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La obesidad es un tema de moda esta en todos lados la televisión, la radio, la prensa en todos esos medios llaman a realizar deporte, ejercicios, es una forma para que los niños y niñas adquieran fuerza, convicción, astucia, destreza; así no padecerán de obesidad o de alguna enfermedad más adelante, esto pasa porque los padres solo les dan comida chatarra anunciaban los medios. Un padre que veía los anuncios en la tv piensa: ¿Cómo puedo saber si mi hija esta obesa o pasada de peso?, por su estatura o si crece para el lado izquierdo o derecho, “yo la veo un poco crecidita de cada lado” dijo el padre, ha de ser porque pasa mucho tiempo sin hacer nada después del colegio.
-Bueno y la bicicleta que le compraste para navidad-menciona la esposa.
-Tienes razón razón mujer, ahí está guardada en algún lugar-contestó el esposo.
La bicicleta salió a relucir como una forma para que la hija hiciera ejercicio, así se pondría en forma y ya no aumentaría de peso, la esposa le recomendó a ambos para que salieran con la bicicleta.
-Deberían de salir todos los sábados-dijo la esposa.
-Mejor el domingo-dijo el esposo
-No seas irreverente el domingo no se puede, es el día del Señor-reclamo la esposa
-Está bien ese día no se puede-dijo el esposo.
El padre se entusiasmó mucho y le dijo a su hija:
-Vamos a sacar la bicicleta que te compre para el cumpleaños-
La hija buscó la bicicleta y tardo un poco en encontrarla, cuando la observo notó que estaba un poco sucia, le respondió al padre:
-Papi las llantas de la bici están como las llantas del auto que andas-
-No te entiendo-le respondió el padre.
-Las llantas de la bici están desinfladas, les falta aire-dijo la hija.
-Si hija las del carro están así porque las uso todos los días-dijo el padre y para no quedar mal con la hija recalcó: ”ni modo no puedo comprar nuevas”.
Salieron padre e hija muy alegres ya que repararían la bicicleta, buscaron varios lugares y el padre para ahorrarse un par de pesos estaciono el auto enfrente de una llantería, esta tenía por nombre “El Pinchazo”; del lugar salió un señor tan gordo y obeso que el pantalón de dacrón que portaba no le alcanza para tapar su barriga, la cual era de un tamaño considerable, cuando camina el pantalón se le bajaba por no llevar cinturón, se lo sujetaba con la mano derecha, la camiseta blanca que portaba había perdido su blancura, el color blanco se había convertido en gris por la suciedad, el señor tenía una barba muy larga y espesa, al parecer nunca se la había cortado, el color de ésta alguna vez fue muy blanca pero ahora tenía un color grisáceo por el efecto de su trabajo, el señor al verlos a ambos dijo:
-¿En qué les puedo ayudar?-
-Bueno tenemos dos problemas el primero las llantas de mi auto, les falta un poco de aire-dijo el padre.
El padre fue interrumpido por el señor de la llantería diciéndole:
-Tiene mucho valor y es muy osado licenciado-
-¿Por qué me dice eso, señor?-le pregunto el padre.
-Mire licenciado, hay que ser prudentes, no debería salir con las llantas desinfladas, además anda con su hija, es muy peligroso-le dijo el señor.
-No discuto eso, pero para eso estamos aquí póngale 30 libras a cada una y problema resuelto, le pagare por eso-y el segundo problema que tenemos son las llantas de la bicicleta de mi hija les falta aire también, por eso le pagare también-dijo el padre.
-Claro, eso lo arreglo de inmediato, lo del aire para las llantas de su auto está muy fácil solo las calibraremos a 30 libras cada una y primer problema resuelto-.dijo el señor.
El señor de la llantería entro al negocio, dentro de este había un arbolito de navidad color gris, unas luces se encendían intermitentemente, en la pared había dos posters uno con un papa Noel montano en su trineo y otro con unos renos, uno de los renos tenía la nariz roja y anunciaban una bebida muy famosa, ambos padre e hija notaron el ambiente navideño en la reparación de llantas, también notaron que el señor calzaba unas botas de hule color negro, la hija dijo:
-Papi parece un santa Claus pero pobre-
-¿Cómo dices hija?-le pregunto el padre.
-Si papi un santa pero sin el uniforme rojo y sin el cinturón negro-menciono la hija.
-No hija no te confundas, no es Santa Claus-dice el padre.
-Sí, si es él, solo que se ha disfrazado para que nos repare hoy para navidad las llantas-le dice la hija.
-Tú y tus imaginaciones-le responde el padre.
Ambos notaron que el señor llevaba dos válvulas, el padre se extrañó un poco y le dijo:
-¿Por qué trae dos válvulas, no es suficiente con una?-
-Una es para el aire de las llantas de su carro, le vamos a poner las 30 libras, la otra es para las llantas de la bici de su hija, a esta le vamos a poner un aire especial-dijo el señor.

