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Capitulo 6:
Una nueva alianza.

Autopista I-115. Cementerio de Autos Municipal.
12:50 AM.

Se encuentra sentada sobre un viejísimo cadáver de Renault 4 azul con un pino de papel roído colgado del espejo retrovisor. Está tomando una Corona Extra, la cual le quedó gustando desde que la bebió por primera vez. Su vestido blanco y sus botas negras, altas casi hasta la rodilla, realzan sutilmente su figura, que se ve siempre sexy y más bajo la luna creciente de esta noche en particular, la cual se encuentra apuntándole casi desde su cénit y reflejándose en su cabello largo y liso. Sus ojos se pierden, no apuntan a ninguna parte. Susurra… “Sam”, y toma otro buen trago de su cerveza. El pequeño robot a su lado se acerca. “No te preocupes, el vendrá. Tiene que”. Ella lo mira con una mirada extrañamente tranquila, pero que oculta sutilmente una fuerte decisión. “Lo se”, dice casi susurrándole, mientras siguen pasando los minutos.

Los recuerdos le invaden. Sonríe levemente. Quien iba a imaginar que terminaríamos juntos en esto, murmura para sí misma mientras ve su sombra en la luna, aun estando sentada sobre el mismo trozo de chatarra oxidada. No le importa la suciedad. Después de todo, esta acostumbrada a caminar entre metales dañados y semi-destruidos. De pronto se oyen varios chasquidos de armas y fuertes sonidos de movimientos metálicos. “Oh, no”, dice rápidamente mientras mira hacia el origen de esos sonidos. Ella sabe que significa cada uno. Varios robots cambiaron de forma y se apuntaron entre ellos con todas sus armas. Algo muy grave va a ocurrir si no intervengo pronto. Brinca de su “asiento” y emprende carrera junto al pequeño robot a su lado, que corre a todo lo que sus pequeñas piernas de metal le dan.

Al llegar al lugar de los acontecimientos, observa sorprendida que Sam esta siendo protegido por Bumblebee, quien esta con su visera abajo y apuntando, al lado de ellos se encuentra Chromia, apuntando con sus ametralladoras y también Jolt, quien está emanando pequeñas ráfagas eléctricas por sus cañones. Al frente de ellos se encuentran tres seres que ella conoce bien, dos de ellos apuntando con sus armas, pequeños los tres en comparación con los tres primeros, y en frente de ella un robot extraño montado sobre una gran pila de chatarra, casi arrodillado, con sus brazos apoyados sobre la chatarra misma y en una posición que denota que está listo para atacar. Desde lo que podría definirse como su espalda hay una ametralladora de 4 cañones y esta apuntando en todas direcciones. Sobre su pecho se distingue claramente la insignia Decepticon.

Entonces, Mikaela grita “¡Esperen todos!”, y Alice, que tiene un cañón de plasma sobre cada brazo, mira a la chica pelinegra y vestida de blanco y en sus labios se esboza una sonrisa. Luego repliega sus armas y baja los brazos mientras le dice a Rumble “Baja tus armas, amigo, que ahora comienza nuestra reunión”. Los tres Autobots se miran entre ellos mientras los pequeños Decepticons frente a ellos repliegan y guardan sus armas y dan pasos hacia atrás. Luego cambian la dirección a la que apuntan para darse cuenta que ese Decepticon extraño ahora esta con un cañón largo puesto directamente sobre su pecho, mientras Long-Arm, erguido tras de el, dice tranquilamente “Mas vale que hayas conservado tu distancia porque no quieres atacar a nadie, de otra forma estarás muerto, Decepticon”.

Autopista I-115. Cementerio de Autos Municipal.
12:50 AM.

