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EL BECADO
A veces resulta necesario recordar hechos no tan gratos que lastiman un poco el inconsciente, pero son interesantes porque nos dejaron una lección de vida. Recuerdo que en cierto momento de mi juventud, llegó a mis manos una grandiosa oportunidad. Me había costado mucho tiempo y esfuerzo poder alcanzarla pero luego, luego, se me diluyó y se me fue con la facilidad con la que vuela una ligera y tersa pluma de cisne. Se la llevó el viento, quedando escondida en el tiempo.

He tratado de buscar una oportunidad para compartir esa experiencia con Iván y reconozco ahora lo bien que me hizo. Fue una mañana cuando entré a mi biblioteca y acaricié con deleite un paquete que contenía un fajo de hojas amarillentas; tenía por título "mis cuadernos laborales", me aferré por unos momentos a ese pasado que me hizo vivir intensamente.

- ¿A qué se debe esa mirada que no se digna en mirarme?. !Papá, estoy aquí, ya llegué!. Contéstame, por favor.

Solamente pensaba, hijo. Si estás disponible, te cuento algo. Sentémonos en este sillón rojo de terciopelo para tener cierta comodidad. La historia es un poco larga y la vamos a necesitar.

- Padre, tengo todo el tiempo del mundo para conocer esa parte de tu vida que te afligió o alegró. Estoy presto para compartirla. Que nada te detenga. Soy todo oídos.

Justo el día en que celebrábamos con tu madre el brote de tu primer dientecito, me llegó una carta. Al abrirla, leí con frenética ansiedad algo que me dejó boquiabierto. Me comunicaron que había ganado una beca para seguir unos cursos en materia sindical y laboral. Tenía solo treinta dias para confirmar mi aceptación. No gastaría un solo centavo. Lo que más me llenó de orgullo fue haber sido elegido por Naciones Unidas entre los cinco mil postulantes que pretendían lo mismo. Se trataba de un viaje largo al romántico París, por espacio de dos años.

Puedo decir que la suerte estaba de mi lado y de puro gusto me fui a tomar un roncito, en la bodega del chino Jesús. No tuve mas compañía que mi amigo Sifuentes. Los dos estuvimos hasta la madrugada festejando y chocando copas de puro contentos.

Pensar que nunca seguí una profesión porque el dinero no me alcanzaba, sólo me limité a cultivarme en los estudios por mi propia cuenta. Después de trabajar me dedicaba a investigar los temas laborales. Felizmente mi china, tu linda madre, me ayudó a darme la tranquilidad que necesitaba, me atendía como a un principe, no dejando que nadie me interrumpiera.

- ¿No te cansas de estudiar, Nazario?. -me preguntó mi fiel amigo Sifuentes-.
Siempre estás rodeado de libros. Ahora veo que eso te hizo mucho bien. Te irás al viejo París, de repente ya ni te acuerdes jamas de los buenos amigos. Yo siempre estaré viendo de cerca cada progreso tuyo.

Nos pasamos de copas. Al final, mi amigo me llevó a casa y me acostó en este mismo sillón rojo. La noche se nos fue volando. !Fue la mejor que tuve en mi vida!.

Cuando mis hermanos supieron de la grata noticia, hicieron una reunión familiar para celebrar semejante acontecimiento. Me dieron una despedida a lo grande. Nunca había visto a tanta familia nueva, muchos de ellos recién llegados de lugares aledaños a nuestro pueblo, el puerto de Chimbote.

- Gusto en conocerte primo, -se me presentó uno de los muchos primos que querían conocerme-. Mis padres me han hablado de tí. Me dicen que eres un aficionado a la lectura de grandes libros, que te pasas horas de horas encerrado en el cuartito aquél y todo lo apuntas en unos cuadernos que has bautizado como "cuadernos laborales". Te admiro mucho, primo. Quisiera ser como tú pero creo que me falta todavía mucho por aprender.

Me había ganado un respeto dentro de mi familia y amigos. Era como sentirse más cerca de las nubes que de la tierra. Gracias a la sensatez de tu madre, permitía que yo regresara de esas alturas imaginarias, para pisar suelo firme.

Conforme los dias pasaban, la euforia del próximo viaje daba paso a un pensamiento que comenzó a convertirse en una tortura. Sentía que no iba a tener la valentía de dejar a tu madre, a ti y a tus hermanos. La debilidad, el miedo, la incertidumbre se comensaron a adueñar de mi persona.

- Yo soy el jefe de este hogar -me decía-. Como será todo cuando yo me vaya?. Cómo puedo dejar a Mía con todos los problemas?. Ella es fuerte pero quedará indefensa; no creo que pueda llevar sobre sus hombros toda la carga del hogar y la crianza de los chicos. Me sentiría culpable si algo les llegara a pasar. No los puedo abandonar.

Estas ideas me perseguían día y noche. Estaba confundido. Tenía que estar seguro antes que se venciera la fecha para confirmar mi viaje. Cierta noche, antes de ir a dormir, me armé de valor, llamé a tu mamá para el cuarto y se lo dije todo.

- No puedes hacer eso, Nazario. Cuántas noches te has desvelado, cuántos fines de semana has estado sumergido en ese cuarto, leyendo cuanto libro venía a tus manos, superando el cansancio de tu duro trabajo, investigando y redactando ensayos para los sindicatos. Te has privado de asistir a muchas reuniones familiares; de ir de paseo con los chicos. Todo ese tiempo ha sido invertido en algo bueno que eres tú mismo. No lo puedes desperdiciar sólo porque estás lleno de temores. Piénsalo bien.

