un cartón sucio y mal oliente.

La carita lánguida y afligida la mostraba al público para que no se escapara de la culpa que tenía que pagar por mirar un rostro que partía el alma en mil pedazos.

La pobre niña se tenía que mantener en una misma posición casi por días enteros, como si estuviera petrificada, o como si fuera una estatua negra hecha en honor a la esclavitud, se mantenía sin importar el fuerte sol que hacía en el lugar en los días calientes de mi país tropical.

No eran pocas las veces que les rodaban las lágrimas por las mejillas sucias de polvo y humo, cayendo cada lágrima pintada de negro en el asqueroso cartón.

Los rayos de sol no tenían condolencia de nadie ni de nada, pero aun así ella se mantenía en su posición tranquilita, sufriendo con valor días tras días, obligada por su compatriota (que por cierto se veía fuerte y muy apta para trabajar), pero se sentía mejor recolectando algunas monedas que la gente lanzaba al caminar cuando se veían con el alma partida por haber observado de reojo a la pequeña que siempre daba compasión.

Esos pesos que muchas veces rodaban por doquier eran precisamente el más grande estimulo que tenía la fuerte mujer para no trabajar, por lo cual cada día ponía mucho más empeño en su fácil trabajo y mucho menos condolencia en la niñita que ella arrastraba hasta el puente peatonal.

Niña que muchas veces estaba llena de llagas contaminada de humo de vehículos y polvo de la calle, difícil de sanar, pero no sanaba por el duro sometimiento a esas jornadas de castigos que eran sumamente abusivas, donde primero tenia que aguantar el fuerte frió de las madrugadas que la hacía temblar cruelmente a la intemperie, luego el fuerte sol de un país caribeño que le tostaba la tierna piel, por ultimo otra jornada de frío en las noches de frías brisas, sin contar todo el humo que tragaba, el polvo que respiraba, la lluvia que la empapaba.

Una noche de frías brisas en la cual no le había ido muy bien a la señora que recolectaba el dinero, se le acercó un hombre de una forma extraña, ella no se dio cuenta de eso ya que estaba recogiendo todo para irse (el cartón, la cartera y lo que ella más quería)

La fuerte mujer se disponía marchar a la parada de guagua para abordar la próxima que saliera, la cual la llevaría hasta el barrio donde tenía su casucha construida de zinc por todas partes, las paredes eran de zinc, las ventanas selladas con zinc, sin baño o sanitario, sin ventilación alguna y con una sola puerta, la cual también era de zinc. Una vivienda sin comodidad pero con calefacción.

Entonces, aquel hombre misterioso la detuvo repentinamente, totalmente inspirado colocó una rodilla en el suelo y levantó su mano izquierda al cielo y le recitó:

Busco en mi trópico un amor caribe,
Tan caribe como la sangre, de mi raza aborigen,
Que tenga piel canela resistente al fuerte sol,
Y que coma en jícara casabe de mi corazón.

Que coseche en mi conuco versos de mi Quisqueya,
Y que siembre para siempre amor de primavera,
Que en mi canoa de caoba, visite a Guanahani,
Y con una flor Cacatica en las manos salude la bella Haití.

Que se acuerde de Caonabo junto a su hermosa Anacaona,
Y se arrope con el pasado de Enriquillo allá en la loma,
Que baile mis areítos tocando sus maracas,
Y dando sus pasitos observe a la hermosa Habana.

Que conozca los caciques, las tribus y los bohíos,
Porque de lo contrario no sabrá de lo que digo:

Recuerdos que están volando, como el espíritu taíno,
Y que nunca volverán a formar sus grandes tribus,
Tribus que desaparecieron, junto con su honor,
Y solo ha quedado, tristeza, sangre y dolor,
Dolor que nadie ha sentido porque su raza se ha extinguido,
Y el hombre blanco no sabe, porque se escucha el gemido.

