LA POLILLA Equivocada y herida aleteo convertida en polilla, detrás del fuego fatuo de tu lumbre. Hembra al fin, me he convertido a tu credo rogando de rodillas, palabras y actitudes. ¡Qué poca memoria tiene el hombre, después del último bocado!
Texto agregado el 09-06-2014, y leído por 402 visitantes. (4 votos)