-Perdón señor, ¿cómo dice?-pregunto el padre.
-Si un aire especial para la bici de su hija, ya hoy es navidad, le vamos a poner un aire “mágico”, para que la navidad la sientan alegre, amena con su familia, para que el espíritu navideño llegue a lo más profundo de su corazón, es un aire muy especial, tocado por el cielo-dijo el señor.
-Para mí es el mismo aire, aire es aire aquí y en China-le increpo el padre.
-Mire licenciado, la navidad es diferente para cada uno de nosotros, su navidad no es igual a la mía, a la de sus hermanos, a la de sus padres, a las de sus compañeros de trabajo, a la de sus amigos, si es que tiene amigos; cada quien disfruta su navidad a su manera, para unos es felicidad y comida, para otros es tristeza, a otros les da melancolía, para otros es recordar el nacimiento de su Dios, a otros les da igual; es más usted y su hija son los últimos clientes que atiendo, me tengo que ir a poner el aire “mágico”, a otras llantas desinfladas de esos padres que están acostumbrados a dejar las cosas siempre a última hora-dijo el señor.
-No me cabe duda usted está bajo algún efecto que no conozco, pero está bien hago lo que tenga que hacer-dijo el padre.
El señor puso con una válvula el aire para las llantas y con la otra el aire para las llantas de la bicicleta de la hija, cuando había terminado, dijo:
-Ya está, se pueden retirar y que pasen una feliz navidad-
Padre e hija se subieron al auto cuando se alejaron de la reparación de llantas el señor se había quedado observándolos y la hija que iba en el asiento de atrás del auto observo al señor que las había reparado las llantas, éste le hacía señas de despedida y la vez la hija notó como su apariencia cambiaba, la camisa y el pantalón cambiaron a un color rojo, la camisa era sujetaba ahora con un cinturón negro, la barba le había cambiado a un color blanco muy puro, las botas le cambiaron a unas más brillantes y ahora tenía un gorro rojo en la cabeza, el padre notó la alegría de la hija y le pregunto:
-¿Qué te pasa, porque la alegría?-
-Te lo dije, era papa Noel, es papa Noel o Santa Claus-dijo muy alegre la hija
-Si claro hija, tú y tus imaginaciones-le dijo el padre.
Llegaron a la casa con la bici arreglada, las llantas del auto tenían el aire adecuado, la bicicleta la dejaron para salir el día siguiente, pasaron la navidad en familia, ya pasada la media noche y después de entregar varios obsequios se despidieron y retornaron a su hogar; la hija por efecto del desvelo se había quedado dormida en el asiento trasero del auto, el padre no tuvo más remedio que cargarla y colocarla en su habitación, el efecto del sueño fue tal que no se despertó.
Al día siguiente, la hija se despertó y estaba abriendo los regalos que la habían dado entre estos juguetes, ropa, muñecas, peluches, estaba muy alegre por los regalos que había recibido, ella le comento al padre:
-¡Papi, papi!, resulto el aire mágico que nos puso el señor de la llantería-
-De veras hija, ¿Cómo así?-le pregunto el padre.
-Si papi soñé que iba en la bicicleta y me elevaba al cielo con el aire “mágico” pedalee lo más que pude, me eleve tanto que observe a toda la ciudad, me encontré al señor de la llantería pero ahora tenía el traje rojo y blanco, estaba en un trineo jalado por seis renos, le dije que si le ayudaba a repartir los regalos cuando me observo me dijo: “claro que puedes ayudarme”; el trineo que andaba no le alcanzaba para repartir todos los regalos así que puse varios en la canasta que tiene la bicicleta adelante y empezamos a repartirlos-,
El padre escuchaba a su hija con mucha atención, en su mente pensó: “vaya imaginación la de mi hija”, pero ella continuo diciendo:
-Repartimos muchos regalos, juguetes, muñecas, pelotas, ropa, etc., le pregunte como conocía a los niños que se habían portado bien y que regalos darle, él me miro a los ojos y me contesto: “eso solo tu lo sabes”; cuando regresamos a la casa me dijo: “gracias por ayudarme a repartir regalos y sueños, recuerda hijita, los sueños nunca se acaban; se hacen realidad si te lo propones con empeño y te portas bien”, me voy para la llantería a lo mejor hay un padre “descuidado” hoy después de las 12:00 de la noche y quiere el aire “mágico”, dile a tu papi que tenga cuidado, que revise siempre las llantas y que las tenga calibradas con 30 libras-.
El padre observo a su hija muy detenidamente y le comento:
-¡Vaya sueño el que tuviste hija!, pudo ser por efecto del desvelo, a propósito dejaremos la salida con la bicicleta para otro día, las llantas del auto están desinfladas otra vez, mañana las arreglamos, no creo que encontremos al señor del “aire mágico”, hoy es 25 de diciembre-.

Texto agregado el 15-12-2013, y leído por 227 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
16-12-2013 Un buen cuento de Navidad distinto, con un final de humor. simasima
15-12-2013 Inocente y tierno cuento de navidad. Me gustó. Saludos. Azel
 
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