Cumplo mi palabra, espero que ese chico y los Autobots hagan lo mismo. Alice se encuentra inquieta en su posición, justo frente a una tractomula destruida en el cementerio de autos. Mira a varias direcciones y es evidente que se encuentra nerviosa. “Vendrán a la cita, tranquila”, Alice gira rápidamente hacia atrás, asustada. Mientras tanto un bicho metálico de grandes ojos rojos y patas que parecen de cangrejo, amigo de ella, se acerca lentamente. “Pero, ¿Y si no viene, Skalpel? ¿O si creen que es una trampa y terminan atacándonos?...”, el “Doctor” interrumpe a la chica en sus preguntas. “Puede que vengan con esa intención, pero sé que todo va a cambiar cuando nos vean. Somos como cucarachas para ellos y, aún así, estamos aquí, ¿ves?”

Alice baja la mirada y calma sus movimientos. Relájate, Alice, eres una profesional. El tiene razón. La chica rubia mira su sombra frente a sí misma y se da cuenta que hay luna creciente. No la mira. “¿Crees que él esté al tanto de todo lo que estamos haciendo?”, pregunta a su pequeño compañero de armas mientras voltea a mirarlo. “Lo sabrá en su momento, chica. A el tampoco le conviene lo que va a pasar”. Entonces se quedan en silencio. Pasan algunos minutos. Entonces, al fondo, se escucha un vehículo acercándose. Un automóvil. Alice sonríe. Luego se escucha un segundo sonido. ¿Una motocicleta? Ella lo esperaba, pero aun así... Luego se ve la situación completa frente a ella. Sam se acerca en su Camaro amarillo, como ella lo esperaba, pero además llega una motocicleta comandada por una chica evidentemente holográfica y un auto pequeño. Mantén la calma, Alice, era de esperarse. Si no mostramos que somos amenaza no pasará nada. El Camaro se detiene a unos 20 metros de ella. Ella avanza unos pasos y abre sus manos sin levantar los brazos. A su derecha, mientras Sam se baja del vehículo que lo traía, se ve pequeña la silueta de Skalpel… Al momento de bajarse Sam del auto, Bumblebee se transforma rápidamente y apunta a los dos pequeños individuos frente a él. Listo para bailar. Suena la radio: “…No es buena idea hacerme enojar…”. Al lado de Bumblebee avanza la motocicleta, que rápidamente se transforma y Chromia, quien ahora se encuentra también apuntando a los pequeños seres al frente, exclama “¡Solo denme un motivo, por favor!”.

Alice sigue avanzando lentamente hacia los Autobots y el humano frente a ella con las manos extendidas y la mirada tranquila. “No venimos a hacerle daño a nadie. Solo queremos hablar”. “Pueden apuntarnos si desean”, exclama Skalpel mientras su forma se hace mucho más brillante a la luz de la luna creciente. Al ver la expresión de la Pretender de venir en intenciones sinceras de paz, Bumblebee comienza a bajar sus armas. Chromia lo mira con expresión de extrañeza, a lo que el gran robot amarillo responde con una mirada y asintiendo con su cabeza. El robot femenino, que acompaña al humano y al general Bumblebee, sigue entonces las indicaciones de su actual líder y también deja de apuntar. El sabe por qué lo hace. Alice continua mientras se comienza a detener a mitad de camino hacia los Autobots: “No tendría sentido que combatiéramos, teniendo en cuenta que tenemos un ene…” las palabras de la chica son abruptamente interrumpidas por la silueta, sobre una montaña de chatarra al lado, de un robot que ella reconoció de inmediato, pero cuya imagen en ese momento le hizo soltar una exclamación de susto. “¡No!”. Sobre la mente de Alice pasa un solo pensamiento: Tumbler, no… mientras la imagen del robot, hecho de chapas de metal negro verdoso sobre un esqueleto que pareciera de varillas de metal y que da la apariencia de ser medianamente robusto, se hace visible apoyándose en la cima de la montaña de chatarra, justo a la izquierda de Alice, sosteniéndose sobre sus manos y pies con la pierna izquierda extendida y la derecha recogida y con un gran lanzagranadas sobre su brazo izquierdo que complementa los lanzamisiles, empotrados sobre lo que serian sus hombros, y la boquilla de cohete que se puede ver en la parte baja de lo que sería su espalda… Y baja la mirada levemente. Al momento en que el “visitante inesperado” surge, Jolt, que venía detrás de sus compañeros, cambia a modo robot rápidamente y se pone a la derecha de su amigo amarillo, apuntando con sus emisores de electricidad, y Bumblebee se pone delante del humano y apunta con el arma sobre su mano izquierda a los pequeños Decepticons frente a sí, mientras con la derecha le apunta al robot que ha hecho aparición recientemente. Chromia hace lo mismo, igual que Alice, quien apunta hacia los individuos que tiene al frente, pero no a todos. No a Sam, no a el… En el acto surge una metralladora de lo que se puede denominar como la espalda del robot y ésta comienza a apuntar en todas direcciones mientras Rumble, que se encontraba en la parte trasera de su grupo, salta hacia adelante y transforma sus manos en disparadores, apuntando a los robots al frente y Sam comienza a dar pasos hacia atrás, evidentemente asustado. Es una trampa, debí suponerlo…

