LOS AMIGOS DE INFANCIA
El verano pasado no fue divertido como los anteriores. Estuve reflexionando sobre el tiempo que se fue, en los años vividos tan aprisa y que corrieron mas rápido que el vuelo de una gacela.

Sin que me lo propusiera, mi remota vida escolar vino a la superficie cuando ese verano tuve la oportunidad de ver a mis ex-compañeros de colegio, después de treinta años. Se trato de un reencuentro cargado de sentimiento. A pesar del cambio notable en cada uno de los "chicos", todos nos sentiamos unidos por la fuerza de un mismo pasado.

Escuché las historias increíbles de cada compañero, pero la que más me cautivó fue la de Toto Guerra, mi entrañable amigo que dejé de verlo desde la fiesta de promoción de la secundaria, que se hizo en el club El Bosque, en Chosica.

- Edison, hey, voltea amigo, ya sé que eres tú!. A ver, a ver, estás igualito, mi estimado, con la misma carita de niño, sólo que unas cuantas arrugas asoman por tu risueño rostro.
!Dame un abrazo, mi hermano!.

Apenas vi a Toto, no pude corresponderle de la misma forma. Algo me retuvo. Me impresionó verlo en ese estado. Estaba totalmente calvo, esas enormes encías relucieron como las de un perro, en el momento en que empezó a reír. A sus costados, asomaban dos hombros tan inclinados que parecían dos frágiles arbustos a punto de caerse al suelo.

No podía creer que esa figurita humana fuese la del amigo de infancia que solía defenderme del grupo de los "grandotes".

Sacando pecho, con la quijada erguida y los puños en alto, mi amigo gozaba cuando retaba a esos gigantes a dar un paso más. Apenas lo miraban, se iban espantados a sus casas. "Ya verás, -me decían a lo lejos- otro día te haremos papilla cuando estés solito".

¿Qué habría pasado para que estuviese en ese estado?. Fuese lo que fuese, la amistad y los buenos recuerdos salieron a flote. Tratando de ocultar mi sorpresa atiné a decirle

- !Toto, mi querido amigo, mi ángel de la guarda durante tantos años!. Lo envolví en un efusivo abrazo, cuidando de no dañar su achacosa humanidad.

Dime, te has visto, anteriormente, con alguien del colegio?.

Toto miro al techo, tratando de recordar. "¿Te acuerdas de Marco, Loco Ave guanera que se sentaba en la ultima carpeta?. Bueno, hace siete años, me lo encontré trabajando como taxista. Al verlo manejar su carcocha le ofrecí trabajo en mi tienda de lubricantes, como agente de ventas".

Los días corrieron. Toto estaba tan sumido en el crecimiento de su empresa que se le hizo imperioso delegar parte de su actividad como dueño, al amigo más cercano que tenía en ese momento.

Ave Guanera aprendió con esmero el detalle de las ventas. Era cordial y eso le ayudo a tener un amplio repertorio de clientes, logrando que siempre lo buscaran. Todos exigían su presencia.

Toto estaba encantado de tenerlo a su lado.

En la celebración del día del Trabajo, el negocio estuvo cerrado. Toto pasó un día placentero al lado de su familia. Tenia todo el tiempo del mundo para dedicarse a su esposa. Ambos la pasaron habla y habla hasta el amanecer. Ella era de la idea de conocer mas de cerca a Marco, para ver si se merecía la confianza de tener en sus manos las ventas y la dirección del negocio.

- Soy un poquito desconfiada. Los amigos que aparecen después de muchos años, tienen todo un historial, que puede ser bueno o malo. Es necesario haberles seguido los pasos. A veces uno se equivoca creyendo que son los adolecentes que dejamos en el pasado, pero detrás de cada quien, hay una vivencia que uno ignora. Debes ser precavido, Totito.

- Lo se. Fue lo primero que hice desde el primer dia. Todo esta bajo control.

A los dos meses de esa conversación, todos -como de costumbre- llegaron muy temprano al almacén. El único que no vino fue el loco Ave Guanera. !Había tanto que hacer!. Parte de la actividad se había paralizado, quedando muchos pedidos sin atender. Lo mas inquietante fue que durante todo el día no llamó para justificar su ausencia.

Pasaron las horas y Toto decidió ir personalmente a casa de Ave Guanera para indagar su paradero. Jazmin, su esposa, fue la primera en sorprenderse. Pensó que estaba trabajando. Aún tenía grabado el beso de despedida que le dio temprano en la mañana.

Entre preocupada y decepcionada, se dio cuenta que su "loco" esposo estaba por algun lugar sin que ella lo supiera. No tenia celular. Llamaria a la policia. No, mejor llamaría a su suegra. Seguramente ella le podria dar alguna noticia.

