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Según algunos historiadores su verdadero nombre fue Francisco López Gascón, que su padre fue Bartolomé López y su madre Catalina Gascón, que nació en la villa de Ragama, de la parroquia de Arévalo provincia de Ávila, sus padres fueron unos acomodados agricultores de Ragama.

Francisco estudio en la universidad de Salamanca, pero deja los estudios según algunos por su vida disipada y de haber contraído deudas, otros dicen que dejo los estudios de teología por enrolarse en la milicia que luchaba contra los Moros; es así que figura entre las huestes del capitán Gonzalo de Córdoba, donde se inicia en el arte de la guerra y gana sus ascensos en los campos de batalla hasta llegar al grado de mariscal de campo, luego sirve a las ordenes del cardenal Bernardino de Carbajal, quien le demuestra especial deferencia por lo que se cree adopto el apellido de Carbajal.

En 1524 a francisco de Carbajal lo encontramos en los tercios Españoles, a las ordenes de Antonio de Leiva y toma parte en la batalla de Lombardía, se distingue en Ravena y el 24 de febrero de 1525 se destaca en la batalla de Pavía, en la que es vencido y cae prisionero el Rey Francisco I de Francia que había invadido el milanesado, al regresar a España contrae matrimonio con la señorita Catalina Leyton, en 1528 sirve en los tercios en Nápoles, por el año 1534 es enviado a México donde viaja con su esposa y fallece ella en esa ciudad, por lo que francisco de Carbajal se embarca hacia Panamá.

En julio de 1536 llega el petitorio de auxilio enviado por Francisco Pizarro al gobernador de Panamá, donde informa que las huestes de Titu Cusi Yupanqui sitiaba la ciudad de los reyes y el Inca Manco II se rebelaba en el extenso territorio, ante esta demanda urgente el gobernador de Panamá organiza una expedición de 150 arcabuceros, caballos y culebrinas, se le encomienda el mando al mariscal de campo Francisco de Carbajal, quien llega a Lima a mediados del mes de agosto, siendo recibido con gran simpatía y honores por el propio Francisco Pizarro y sus capitanes, que ya conocían la trayectoria de gran guerrero de don Francisco de Carbajal, que era un gigante de 6 pies de alto con el pecho ancho como el de un caballo.

En marzo de 1538 Francisco de Carbajal es el jefe del ejercito que comandaban los hermanos Hernando y Gonzalo, que combatían a Diego de Almagro al que vence en la batalla de las Salinas, después de esta batalla Carbajal se establece en Arequipa, donde Francisco Pizarro le otorga tierras; en julio de 1541 Francisco de Carbajal se entera de la muerte de sus leal amigo y gobernador Francisco Pizarro, enseguida viaja al Cuzco donde en compañía de los capitanes pizarristas forma un ejército, el 18 de setiembre de 1542 Francisco de Carbajal con sus huestes acompañado del gobernador Vaca de Castro vence a los almagristas en la batalla de Chupas, después de esta batalla Francisco de Carbajal regresa a Arequipa al laboreo de sus tierras.

En diciembre de 1544 Francisco de Carbajal acepta ser comisionado de las colonias, cargo propuesto por el gobernador Vaca de Castro, por lo que esperaba vender sus tierras y partir del Perú; pero llega a la ciudad blanca Gonzalo Pizarro y le pide acompañarlo, Francisco de Carbajal para demostrarle la fidelidad y gratitud a los Pizarro aunque de mal grado decide seguirlo, pero le dice a Gonzalo Pizarro que los vasallos no deben rebelarse contra los señores, pero que una vez tomada las armas no había que dejarlas.

En marzo de 1545 llegan al Cuzco y el 7 de setiembre ante la llegada del comisionado enviado por el virrey Blasco Núñez de Vela, aconseja a Gonzalo Pizarro aceptar las propuestas que le ofrecía el obispo Loayza de dejar las armas, el 20 de setiembre es deportado el virrey Blasco Núñez de Vela por la audiencia de Lima y el 28 de octubre entra Gonzalo Pizarro a la ciudad de los reyes, francisco de Carbajal forma parte del sequito y ante las aclamaciones del populacho, la cortesía de los oidores, cabildantes y encomenderos no demuestra entusiasmo, ya que sabe que la mediocridad es servil al amo, al interés y al dinero.