Al día siguiente tomé la decisión definitiva. Respondí que declinaba de la beca. Se la dieron a mi compañero Alex. Este, mas decidido que yo, no tardó una semana y sin que le hicieran despedidas, cogió sus maletas partiendo hacia el romántico París.

Desde que decidí quedarme, el cielo se me oscureció. No encontraba claridad. Pensé que había hecho lo mejor, pero nuevamente las dudas me asaltaban.

- No quiero culparte de nada, padre. Lo que hiciste fue porque en ese momento primó el corazón, la familia. Te conozco. Eres sentimental y eso, en alguna forma, fue una barrera para que no nos dejaras. Si fueras practico, hubieras actuado como Alex y hoy tuvieras un titulo en tus manos.

- Reconozco que otro hubiera sido nuestro destino. Tal vez, tú y tus hermanos estuvieran estudiando en alguna universidad de Europa. Estuviéramos en otra situación. La vida se fue y seguimos todos unidos pero no hemos avanzado gran cosa. Claro, tú sigues una profesión, eso es digno de resaltar. Pero no dejo de pensar que tu estilo de vida sería diferente. !Cuánto mundo hubieras recorrido!.

- No te mortifiques pensando en lo que hubiera pasado. Tomaste la decisión y
!ya!. Hay cosas que son irreversibles. Esa oportunidad se te presentó, la perdiste y no se puede hacer nada para recuperar ese tiempo que ya pasó. A propósito, padre, quería darte una sorpresa. Mañana quiero que estés en casa a partir de las siete de la noche. ¿lo puedes hacer?.

- Qué puedo decirte, hijo. Claro que sí. No puedo negarme después de haberme permitido desfogar ese bocado agridulce que tenía guardado en mi añejo paladar...

A la hora señalada tocaron el timbre. Alguien entró con una elegancia que impresionaba a primera vista. Con una sonrisa que iluminó todo el ambiente de la sala y con gesto airoso como si hubiera ganado la lotería, se presentó aquel hombre ante todos los que estabamos de pié.

-Soy Alex, te acuerdas de mi?.
-!Qué grato verte, mi estimado Alex!. Nos vemos luego de veinte años. No has cambiado casi nada. Bienvenido, amigo.

Un abrazo unió ese inesperado reencuentro. El tiempo hizo que Nazario casi olvidara al compañero viajero. Casi lo había borrado de su memoria pero nuevamente un cúmulo de remembranzas arribaron a su encuentro.

- Padre, veo que se conocen desde antes. Yo quería decirte que Alex es mi profesor de derecho laboral. El me ha hecho participar en muchos concursos de mi especialidad. Gracias a él he podido aprender ampliamente el derecho comparado, que es muy amplio y complejo. Sumergirse en esas aguas ha permitido que mi potencial académico llegue a su máximo nivel.

- Una de las razones que me han impulsado a venir a visitar tu casa, amigo Nazario, es decirles que Iban ha sido seleccionado para seguir una maestría en el país que me abrió las puertas en mi dorada juventud. !el romántico y legendario París!.

- !Gracias por la noticia!. Esta es la mejor retribución que la vida me está ofreciendo. Tu próximo viaje diluye todo ese sabor agridulce que tenía retenido. Tú eres la mejor recompensa, la mejor inversión. Ahora puedo decir, que la oportunidad que algún día perdí, ahora está en tus manos. Conocerás el mundo que no pude conocer por falta de una firme decisión.

Esa misma semana Iban partió a París. No tuvo tiempo para pensar en la pena que su viaje causaría a sus padres y hermanos. No quería flotar en el tiempo para que los sentimientos no lo tomaran por sorpresa. La experiencia de su padre le sirvió para tomar la decisión, viajando sin que nada lo retuviera. Nada de sentimentalismos, nada de arraigos. Tenía que tener la mente fría como una congeladora para lograr su meta.

El día de su graduación asistieron su padres, en los alrededores de los Campos Eliseos. La toga y el sombrero fueron lo mas simbólico que su padre jamás había tocado. Ahora su hijo la tenía puesta y era como para llorar de tanto gusto. !Y todavía en el país del ensueño!

Aquella vez, sentado en el cafetín La Bohemia, escondido en un boulevard del viejo Paris, los amigos de antaño, Nazario y Alex, brindaron por el becado.

Iban, afortunadamente, había bebido de dos manantiales: de su padre, la pasión por el estudio; de Alex, la decisión de competir por una beca.

Fuentes caudalosas que supo aprovechar. No tuvo tiempo de pensar en nostalgias, sólo de actuar.
¡Logro ser un becado en el viejo Paris!

Texto agregado el 20-07-2010, y leído por 394 visitantes. (19 votos)


Lectores Opinan
23-08-2010 Te estoy descubriendo me gusta lo que escribís***** 021259
21-08-2010 maravilloso maravilloso, que cuento mas hermoso pude leer en esta noche. gracias por compartirlo. te dejo mis eternas sueprnovas. el_mesiaz
20-08-2010 Muy bueno tu escrito. Es importante sopesar la escala de prioridades en decisiones importantes. La familia siempre es lo primero, y lo demas viene despues. Un bello escrito.5* carolina52
18-08-2010 Ya no me extraña leer tu gran escribir... Lo disfruto, me deleita. Las oportunidades son aprovechadas si cuentas con el cimiento. La solida formacion que te da la casa. Es lo vital para tomar la decision y una vez adoptada, lo demas resulta sencillo. No se duda, se tiene todo el esquema para afrontar todo lo que venga seguro que el exito estara al final del camino. Felicidades. Un abrazo CARLOSALFONSO
13-08-2010 Final contundente, buena historia ! estupendo ! ***** pintorezco
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