La negra con la prisa que tenia no puso la más mínima atención a lo que el hombre inspirado le había recitado, además no entendía ni papa de todo lo que escuchó en un tono muy varonil y poético, por lo tanto continuó su camino como si nada hubiere pasado, mientras que el hombre se quedó totalmente desilusionado, con el rostro entristecido y el corazón trozado.

La niña de la mirada perdida a pesar de todo no se sentía mal ni mucho menos, todo lo contrario, se sentía muy feliz con su critico estilo de vida, no porque le gustara el sufrimiento, sino, porque su instinto infantil le aseguraba que en su patria natal las cosas estaban peor.

La verdad era que ella prefería mil veces seguir haciendo el papel de ciega y no volver a un país que estaba muriendo poco a poco, aunque estaba conciente de que era muy critico su estilo de vida y totalmente abusivo, (les juro que nunca se quejó), total no tenía con quien, porque para esos asuntos tan sencillos no hay Naciones Unidas, ni derechos humanos, ni nada de esas pendejadas.

La niña aparentemente estaba dispuesta a quedarse estática, justamente debajo del puente peatonal, consciente de su horrible miseria que día a día aumentaba a pesar de las monedas que le lanzaban los amigos muy generosos que la veían sufrir, aunque muchos de los que pasaban por su lado podían tomarla de la mano y brindarle la oportunidad para que ella estudiara, creciera con buena salud y adquiriera conciencia plena del futuro que tenia que enfrentar, pero no era así, y la niña continuaba padeciendo de frió, hambre y dolor.

Esa niña aún está rodando debajo del enorme puente peatonal, pero no es una niña cualquiera, porque no es de carne y hueso como usted puede pensar, porque no es una persona aunque si es humana, solo es un retrato de un pueblo hermano, de un país vecino, de una patria descuartizada por las diferentes potencias que devastaron todo lo que había en sus pechos bien formado y que ahora está pidiendo una mano amiga en medio de un continente tan generoso y tan bueno como el nuestro, “ América para los americanos”, esa niña lleva por nombre: Haití la infeliz.

Texto agregado el 02-02-2010, y leído por 389 visitantes. (27 votos)


