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Inicio / Cuenteros Locales / necoperata / DOÑA PANCHA "LA SANTONA" SEGUNDA PARTE Y FINAL

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DOÑA PANCHA "LA SANTONA" - CONTINUACIÓN

Cuando llegó el padre Mario, el cura párroco, se lo comenté, pero me dijo que ya se lo habían dicho en la Chancha Renga, ( un boliche cerca del puente, donde acostumbraba a ir a tomarse unas ginebras, jugar un truco y tocarle el culo a la hija del dueño, el gallego Bermudez.) Lo vi medio en falsa escuadra y no se habló más del tema.
Ese domingo, serían las diez de la mañana, estaba llegando a la iglesia y me llamó la atención la cantidad de gente en las placitas, pensé que estaría la banda del Ejército de Salvación, que solían ir a enganchar fieles de rebote entre los que escuchaban la música. Pero nó, estaban ahí en los bancos, a la sombra, charlando en grupos. A muchos los conocía del barrio, pero no se me ocurría que podían ir a misa. Saludé de pasada a los conocidos y me mandé para adentro. Preparé los hábitos para la santa misa, mojé unas ostias sin sacramentar, en el vino sin sacramentar y al rato la voz del padre Mario:
.- Pirulo, abrí las puertas para que entren las viejas…
No lo podía creer… Viejas, viejos, jóvenes y niños, entraron en malón empujándose para conseguir asiento. Tiraron a la mierda la pila bautismal…yo pedía calma y literalmente casi me sientan de culo, parecía una cancha de futbol la parroquia. La chusma de Doña Rosa se me acerca y dice…
.- Vienen por la loca…Se está poniendo linda la cosa!...
Y bueno, me dije. Los caminos del señor son inescrutables, y me persigné.
Adentro era la joda loca, un festín pagano, tipos empinándose la botella de vino, comiendo sanguches de mortadela, tirando migas de pan y cascaras de fruta. Hasta había algunos vendiendo pochoclo, churros y empanadas. Yo convocaba a Cristo para que sacara a los mercaderes del templo, pero no creo que pudiera con esta jauría. Pobre flaco lo iban a sacar
Comenzamos la misa. El cura en sordina me dijo.
.-Por qué no te dejás de romper las bolas con la campanilla…Tenía razón, yo temblaba, del cagazo parecía que tenía parkinson.
.- Por qué no te metés las campanitas en el orto?... Gritó un zarpado, con el festejo de la turba.
De a poco se fueron calmando, hasta parecía que estaban en éxtasis, o durmiendo el pedo, qué sé yo. Pero calmados. Cuando el cura levantó el cáliz, ahí se pudrió todo de nuevo. Yo me tenté de risa, el cura también, se atragantó con el vino y escupió todo el altar. Hay que ver lo ocurrente que son los reos de barrio, te hacen cagar de risa…
Cuando de pronto, una voz como un clarín llamó a silencio…Y el silencio se hizo. Venía del fondo, del lado de la entrada…¡ Cagamos, (me dije), la loca!...
.- Señor, hoy no vengo a decirte mis pecados. Hoy no vengo a pedir que me perdones, reconozco los muchos cometidos y por ellos llegué hasta flagelarme…Hoy te vengo a señalar los pecadores que no piden perdón, no se arrepienten y vienen a tu casa como limpios. Yo no vengo a juzgarlos, solo vos podés hacerlo, por ser amo y señor del universo, padre amante y juez supremo…Como fiscal te pido los condenes, como defensora te pido los perdones… Yo te diré Señor quienes son ellos, yo te diré sus nombres, te diré que pecado han cometido, vos sabrás si es verdad lo que yo digo…
Hizo un silencio reflexivo. En la iglesia, donde minutos antes reinaba la chabacanería más pagana, solo se oía la ansiedad que esperaba su voz. La voz de esa mujer, clara y vibrante y los ojos de los fieles y los infieles, que expectantes esperaban de su boca el testimonio.
Ella miró a lo alto, junto sus manos y continuó de rezo
:- Yo te pido perdón Señor por Sebastiana, Guadalupe, Eugenía y Bernardina, que han cometido el pecado de lujuria burlando el sexto mandamiento que prohíbe fornicar…
Fue notorio que la mayoría de los presentes no entendía el significado de lujuria, ni fornicar, porque había consultas entre ellos y respuestas no muy semánticas, pero si comprensibles como, coger, garchar, fifar, culiar y algún españolísimo “follar”, reforzadas con obscenas mímicas ilustrativas, que rompieron el clima místico y reiniciaron el chacoteo.
La mujer se levantó con cara de fastidio, se persignó y con paso firme salió de la iglesia.
Tras ella salió la abigarrada concurrencia. El padre Mario desde el altar gritaba…
.- No se vayan que la misa continua … Kirye eleison, Chistre eleison ¡…Toca la campanilla boludo.
