porritos en la trena son un tesoro, bajarse al moro, cachibaches que dan gena, pico de oro, matusalén va de cena con quasimodo, le gusta chiflar a la nena que canta en el coro, de iglesia me pide y resuena de flauta mi solo.

nos llegamos a su casa , esto es pa tí, yo veo el arte de las cerezas en braga ajena, y la paja en el propio opio opio. cama se estrecha, la mecha prenden sus ojos rojos cojos, buenos pa dar candela, me la pela su arandela, prefiero la tuerca que aprieta más mucho. pechos rabiosos, rubia melena y abajo, más bien morena, cachas muy suaves, muy firmes, muy sedosas, muy separadas, muy muchas, se hacen cientos, me pegan en la cara, se hunden uñas de dedos gordos en mi carne, en mis mofletes, en mis narices, su lengua se hace agua en mi boca y luego hielo al tragarla y que dolor me corta las seis cuerdas vocales pero me deja las consonantes, puedo hablar pero me entienden raro como en ruso, y es que ya desafinaban y había que poner remedio por medio. gramo medio se enfría en la cuchara de madera que imprudentemente prende fuego, es una cerilla gigante, la luciérnaga nos sirve para quemar la noche y grabar a fuego nuestro amor enamorado, no cuelga tú. su risa risueña sueña sureña montura brava, pero sólo me ve a mi a yo mismo, el que la miro con la lengua fuera y la morcilla morcillona asomando por un lado y por otro de los gallumbeles, como diapasón extrañando las difusas fusas, y las corcheas descorchadas sin bragas, tengo la gota, es una enfermedad que sale si estás cachondo. emprendo la emprendo con ella, montañas lejanas asoman por las laderas de lado o costado acostado en una cama apoltronada que no vio casi mundo pero que ha calentado a más mujeres que mi barrio entero, y es que tengo encerrada su sonrisa sensual en mi campo visual y no es casual, cual lúgubre tesoro encerrado en un cofre de oro y guardado en un palacio de marfil de imitación (que no se enfaden los ecologistas), y ahí estoy mirandote y te quedas como ausente y con cara de felicidad y cuando te voy a follisquear un ronquido ronco por poco me revienta el tímpano, ano ano ano culo y entonces me desespero, me desperezo rezo rezo, me despiezo y me descalzo y te la voy a meter pero decido cambiar de agujero y tus ronquidos me dan una vibración que me apaña y me gusta y te felicito y no me oyes yes yes y sueñas con un tal paco y lo mentas y me gusta pero si fuese con un tal rodolfo sebastian de los angeles y de todos los santos me daría más placer en su variedad, en su longevidad, en sus vibraciones fricativas, oclusivas, labiales, guturales, y regurgitantes. mi boca ahora se amorra a tu boca que más come, y ésta me habla también, me pedorrea, la cara, también ese otro agujero vecino me pedorrea, dios que olor, y estas pecas que me salieron? como me las vi, a ver que invento ahora, a sí, en este clítoris tan resplandeciente. pero ahora me cierras la boca, que placer, pero no no los dientes no, aaaa mierda, pareces novata juaniiiiiiiii ... y así es como me la dejé después de cosermela yo mismo, por no tener seguro médico, y como tengo esta valvulita que le doy y se infla, y de ahí que un día los telediarios comenzasen diciendo, sí señores por fin los burros vuelan, vean si no este ejemplar totalmente inflado surcando el firmamento mientras una camara casera lo graba y lo comenta. joer, un enorme burro que vuela carmen, no, no estaban caducados los cereales, mira y qué tiene ahí, parece un hombre pegado a su culo.