Y ante la presión que hay sobre los sedimentos, ante el eventual derrumbe de ideas y fundamentos, ante la palabrería vaga que no justificará el desastre que podría quedar, yo confiado de que mi brazo es fuerte, sostengo todo con mi izquierda, mientras mi derecha escribe y luego sostiene un café, lo lleva a mi boca, le doy un sorbo, y luego sigue escribiendo. Una sonrisa en mi cara permanece, pero se como esta sonrisa puede detonar en un caos que siempre termina en los sueños mas profundos que he tenido. De todas formas la mayoría de las veces salgo semi-contuso, pero no me confío de que algún día salga con "el 80% de mi cuerpo quemado"