El 18 de enero de 1546 en la batalla de Iñaquito el ejercito comandado por Gonzalo Pizarro y Francisco de Carbajal vencen a los seguidores del deportado virrey Blasco Núñez de Vela, luego Francisco de Carbajal sugiere a Gonzalo Pizarro que de libertad a los prisioneros y que no distinga vencedores ni vencidos, a su vez se case con una princesa india y establezca relaciones con el inca Sayri Túpac que se encontraba refugiado en Vilcabamba, pero también lo restituya en sus funciones; el 4 de marzo Gonzalo y Francisco regresan a la ciudad de Lima, donde reciben la noticia del alzamiento del oidor Diego Centeno, por lo que es enviado Francisco de Carbajal y el 8 de octubre del mismo año derrota a Diego Centeno en la batalla de Pucara, pero Centeno logra fugar a Puno para después pasar a Chuquisaca, el 17 de junio de 1547 Gonzalo Pizarro y Francisco de Carbajal parten en busca de Centeno, al que encuentran el 20 de octubre combaten nuevamente y Centeno es vencido y hecho prisionero en la batalla de Huarina, Gonzalo Pizarro contra la opinión de Francisco de Carbajal perdona a los vencidos, Diego Centeno, Francisco de Pisa, Sebastián del Castillo y al hermano del obispo Solano del Cuzco.

Gonzalo Pizarro y Francisco de Carbajal se enteran de la llegada del gobernador la Gasca y de sus promesas, que no son aceptadas por ellos; el 2 de marzo de 1548 la Gasca parte con su ejército desde Lima hacia el Cuzco, la Gasca acampa cerca de Jaquijahuana y envía emisarios secretos al campamento de Gonzalo Pizarro ofreciéndoles perdón, indulto y libertad a los que depongan las armas, lo que engendra en el ejecito de Pizarro confusión y desorganización, por lo que muchos de los encomenderos y capitanes buscaban el momento propicio para pasarse al ejercito de la Gasca, Francisco de Carbajal al ver lo que sucedía aconseja a Gonzalo Pizarro no presentar batalla y retirarse a Chuquisaca, don Gonzalo Pizarro en lugar de dar oído a esta sugerencia se ofusca y lo cree sospechoso de traición y lo destituye del mando, en su lugar nombra a Diego Centeno; Francisco de Carbajal ante este acto arbitrario le dice a Gonzalo Pizarro que le permita pelear como un simple soldado a sabiendas que brindaba su vida por una causa perdida.

El 9 de abril de 1548 en la batalla de Jaquijahuana el ejercito de Gonzalo Pizarro minado por la traición se presenta al campo de batalla, pero desde las primeras acciones se produce el desbande de los encomenderos, capitanes y el propio Diego Centeno, Gonzalo Pizarro vencido es tomado prisionero y ejecutado, Francisco de Carbajal que se encontraba herido también fue tomado prisionero por Diego Centeno, Francisco de Carbajal sin inmutarse le pregunta a Diego Centeno que quien era él para tratar de darle ordenes, a lo que Diego replica es que acaso no me conoces y Francisco de Carbajal le responde “parece que no pues siempre que lo he encontrado solo he visto su espalda y la grupa de su caballo” esta ironía aumento el odio de los felones que para vejarlo lo metieron en un saco y con angarillas lo transportaron ante la Gasca, mientras Francisco de Carbajal cantaba “niño en cuna, viejo en cuna , que fortuna”; Francisco de Carbajal fue condenado a la horca y murió con la arrogancia, dignidad y semblanza de todo buen guerrero, sabiendo que su cuerpo seria descuartizado y su cabeza puesta en una pica.

Los veteranos de la conquista del Perú, rememoraron al venerable hombre de ingenio Francisco de Carbajal, soldado tan inquieto como jamás hubo otro tan preparado para la guerra, a sus más de 80 años de edad mucho más viejo que cualquiera de los demás conquistadores, siempre conservo un espíritu juvenil y retozón, muchos que lo acompañaron recordaron sus irrespetuosas narraciones de las campañas de Italia, de su primer cargo como teniente en las filas del zapador Navarro, de su puesto de abanderado en la batalla de Ravena, de lo que le dijo en su propia cara al monarca de Francia Francisco I , de su profana y alegre descripción del saqueo de Roma, cuando con sus propios ojos vio al anciano y chocho Papa Clemente VII huir del vaticano, sin llevar encima de sus carnes para protegerlo del frio de la noche, nada más que su larga barba blanca.

Muchos vieron a través de sus recuerdos a Francisco de Carbajal recobrando después de cada batalla su antigua apostura, con esa orgia licenciosa que nadie podía arrebatarle, pero aquellos fueron otros días todos los que acompañaron a Francisco Pizarro ganaron fortunas, las minas del Perú daban anualmente 6 millones de onzas de oro y 20 millones de onzas de plata, mucho de cual por arte del robo, el asesinato y el juego pasaba a la circulación corriente.

Todos recordaban el canto de Francisco de Carbajal, que fue aprendido por los soldados y era el predilecto en las casas de juego, que después de perder muchos ducados en los naipes, miraban entristecidos sus fortunas disminuidas y cantaban:

Los mis cabellicos maire

Uno a uno se los llevo el aire

¿Ay? Pobrecicos

Los mis cabellicos


Texto agregado el 22-11-2011, y leído por 580 visitantes. (0 votos)


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