Lo último iba dirigido a mí. Yo respondía.
.- Et cum spíritu tuo, et cum spíritu tuo!...Y le daba a la matraca, pero el rebaño descarriado ya estaba en estampida, solo quedaban las cinco o seis habituales viejas devotas .
El padre Mario las bendijo, tapó el cáliz y las dejó esperando la hostia.
En la sacristía no hicimos ningún comentario, el cura agarró el porrón de ginebra, se mandó unos tragos, dijo “ In nomine Patris , et Fillii, et Spiritus Sancti, Amén …Se besó el pulgar en cruz y se fue arrastrando los fanguyos.
La ansiedad por saber cómo había seguido la cosa me llevó a la calle, en la vereda y la placita corillos de gente permanecían hablando. La primera que me interpeló fue la Doña Rosa, que se convirtió desde entonces en informante permanente de los sucesos.
.- Hay Pirulo, qué bochorno!...Y me entregó una tarjeta que estaban repartiendo unos pibes. “Doña Francisca, Pancha Santona, Fiscal de Dios en Alsina”, Denunciá a los Pecadores – Jean Jaures xxxx - T.E. xx-xxxx – Valentín Alsina.
Eso cerraba su presentación. Y eso me hizo pensar que esta mujer no era una loca, que tenía un plan elaborado, que recién comenzaba y tendríamos que esperar para conocerlo.
.- ¿Y la gente que opina ?... Pregunté a mi informante.
.- Y…La mayoría está muy decepcionada. Su debut no fue muy exitoso, dio datos imprecisos, hay muchas con esos nombres y hay muchas atorrantas en el barrio. La gente esperaba algo más picante. Usté me entiende… Sobre alguien importante…Usté me entiende, Pirulo.
Sí, yo la entendía a Doña Rosa y también la entendía a Doña Pancha, si queríamos que esto funcionara tendríamos que aportarle algunos datos.
“ Los caminos del Señor son inescrutables “. Me volví a decir, confieso que esa frase me gustaba, y yo estaba al servicio del Señor…Entonces recordé que sabía, a propósito de meterme en el confesionario en ausencia del cura, de muchas historias personales que daban para una radio novela, o dada la situación para convertir la parroquia en un lugar de concurrencia masiva…Los caminos del Señor…
Así comenzó mi relación con Doña Pancha. La fama de la iglesia y La Santona, trascendió las fronteras. De Pompeya, Fiorito, Avellaneda venían a la misa de las once, en poco tiempo se convirtió en una manifestación de carácter nacional, con tours turísticos y acampes de devotos que hicieron famosa a Valentín Alsina. Esto no solo fue un aluvión de fe, sino que aportó grandes beneficios económicos a la iglesia, el comercio del barrio y el mío propio. Fue la época de oro.
Pero todo se acaba en esta vida rea…Un día, la voz de una mujer en el confesionario me dice, creyendo que yo era el padre Mario, que lo de ellos debía terminarse antes que los escrachara la Santona.
La tranquilicé, simulando su hablar. La voz de la mujer me resultaba conocida, pero no podía identificarla, así que cuando salió, hice lo mismo para ver quién era sin ser visto. Fue como un puñal en el corazón lo que mis ojos vieron. Era Esthercita, la mujer del panadero, mi novia más querida cuando estudiante, que alegre repetía los versos de Rubén. Me había dejado calentito
a pura paja…Se casó con el tano por el vento. Yo sabía que era medio trampa, pero nunca penséí que con el cura. Desfalleciente llegué a lo de Pancha, ansioso por contarle lo vivido. La Pancha me escuchó y pegó el grito.
.- Se cumplió el sueño del pibe!...Ahora sí que lo agarré al hijo de puta, se llenaba de guita a costa mía y no quería tirarme ni un morlaco…Nos salvamos Pirulo, nos salvamos !...
Y la cosa terminó como te cuento, La Santona chantajeó al cura Mario. Que con sus influencias la ordenó de monja, la hizo Madre Superiora de la Monjas Carmelitas en Pelotas, le construyó un convento en Recoleta, que fue el primer Quilombo Shopping de Argentina. Yo quedé como gerente, me casé con la Pancha y vivimos felices desde entonces, hasta su muerte Nunca supe que fue del cura Mario …
“Los caminos del Señor son inescrutables”.


Texto agregado el 12-03-2014, y leído por 294 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
29-03-2014 Me hizo reir mucho tu cuento de La santona, sobre todo porque conozco bien toda esa terminología empleada. A gafer: "filigresía ignorante" (no "ignaranta") Clorinda
12-03-2014 Tu relato resulta entretenido y muestra lo fácil que es engañar a una feligresía ignoranta y crédula.UN ABRAZO. gafer
 
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