Lectores Opinan
01-03-2011 el relato atrapa, bellos los versos que intercalas en tu narración...y es que hay tantas naciones como Haití, y tantos niños/as como esa pequeña, eso no solo hay que denunciarlo, debemos cambiar al mundo!!! no importa cuanto nos digan...es posible y es nuestra única salida!!!! digo como humanidad!! bellaboo
19-02-2010 Es la realidad de todos los pueblo de América Latina. Me parece que el tema está bastante hablado y escrito. No por eso dejar de ser conmovedor. Deberías mejorar tu redacción. Sigue escribiendo. un abrazo desde Argentina isachivil
11-02-2010 Muy conmovedor. Rubinska
08-02-2010 Es un relato muy conmovedor y real especialmente por tener la imagen de una niña .Llega al alma .Me gustó mucho.Te envío todaqs mis estrellas estrellamar
07-02-2010 Tu tema es bueno, pero creo que te repites demasiado y podias mejorar bastante en a redaccion... De todas formas, y como estimulo paara la mejoria, te anoto mis estrellas... (y perdona la falta de acentos. Se me colado un virus que no me los permite).-Saludos emiliosalamanca
07-02-2010 ENHORABUENA POR SU PREMIO MUY INTERESANTE JULOSAN JULOSAN
06-02-2010 Esperemos que puedas escribir otra realidad de Haití muy diferente, algún día no demasiado lejano. Saludos! achachila
06-02-2010 Es muy fuerte, al principio pense porque no te concentrabas en la verdadera historia que pense era la suerte de la niña, a pesar que comenzas hablando de la explotadora. Pero la verdad me sorprendio despues del hombre y el poema todo se comienza a bislumbrar. De ganas de llorar porque es una realidad que nadie que ver ni oir y tampoco leer. Pero es eso lo que hace fantastico este cuento. 5*** ISIS1974
06-02-2010 Estuve en cierta ocasión en tu isla, en tu bello, cálodo y acogedor país, pero no crucé la frontera con Haití. Sé de Haití, lo que dicen las noticias, antes, y después del terremoto. También conozco la realidad político-histórica de Haití. Dicho ésto, solo puedo añadir que tu relato, incluida la enorme carga emocional que contiene, es un relato serio. Concuerdo con casi todos los comentarios que preceden al mío.+++++ crazymouse
06-02-2010 A mí me da la impresión de que el sentimiento te ciega y observas desde un punto de vista lleno de tópicos. La vida no es monocorde buenos, buenos. Malos, malos. Instituciones ineficaces. Pero has escrito:"La carita lánguida y afligida la mostraba al público para que no se escapara de la culpa que tenía que pagar por mirar un rostro que partía el alma en mil pedazos". Solo por eso, no me queda más remedio que darte mis ***** CesarNara
05-02-2010 impresionante relato,jornuco. merecido està su premio ya que su relato nos recuerda los 22millones de esclavos que aùn existen en nuestro civilizado mundo poetadelsurdelmundo
05-02-2010 Tu relato,nos despierta de ensueños recordandonos que también habitamos este mundo***** caliche
05-02-2010 Cuento estremecedor y maravillosamente narrado. La alegoría de la niña que simula ceguera, frente a la desidia de la multitud que lanza algunas monedas pero tampoco la ayuda de una forma definitiva es la verdadera situación que no solo padece el pueblo haitiano, sino muchos pueblos del mundo para los que "no hay Naciones Unidas ni derechos humanos ni todas esas pendejadas" que son puro teatro y se quedan en nada. Da rabia pensarlo pero es la triste realidad. con qué dinero viven tan bien los funcionarios de la ONU? Seguramente con el que nosotros les enviamos para que ayuden al mundo, cosa que de ninguna forma queda relfejada. FElicitaciones, excelente trabajo y un premio realmente merecido. Un abrazo. josef
05-02-2010 Es un relato con toda la dura realidad de países desafortunados como Haití. La gallina de los huevos de oro, es una frase común, considero que le resta un poco a lo que habías narrrado bastante bien. Me gustó mucho el poema. Felicidades! Alice Ravelo aliceravelo
04-02-2010 Gracias por la invitación, dolor esa es la palabra para describir el sentimiento de tanta injusticia para este pueblo, mis****** nanajua
04-02-2010 ¡Qué extraordinario relato, jornuco!!! Muy bien llevado, realmente muy bueno. El premio es indiscutible!!!***** MujerDiosa