Justo entonces, Alice oye un grito a su derecha: “¡Esperen todos!”, entonces mira y encuentra a Mikaela con cara de susto, entonces lo piensa detenidamente y baja sus armas. No hay nada que temer. Le sonríe. Mientras tanto una sombra surge detrás del robot que irrumpió y una voz dice “Mas vale que hayas conservado tu distancia porque no quieres atacar a nadie, de otra forma estarás muerto, Decepticon”.

Autopista I-115. Cerca al cementerio de Autos Municipal.
12:50 AM.

La autopista no esta iluminada. No hay transeúntes cerca del lugar y tampoco tráfico de ninguna especie. Es una noche como cualquier otra para el policía de carreteras Jack Thompson, que patrulla la carretera como todas las noches. Va a 120 kilómetros por hora, como todas las noches a esa hora. La operadora en la radio no reporta ninguna anomalía. Súbitamente, una luz se enciende justo a su lado. Entonces el patrullero, de 45 años, mira asustado mientras, justo a su izquierda, un vehículo con una apariencia similar a la de un Lamborghini, pero más grande de lo normal, hecho como de placas y con llantas traseras más grandes y más gruesas que las de una camioneta todo terreno, de color negro, lo rebasa cuando antes no estaba ahí. Mientras el extraño vehículo rebasa el automóvil clásico de patrulla del oficial, una botella de whisky medio vacía sale despedida de la ventana izquierda del auto del pobre hombre y se rompe al impactar contra el suelo. Luego de reportar el suceso a la operadora y anunciar el comienzo de la posible persecución la sirena se enciende, comienza a emitir su clásico sonido y el auto policial acelera para acercarse al vehículo sospechoso. Luego de un minuto la patrulla disminuye su velocidad y deja ir al auto. El oficial Thompson se queda discutiendo con la operadora, al otro lado del radio, sobre por qué recibió la orden de dejar ir al sospechoso y de donde vino esa orden.

Más adelante Tumbler sigue a toda velocidad en su modo vehículo, y en cierto punto sale de la carretera y avanza por el desierto hacia el, ahora visible, cementerio de autos municipal. Rápido. Ella debe saber esto. Pronto se da cuenta de que lo están persiguiendo y de que su perseguidor no es humano. Entonces activa, tal vez para darse unos segundos de ventaja, el “modo invisible”, propio del original del cual copió su forma actual, luego de lo cual cambia su ruta levemente. La táctica le da resultado levemente y Tumbler sigue hacia adelante. Espero no llegar tarde... Pero no debe hacerlo. No esta vez. Según los relojes terrícolas es la 1:01 a.m. y Tumbler se lamenta de su suerte por no haber llegado a tiempo. Corrí tanto esta vez… Pero perdí a mi perseguidor. Eso es bueno. Entonces ve una montaña de chatarra frente a él. Espero que no haya empezado ya o creo que daré una mala impresión. Decide cambiar a modo robot y subir rápidamente la montaña para acortar camino. Da varios brincos y hace algunas piruetas que, para él, son de rutina y llega a la cima de la montaña, donde queda apoyado sobre sus brazos y pies y con la pierna derecha recogida. Este vehículo que copié me da una agilidad mayor a la que esp… ¡Rayos! De pronto ve como se comienzan a apuntar entre todos, Autobots a un lado y Decepticons fugitivos al otro, luego de su abrupta llegada. Ve la mirada de Alice hacia él y mira levemente hacia abajo. ¡Mierda! En ese momento surge frente a el una mujer humana que grita rápidamente “¡Esperen todos!” Entonces Tumbler abre la boca, tratando de decir algo, cuando siente un cañon apuntando a su cabeza y ve una sombra grande, que tapa la suya, saliendo detrás de él. Bonito momento el de llegar tarde otra vez… Una voz le dice “Mas vale que hayas conservado tu distancia porque no quieres atacar a nadie, de otra forma estarás muerto, Decepticon”.

