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participantes *Inicio Martincruz
**desarrollo Stromboli
***hacia el final Ignus
****Final Rhcastro


Cuento 18
Secreto familiar

Durante mi infancia sentí profunda curiosidad por las historias relatadas respecto de los retratos que cubrían las paredes de la sala en la casona de la avenida Mitre. Allí vivieron y murieron mis abuelos.
Hace más de medio siglo, cuando la tía Carilda, hermana menor de mi abuela, siempre vestida de riguroso luto, nos reveló aquello que, nosotros pensábamos, era un secreto.
Sus enormes ojos azules se fijaron en una amarillenta fotografía, testimonio de algún domingo de verano cuando conoció aquel que sería el hombre de su vida.
—El paseo que va desde el espigón hasta la Pérgola, era el centro del viejo balneario.
En esa época vestíamos de forma elegante; las mujeres con polleras y capelina y los hombres, traje de lino irlandés y sombrero de panamá —la mirada de la encantadora tía ya no era el muro impenetrable que conocíamos, sus ojos se encendían mientras hablaba, ejerciendo esa particular seducción que las mujeres conservan toda su vida.
—Me enamoré de Martín a primera vista, en el mismo momento en que me tendió su
mano para ayudarme a descender del coche de plaza.
Para la época Martín Elizalde tenía veintitrés años. Delgado y de mediana estatura, enérgico, adornaba su rostro con pequeños bigotes y la nariz recta, delataba, tanto como su nombre, su origen vasco. Criado en el seno de una adinerada familia de Tandil, oriunda de Guipúzcoa, desde adolescente manifestó rebeldía notable al alejarse de los estrictos postulados familiares.------------------------------------------------------ -------------------------------------------
Terminada su carrera de abogado, ya comprometido en matrimonio con tía Carilda, se fue a España. Durante la Guerra Civil se alineó con el bando republicano.
Fue detenido y trasladado al fuerte de San Cristóbal, una prisión militar próxima a
Pamplona. Lo mataron durante una fuga masiva de detenidos políticos.
Años después volví a escuchar una nueva historia de familia referida a la vida de Martín Elizalde, que coincidía sólo en parte con la de nuestra ya desaparecida tía.
Esta sostiene que en junio del veinticinco, fue demorado junto a un grupo de anarquistas italianos por interrumpir la marcha real en la velada del Teatro Colón donde se homenajeaba a Víctor Manuel III. Gritando ¡Viva la anarquía! ¡Viva Italia! Desde las graderías condenaban la dictadura de Benito Mussolini, en presencia del Presidente Marcelo T. de Alvear.
En los primeros tiempos de la década infame, fue sorprendido junto a sus compañeros en una casa de Burzaco en la que funcionaba una imprenta clandestina.Murió en un cerrado tiroteo con la policía y su fue cremado cuerpo.
En mi familia elegimos recordar la historia de amor de nuestra encantadora tía Carilda, la de los enormes ojos azules.