04-02-2010 eres muy solidario con la tragedia humanitaria de nuestros hermanos haitianos ante quienes muhcos nose sentimos impotentes de de no poder ayudarles. Tu cuento es my bueno y comparto algunas sugerencias hechas por los otros colegas y me parece que aquel comentario "la gallina de los huevos de oro" desentona un poco por su ironìa y en el contexto de que se està hablando de una niña de carne y hueso(en ese momento aùn no se entiende que es un simbolismo de paìs). Ok saludos. claudio_antonio
04-02-2010 Es un relato oportuno para no olvidar la actual tragedia de Haití. Pero creo que le falta trabajo. La realidad es sólo un pretexto, al autor le corresponde convertirla en literatura. Delamar
04-02-2010 ¡Hola Jornuco! El desdichado escritor cubano Reinaldo Arenas, tiene un cuento llamado “Adiós a mamá”, donde la mamá es Cuba, pero sin mencionarla, lo que hace al cuento muy interesante. Éste cuento es semejante al tuyo. Primero tu escrito como relato es muy bueno, se solidariza uno de inmediato con el pobre pueblo de Haití. Pero, como cuento creo que debes trabajarlo, pues tienes una idea y un desarrollo de la misma con bastante fondo. Donde está el meollo es la forma de relatarlo. Debes quitar la nacionalidad a la mamá (que me imagino que son los capitalistas explotadores), decir solamente que su piel es mezcla de indio, negro y muy poco blanco. Sin embargo su alma es ruin. La niña es negra con todos los atributos que le pones (también sin mencionar nacionalidad). Creo que tampoco debes mencionar a la República Dominicana, si acaso una ciudad caribeña. A mi juicio el poema (muy bello) está de más, ¡claro! Es el contraste, pero puedes manejarlo con prosa. El nombre cambiarlo (como está es un reporte periodístico), por ejemplo ponerle: “La mendiga”. En fin tú sabrás cual. Recuerda que para ser escritor, el 10% es inspiración y el 90% trabajo (revisión, revisión, y más revisión…). Que el cuento sin mencionar nacionalidades, haga cómplice al lector y éste llegue a la conclusión que la niña es Haití. ¡Felicidades!, vas por buen camino. Heraclitus
04-02-2010 Triste relato de la realidad más cruda y lo peor de la mano de la infancia. Pobres seres que no pueden defenderse, pero perdemos todos con esto, generaciones de niños que pudieron ser salvados y que están siendo exterminados no sólo allá por la hambruna, la dejación y los inetereses de terceros, generaciones completas de mentes fértiles, de espíritus jóvenes y aportes importantes para la humanidad, qué marasmo más grande es el de la extrema opulencia y de la nefasta miseria, lo peor de todo es que los puntos mediuos ya no están al servicio de la vida, el equilibrio y todo aquello bueno que conlleva tenerlo. Vivimos pensando e investigando sobre el fin del mundo, cuándo llegará, de las profecias y cuánta porquería mental nos ataca cuando es acá y es hoy el cese de todo arreglo y mejora. Gracias por la invitación. maria_eleonor
04-02-2010 Ufff... Un relato muy cercano y conmovedor. La lástima es que nos demos cuenta de la situación real de un país cuando sucede una desgracia... Gran cuento, muy bien contado y muy cercano. Ha sido un placer disfrutarlo. Aplausos y estrellas nayru
04-02-2010 Muy buen texto. Estremece al leerlo, narras una cruda realidad de manera impecable. Mis***** Beticita
04-02-2010 DEvolveré a la Cruz Roja la cuota mensual que le he retirado, su texto me lo ha sugerido. Gracias. azucenami
04-02-2010 "Ella" no solo reprecenta a Haití... sino al mundo entero, ya se acerca el fin del mundo esto es una punta del hilo de este mundo ya perdido. te felicito por regalar este texto tan autentico y real mis5* y besos yo_nilda
04-02-2010 hermoso y si tienes razón por que hay gente que por no querer trabajar explotan a sus hijos de esa anera muy bueno tu texto me encanto y si es la cruel realidad pero a ver si a si esta Haití como han de estar los de Africa?????? mis 5* glosspink
04-02-2010 Un conmovedor texto de una situación aún más terrible que el terremoto que asoló a ese país.Mis******** Gracias por compartirlo. almalen2005
04-02-2010 No sólo Haití....este es el verdadero rostro del mundo. pequenaxa
03-02-2010 Precioso amigo. Muy triste y real, y lo más injusto es que los niños no puedan ser niños. Enhorabuena. moremi