Tumbler, entonces, dice mientras se pone de pie “Estas en lo correcto, Autobot, y que mi insignia no te engañe. Yo estoy por mi cuenta… - Mira a Alice y sus amigos con un gesto de arrepentimiento – Igual que ellos. Lamento la tardanza”. Mientras tanto Sam se acerca lentamente hacia Mikaela con mirada de extrañeza. Tumbler continúa: “Tengo información valiosa para la reunión de esta noche - Guarda su ametralladora en su espalda y levanta las manos suavemente – y creo que debe ser escuchada, por el bien de este mundo y todos los que estamos en el”. Bumblebee baja sus armas y hace un gesto con sus manos para saludar a Long-Arm, quien responde con una mirada rápida y dice “¡Bajemos, ahora!”. Empuja al Decepticon, quien se tropieza con el suelo y, ante el tambaleo, hace una acrobacia y baja al suelo frente a todos los demás tocando la montaña de chatarra solo dos veces. Luego se sienta y Alice se le acerca. “¿Por qué hoy?” Sucede que Tumbler, antes Decepticon y ahora fugitivo, tiene la desagradable costumbre de llegar tarde a todas partes. El la mira y responde amablemente “Tuve problemas con mi aterrizaje. Lo siento”. Mientras tanto Sam ha llegado con su novia. “¿Tú qué haces acá?” a lo que Mikaela responde “Bebé, yo estoy…” y es interrumpida por una voz chillona y fastidiosa que Sam conoce bien, justo detrás de ella: “Yo le pedí que viniera con nosotros porque creo que necesitaremos su ayuda si queremos salvar este universo”. Sam mira a Wheelie con extrañeza y algo de desprecio. El no se inmuta ante ello, ya esta acostumbrado a ese tipo de rechazo después de todo. Pronto la mirada de Sam cambia y a su mente regresan los símbolos y las imágenes que lo han atormentado los últimos diez días. “Momento, calmémonos todos. Que alguien me explique por qué terminamos todos en este lugar, ¿Quieren?” Los Autobots ya han bajado sus armas y se acercan al centro del lugar, en donde se encuentra Tumbler sentado con Alice, Skalpel y Rumble a su lado y a donde se dirige Wheelie. Alice entonces mira a Sam con suma seriedad. “Haz tu pregunta. Por ahí comenzaremos”. Sam la mira con algo de miedo y, luego de bajar la mirada por un segundo, la mira fijamente y exclama: “¿Qué rayos significa la palabra Unicron?” Todos los Autobots, luego de haberse sentado donde estén cómodos, miran a Sam rápidamente, con expresiones de sorpresa y algo de miedo. Chromia se pone de pie:

