¿Qué es lo que más te asusta? ¿Cuál es tu peor temor? ¿Nunca te hiciste estas preguntas? Yo sí. Al buscar respuestas uno descubre lo intrincado de la mente.

Yo lo había tomado como un juego, aunque confieso que a veces el miedo me acosaba por las noches. Un día les propuse este juego a mis amigos. Me sorprendió la cantidad de ideas terroríficas que contaron en ese momento. Circularon todo tipo de historias sobre fantasmas, zombis y vampiros. Lo que más asustaba a todos era si regresarían luego de la muerte, y bajo qué circunstancia.
Tanto nos entusiasmó nuestro pasatiempo que lo practicamos en varias oportunidades, y entre risas nerviosas, describíamos temores de diversa índole. Muchos inventaban sus historias haciendo gala de una envidiable creatividad. En esos días de nuestra juventud nos gustaba reírnos de nuestros miedos y también asustar a los demás.
Una noche ocurrió algo diferente. Mariela nos dijo que su peor temor era perder a alguno de sus amigos, específicamente a alguno de los que nos encontrábamos allí ese día. Todos nos reímos y establecimos un pacto en el cual nos comprometíamos a comunicarnos con ella luego de morir. Al despedirnos esa noche me di cuenta del temor en el rostro de Mariela e intenté bromear para distraerla. No lo conseguí; estaba realmente afectada.
Nuestras vidas continuaron; no volvimos a hablar del asunto. Pasaron muchos años, dejamos de vernos; cada cual siguió su camino.
De la mayoría nunca supe nada más, y de unos pocos tenía novedades de tanto en tanto. Hace unos meses me reencontré con Mariela. La noté preocupada y cuando le pregunté qué le ocurría me preguntó si recordaba aquel pacto que habíamos hecho. Le contesté que sí; entonces me preguntó por Marcelo. Precisamente él era uno de los que no había vuelto a ver , así que no pude darle información. Ella comenzó a llorar; me dijo que sabía que estaba muerto porque la noche anterior su fantasma había aparecido en su casa para avisarle que el siguiente era yo. Pasó el tiempo; un día fui a visitarla. Tenía que decirle que la que seguía era ella.