Fue inútil. No estaba por ningún lado y nadie lo había visto.
- ¿Qué hacer?.

Ambos suponían lo que había pasado pero no se atrevían a decirlo. Toto fue el primero en romper el incomodo y fue directo al punto:

- Jazmín, sabes bien que en todo este tiempo tu esposo ha ganado muy buenas comisiones. Se ha sentido deslumbrado por el confort que antes no tenía. Debe estar rondándolo alguna tentación del momento. Espero que sea pasajero.

- Comprendo. No necesitas decirme más. Seguiré esperando a ver qué sucede.

No pasaron ni cinco minutos, cuando el ruido repentino del teléfono irrumpió la tranquilidad de la sala.

-Señora, le hablan del aeropuerto Jorge Chávez. Le informo que el vuelo del señor Marcos Galeno despega dentro de poco. Esta es la tercera llamada. Si el no se presenta en diez minutos, entonces lo perderá. Iberia no se hace responsable de ninguna devolucion de dinero.

Jazmín trago saliva. Tratando de reponerse de la impresión, pregunto muy debilitada,

- A donde se dirige ese vuelo?.

- Llegara al aeropuerto de Barajas, en Madrid, todavía al medio dia de mañana, señora.

Toto trato de serenarse. La ausencia de su amigo también lo estaba afectando. Se sentía completamente decepcionado por creer en una amistad que, de pronto, se había evaporado como una pompa.

Ya en su negocio, fue acosado por los acreedores que se le venían encima. Todos reclamaban sus pagos. La secretaria le informo que todas sus cuentas de banco habian sido congeladas porque no tenian ni un centavo.

Descubrió que "su amigo de infancia" le habia falsificado su firma. Todo ese dinero ahora estaba en su poder. "no tengo ni como reclamar, ahora que el se encuentra en el extranjero!.

Tuvo que cerrar el negocio, despedir a los empleados y ver la forma de buscar un empleo.

Solo tuvo el consuelo de quedarse con el auto destartalado de Ave Guanera. Jazmín se lo dio, como una forma de compensar el tremendo daño que su detestable esposo le había causando.

Mientras tanto, Jazmín miraba con pena, la forma en que Toto se venia abajo.

Desconsolado, se dedico al oficio de taxista. Tuvo que aceptar su nueva realidad y seguir adelante para sobrevivir.

Algo difuso, en el horizonte, estaba por venir. No tardaría en vislumbrarlo.

Y que fue lo que descubriste amigo, le pregunte?.

No te imaginas, Edison. Una tarde en que llegue cansado de estar horas frente al timón, desgastado por el calor y la sed, recibí una carta. Estaba a punto de tirarla a la basura pensando que era una publicidad invitándome a comprar algo. Me contuve de hacerlo cuando advertí que las estampillas eran de Madrid.

De quien era la carta?, de Ave Guanera, acaso?

Estaba relacionada a el, pero escrita por otra persona.

La carta decía mas o menos así:

"Recuerda que yo insistí una y otra vez para que no confiaras de los amigos. Bueno, tu mismo lo buscaste. A pesar de mi advertencia, no investigaste lo suficiente. Tu amigo se apodero de tus cuentas bancarias y también de otros bienes. Todo lo ha traído para este pais. Después de esta lección, espero que la historia no se repita. !No permitas que tus amiguitos de infancia se aprovechen de tu confianza!. Solo debes confiar en la compañera de tu vida, tu esposa.

Yo me encuentro aquí y vine para seguirle los pasos de este amigo tuyo. He recuperado todo el dinero que te sustrajo para poder dártelo. Cuando te decidas a venir, te envió los pasajes. !Empezaremos una nueva vida!.

Un beso,
Dalaila.

Estoy en una gran encrucijada, Edison. El lado bueno es que, de pronto se me ilumina el corazón pensando en que mi fiel esposa le siguió los pasos a ese traidor para recuperar todo nuestro dinero. Lo único que tendría que hacer es tomar el primer vuelo y unirme a ella para continuar con nuestras vidas. El lado oscuro de esta historia es no saber si ella escapo con Ave Guanera, disfrutaron de mi dinero y ahora ella me llama porque se encuentra en apuros. !No se que pensar, amigo!

Que harías tu en mi lugar?

No lo se, Toto. Me siento muy afectado con todo tu relato.

Edison estuvo a punto de darle a su famélico amigo, la oportunidad de un trabajo en su negocio de imprenta, pero después de escuchar cada detalle, se contuvo de hacerlo.

De todo esto aprendió que la historia podría repetirse.

No tendría porque confiar en alguien cuyo pasado le resultaba todavía incierto.

Desde entonces cada amigo siguió su camino. No se volvieron a ver mas.

Toto, con su servicio de taxis; Edison, cuidando y valorando, mas que nunca, su trabajo y su familia.