Chromia: ¿Cómo sabes de ese nombre, chico? (Sam la mira, evidentemente confundido y abrumado, casi aterrorizado)
Sam: Desde hace seis días he tenido estos sueños locos…
Alice: ¿Donde hay planetas que son destruidos y un ser realmente gigantesco los absorbe de alguna forma? (Sam gira hacia Alice, sorprendido)
Sam: Si, si... y también hay textos en el idioma de ustedes, y una especie de verso, me lo se de memoria:
Alice y Sam (Ella recita cada línea en el idioma de Cybertron justo después de que el la dice en español):
“La oscuridad solo es el principio.
Que nadie mire al cielo buscando esperanzas,
Porque solo encontraran la muerte.
Nada puede escapar de el, nada puede detenerlo.
EL SE ACERCA”. (Esta línea es repetida por Alice con un tono de voz tembloroso)
Chromia: La llamada del Cubo… Es su forma de advertirle a los seguidores de Primus acerca de Unicron.
(Sam mira hacia abajo)
Bumblebee (Por medio de su radio): …He visto eso y no es bueno…
Jolt: ¿Pero qué vamos a hacer?
Mikaela: Oigan chicos, ¿alguien podría decirme de qué rayos están hablando?
(Todos se miran entre ellos y luego Alice interviene, mirando a Mikaela a los ojos).
Alice: Existe uno en este universo. Algunos lo llaman “El devorador”, otros lo han llamado “El Destructor”, pero en Cybertron lo conocemos como Unicron. Su poder es incomparable. Consume todo cuanto hay a su paso y cada que lo hace su poder se incrementa aún más…
Mikaela: Bien, y ¿cómo vamos a enfrentarlo?
Chromia: Es casi tan enorme como una estrella e infinitamente más poderoso. No puedes enfrentarlo. Solo Primus podría hacerlo…
Mikaela: ¿Primus?
Jolt: El supremo creador de toda vida e inteligencia en Cybertron. Algo así como lo que ustedes llaman “Dios”.
(Los Dos Humanos que hay en ese lugar se miran entre ellos y se toman la mano con gestos de miedo en su rostro, más en Sam que en su novia)
Sam: Déjenme ver si entiendo… Estamos hablando de un ser con el poder de Casi Dios, y que solo otro ser con el poder de Casi Dios puede siquiera detenerlo, y que se acerca a nuestro planeta ¿para comérselo con todo lo que hay en él y alrededor? ¿Ah, y además hay que tratar de averiguar cuando y cómo vendrá para tratar de hacer algo?
Alice: Si a todo, excepto a algo: Si podemos detenerlo, y es precisamente para eso que estas tú aquí…
(Sam pone una evidente facción de extrañeza)
Alice: Eres el nexo, la Matrix te escogió como líder… Significa que eres la clave de todo…
(Sam se pone de pie y empieza a caminar de un lado al otro del lugar)
Jolt: Pero hay que averiguar ahora sobre Unicron, si estoy en lo correcto al menos alguno de sus heraldos ya está en camino a este mundo…
Sam: ¡Un momento, no de nuevo, por qué yo…!
(En ese momento se pone Tumbler de pie lentamente)
Tumbler: Ya está aquí. A eso he venido.
(Todos miran a Tumbler con expresiones entre extrañeza y susto)
Tumbler: Otra vez no pude llegar a tiempo. Pero es mejor que sepan que Unicron ya envió a uno de sus heraldos más peligrosos…
Longarm: Shockwave…
(Alice cambia ligeramente la dirección de su mirada, mientras sus iris muestran ciertos movimientos circulares)
Tumbler: No hablo de ese, aunque también está aquí. Hablo de…

Entonces Alice interrumpe abruptamente la conversación poniéndose de pie rápidamente y abalanzándose hacia el frente de Sam. “¡CUIDADO!”, le da la espalda a Sam y de su brazo derecho sale la ametralladora que antes se había retraido. Comienza a disparar hacia los montículos de chatarra que hay detrás de los Cybertronianos presentes en el lugar, donde se ve, entre sombras, el movimiento rápido de una sombra grande. Segundos después la misma sombra sale al aire, cambiando abruptamente su forma y dejándose ver bajo la luna llena. Un F22-Raptor ha aparecido en el lugar, y está apuntando sus misiles fijamente a los dos únicos humanos presentes en aquel cementerio de autos a la 1:20 AM, mientras las viseras de Bumblebee bajan y de su radio suena la frase "¡A Tocar!".

Texto agregado el 18-03-2011, y leído por 116 visitantes. (0 votos)


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