**
Mi nombre es Bruno Elizalde, ya no soy el niño que escuchaba atento los relatos de mi tia abuela Carilda. El escuchar aquellas historias de otros países, de reyes, de gobernantes y de algo tan tremendo como es la guerra hicieron de mí alguien curioso, meticuloso, observador de los detalles lo que me facilitaba mi trabajo actual de periodista en de “La voz de Tandil”. En breve sería destinado a aquel país dónde se desarrollaron supuestamente hechos vividos por mi antepasado Martín. Intentaría averiguar algo con un poco de suerte y trabajo por mi parte. . Me dije a mi mismo que intentaría con todas mis fuerzas averiguar qué había sido de mi tío abuelo.
Son las 12:00 cuando mi avión aterriza en el aeropuerto de San Sebastián. Estoy emocionado por visitar las tierras de mis antepasados. Me dirijo a mi hotel, dónde me tengo que documentar sobre el trabajo que el redactor jefe me ha encargado. Como siempre política, tanto que se ha hablado en los últimos tiempos de la Memoria Histórica.
Alquilé un coche y me encaminé hacia Pamplona. En los archivos oficiales, en los enterramientos de la época, en el viejo cementerio…. No figuraba ningún Martín Elizalde. Llevaba mi fiel compañera de tantos viajes, una Nikon D700 colgada al hombro, de lo que se percató la mujer que me atendió en la cafetería. Me preguntó “¿Usted también es de ” esos? Continuó sin que yo terciara palabra “Sí, esos periodistas que vienen a husmear en el dolor de las familias, de sus difuntos” “No, se equivoca sí, soy argentino pero lo que me trae aquí es un asunto familiar”. ¿No habrá oído hablar de una familia acomodada que emigró antes de la guerra civil. “Los Elizalde”. Ella le miró y entonces el observó unos inmensos ojos azules idénticos a los de su tia abuela Carilda.
***
Bruno quedó inmediatamente prendado de aquellos ojos azules como el mar Argentino, a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia. La sonrisa de la joven no era menos encantadora, y en sus suaves rasgos se adivinaba una tersura que le parecía irresistible.
En pocos minutos de conversación, gracias a su habilidad como periodista, logró averiguar no sólo su nombre: “Mariana” sino también que ella era hija de españoles, sin embargo no sabía nada acerca de sus abuelos. Sus padres fallecieron siendo ella muy pequeña, y a pesar de buscar en los archivos históricos del registro civil de su ciudad, jamás pudo averiguar nada sobre sus antepasados.
Bruno escuchaba con atención la historia de Mariana, (aunque estaba un poco distraído viendo como la brisa jugueteaba con sus cabellos), y luego de unos instantes, le confió el verdadero motivo de su visita a aquellas tierras, proponiéndole a su vez realizar un trabajo en colaboración, a fines de encontrar datos de sus respectivos antepasados. Ella dudó un instante, pero como siempre había sido muy impulsiva, finalmente decidió ayudar a Bruno, y se lo hizo saber con una amplia sonrisa que virtualmente derritió los ojos del muchacho.
Al día siguiente, se encontraron como habían convenido, al salir Mariana de su trabajo. Ella estaba un poco nerviosa por haber brindado su confianza a alguien casi desconocido, pero no solamente el chico le parecía atractivo, además algo en él la seducía en forma irresistible. Nunca hubiera podido decirle que no...

Visitaron bajo la guía de Mariana los centros históricos de la ciudad, intentado recolectar algo de información. También, gracias a la credencial de Bruno pudieron tener acceso a diarios de la época. Tal vez en alguna noticia vieran reflejado algún dato importante…