03-02-2010 La conciencia se estremece ante el golpe de la miseria que crece a cada segundo en todos los rincones del mundo .Y mientras el desprecio que el hombre infringe a su propia especie crece cada día, surge elegente y prepotente , justo en medio de esta miseria, el poder del imperio y la sangría de la bajeza existencial. Ese pueblo haitiano como muchos van sufriendo en cada fibra de su existir y los que no estamos intrínsecamente comprometidos con ese dolor sólo nos empequeñecemos cuando sus historias saltan a laluz de la mano de un sensible como tu .Gracias por invitarme y te aseguro que es mi dolor. negrate
03-02-2010 La conciencia se estremece ante el golpe que la miseria que crece a cada segundo en todos los rincones del mundo y mientras el desprecio que el hombre infringe a su propia especie , surge elegente y prepotente , justo en medio de esta miseria, el poder del imperio , la sangría de la bajeza existencial. Ese pueblo haitiano como muchos van sufriendo en cada fibra de su existir y los que no estamos intrínsecamente comprometidos con ese dolor sólo nos empequeñecemos cuando sus historias saltan a laluz de la mano de un sensible como tu .Gracias por invitarme y te aseguro que es mi dolor. negrate
03-02-2010 que decirte que no te hayan dicho; extraordinario relato donde la miseria y el dolor de la miseria se vean reflejada en este texto. Cuando hablas que no hay Naciones Unidas para estas pendejadas, estas en lo cierto. grandioso amigo, gracias por invitarme a leer este grandioso texto***** fabiandemaza
03-02-2010 Muy bueno el texto, describes muy bien la miseria humana, me dio mucha tristeza al recordar que aun existe este tipo de problema en un mundo irracional, te felicito y dejo mi * Jhoa55
03-02-2010 Me ha impresionado mucho tu cuento y en muchos aspectos del pasado de mi país, me he sentido identificado con este hermoso pero doloroso cuento. Mis estrellas para este buen relato fiel reflejo del pueblo de Haití************* Yosep
03-02-2010 Un texto de denuncia social. Un grito desesperado para que la indiferencia cese y que la fraternidad internacional se materialice en aquel país hermano. Aunque mucho me temo que los hermanos haitianos tienen, como la niña de tu cuento, la mirada y la fe perdida. Finalmente habrá que reconocer que el que está postrado necesita de una mano piadosa que lo ayude a levantarse, pero necesita mucho más de su propio impulso vigoroso para erguir la cabeza y seguir adelante. De limosnas cualquiera puede subsistir, pero con el trabajo y el esfuerzo sólo los verdaderos hombres lo lograrán. Grato leerte.*****Afectuosos saludos. sagitarion
03-02-2010 Excelente texto. Este es el clamor que grita por el que ha enmudecido de dolor. Mis 5* Saludos. girouette
03-02-2010 Excelente trabajo,pero creo que aqui queda mas que clara la mesquindad del ser humano.******** shosha
03-02-2010 Que desgarrador tu texto amigo mío! Con cuanta crudeza describes la realidad. Miles de estrellas. Y mis saludos para ti. María.- Maria-del-Mar
03-02-2010 "porque para esos asuntos tan sencillos no hay Naciones Unidas, ni derechos humanos, ni nada de esas pendejadas." Ahí lo dijiste todo. Saludos. Selkis
03-02-2010 Es un gran texto que refleja conmovedoras condiciones de un pais triste e injustamente maltratado. Un pais que, se encuentra desde hace mucho, en total abandono. Se que Dios iluminará corazones para que organicen la real necesidad que no solo se dará en una ayuda hoy. Haiti debe ser reconstruído no solo materialmente. CARLOSALFONSO
03-02-2010 Maravilloso relato.Conmovedor.5* cenizasderosas
03-02-2010 Bueno, al leer las alabanzas a tu trabajo no me queda otra que hacerme a un lado, salvo que hay un poco de redundancia en el uso de algunas palabras, puedes pulir más este trabajo, el fin lo justifica. Saludos desde Venezuela KOINONIA
03-02-2010 Extraordinario texto, basado en una cruda realidad. Merece ser leído más de una vez 5 Catman
03-02-2010 me has conmovido .dejas al desnudo una realidad que aterroriza más que los catástrofes naturales divinaluna
03-02-2010 Muy bien compañero. Creo que has logrado un texto de gran valía donde conjugaste perfectamente varias formas literarias y manejaste a la par, un transfondo social que hoy nos llama a todos a la solidaridad. Fue un placer leerte. otro_mas
 
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