El camino a la verdad está lleno de mentiras. Eso que llaman ciencia son mentiras, y eso que llaman mitos es verdad. De hecho la ciencia la inventó el diablo para confundirnos. Los espíritus, dios, el diablo, las historias de fantasmas, eso es la verdad. Hay muchos positivistas que no entienden la ciencia. Sólo creen que no creer en nada los hace más listos. Pero en mi mundo nadie es castigado, todos son premiados, porque después de todo yo no sé lo que digo y si digo lo que digo es por culpa del destino, y así, todos seremos perdonados, porque sólo hacemos lo que creemos que es mejor para nosotros, porque tenemos miedo. O tal vez sólo moriremos y no volveremos a saber nada de todo esto. Reencarnaremos en otra cosa y nunca recordaremos esta vida. O tal vez no. Tal vez, tal vez. Escribiendo se gana lo mismo que no escribiendo. Viviendo se gana lo mismo que no viviendo. Se mata tiempo. Algo debe haber al final. Es válido el rencor. Es bastante odioso que muy probablemente lo más sabio que se puede decir respecto a la vida es nada. El silencio, y el silencio no gana la simpatía de nadie. Así que hay que decir estupideces. Se vuelve necesario.