Por la noche, mientras se encontraban revisando una pila de periódicos en el sótano de la redacción de un diario local, como movidos por una fuerza invisible, los ojos de los dos se encontraron repentinamente, y sus miradas, mudas, decían tanto…
Bruno comenzó a acercarse lentamente a aquellos apetecibles labios que parecían invitarlo con una tentadora sonrisa. Mariana estaba cerrando los ojos lentamente, mientras su cuerpo se estremecía por la cercanía del aliento de él.
En ese momento, la puerta del sótano se abrió de improviso, interrumpiendo bruscamente la situación, y ambos se quedaron boquiabiertos al observar a quien ingresó a la sala como una tromba, cerrando rápidamente la puerta tras de sí.
****
Detrás del empleado del diario, entra un hombre robusto y enojado. Es el esposo de Mariana, quien exige explicación sobre aquel instante que le tocó observar donde ella está con los ojos entrecerrados.
Mariana lo distrae hablandole de la investigación de Bruno y sus propias inquietudes.
El empleado del periódico, de nombre Jesús Armenta, les pide que se retiren porque tienen que cerrar.
Entre la distracción del mal entendido con el esposo de Mariana y la prisa de Jesús, Bruno toma algunos documentos, los esconde entre sus pertenencias.
Al salir del lugar y camino al hotel, Bruno entabla conversación con el esposo de Mariana, quien le cuenta un poco sobre sobre la historia de España, republicanos y bando nacional o sublevado. Relaciona las historias de la tía Clarilda con la conversación del hombre mientras llegan al lobby del hotel. Sus inquietudes mutuas hacen que revisen los documentos, porque también Mariana tiene muchas dudas sobre sus antecesores.
Martín Elizalde aparece en todos los periódicos de la época, debido a la postura social de su familia y el movimiento republicano. Estos narran la desaparición algunas décadas atrás, de su hija recién nacida en el ''Hospital de la Mujer''. La esposa de nombre: Clarilda Montes Esqueda, de origen Argentino, es mandada a su tierra natal por Martín Elizalde, para protegerla. No antes de prometerle que no volvería a verlo hasta traer de regreso a su pequeña hija.
Se dice que la niña fue secuestrada por los adversarios del movimiento republicano en aquellas fechas, para someterlo. No así, Martín emprendió una búsqueda enfermisa y desgastante por muchos años sin éxito.
En otro documento de años posteriores. Se lee que Martín Elizalde muere a manos de Ernesto Campoamor, no antes de que Martín asesine a su esposa, Julieta Parra. A quien los trabajadores cuentan Campoamor apareció una mañana con ella en los brazos, y quince años más tarde hizo su esposa.
Campoamor va a juicio por crímenes de guerra.

Unos párrafos abajo, se amplia la información sobre la única familia que dejan, una niña de nombre Mariana Campoamor Parra, quien queda a cargo de una pareja empleados de confianza. Todo esto sucede en la Hacienda de nombre ''Los Campoamor''.
Los trabajadores cuchicheaban, pero nadie lo decía a voces porque en aquellos años hablar resultaba peligroso.

Concluyeron con ello, que aquella niña raptada del ''Hospital de la Mujer'' era la hija perdida de Elizalde a quien él mismo asesinó en su ira y total desconocimiento de la verdad.
Mientras Arnulfo abraza a Mariana tratando de consolarla por tal descubrimiento, con la ternura que cualquier hombre enamorado lo hace. Bruno ve en ella la tristeza que recuerda de tía Carilda, los mismos ojos, aquello que tanto le inquietaba de niño. Queda por instantes atrapado en ese sentimiento de pérdida, de un amor que no empieza y jamás terminará. No comprende como pudo pasar que aquella mujer que conoció de manera casual, pueda llevar su misma sangre.
Bruno regresa a Argentina, y al encontrarse frente a las fotografías que tomó en España de Mariana, piensa como es que aquella bella mujer que pertenece a la familia de los Elizalde, lleva por nombre el de los enemigos de su tío abuelo, y él... Que es hijo de madre soltera, goza del apellido paterno de un hombre desconocido y que por casualidad es Elizalde.

Fin.





Texto agregado el 01-08-2012, y leído por 347 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
02-08-2012 Agradezco a mi hija que tiene la mente fresca para desenmarañar una trama que sorprende en su complejidad. rhcastro
02-08-2012 Un privilegio haber compartido el papel con tan maravillosas plumas. ¡Muchas Gracias!. IGnus
02-08-2012 Tengo que confesar que el inicio se trata realmente de una historia de mi familia, por supuesto escrita con un poco de imaginación. Lo sorprendente es la cantidad de parientes que no conozco diseminados por Argentina y el país Vasco. Gracias a mi s compañeros de letras por completar este cuento que creo se trate de farctal. martincruz
01-08-2012 Excelente en todas sus partes. Cada uno recoge lo anterior y cumple perfectamente con su tarea. Me recordó el film "Los Misterios de Lisboa" basado en el libro de Camilo Castelo Branco, donde se juega con lo verosimil del género. NeweN
01-08-2012 Un trabajo increíble hicieron entre todos..no es fácil seguir el estilo de Martincruz..Excelente! silvimar-
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