Había una vez, en un lugar llamado frutero, una pera, una rebanada de sandía, una papaya a la que le faltaba una rebanada, una manzana, y no podía faltar un plátano, este era el único que quedaba, puesto que los plátanos, son la primera fruta en irse del frutero. El plátano entre tan diversas frutas con las cuales podía combinarse, no sabía cual elegir, además de sentirse aprisionado entre el resto de frutas. Los plátanos son una fruta muy delicada, maduran muy rápido y más si se encuentran cerca del calor.

Este plátano deseaba combinarse con alguna de sus compañeras de habitación, pero estaba indeciso, con cual podría funcionar mejor la combinación; por un lado lo atraía la papaya que mostraba toda su madurez y desprendía su olor. Por otro lado le llamaba la atención la manzana, así que decidió iniciar un diálogo con ambas, sin que una supiera de la otra. Luego se decidió y le dio una mordida a la manzana. Y se fue con la papaya, la papaya lo opacó y decidió volver con la manzana, pero cuando regresó la manzana, ya no era una manzana.
Cansada de esperar, y quedarse sola en el frutero; ya que las manzanas son la fruta más resistente. Decidió cambiar de personalidad y se convirtió en una naranja. Al ser cortada del árbol la naranja viajó entre muchas otras naranjas, hasta que finalmente llegó a manos de una vendedora de jugos, que la partió a la mitad lo mismo que a muchas otras naranjas y las arrojó a un traste. La naranja se sentía; obvio partida a la mitad.
Intentaba encontrar su otra mitad, pero algunas le quedaban grandes y otras pequeñas, y algunas casi de su tamaño, no encajaban con su forma de haber sido cortada.
La vendedora exprimió todas las mitades e hizo jugo, fin de la naranja.
Su alma decidió volverse de nuevo manzana, prefería ser resistente, y eligió recorrer el mismo camino para regresar al mismo frutero. Tuvo que dar muchos saltos y escapar muchas veces de algunos hambrientos que nunca faltan, y algunos golosos, que sólo comen por antojo.
Tal vez siga huyendo y saltando, hasta marchitarse y cumplir con su ciclo vital.