En esta noche, la soledad me ayudó
A descubrir que tus manos me crean,
Me moldean como dos pequeñas niñas
Que se divierten en aquel arenero haciendo castillos,
Y me quitan esa piel y esa mente
-que en ocasiones estorba-
Y me vuelven arena,
-Castillo.-

En estos versos de tu ausencia
-la oscuridad me dice ser aire-
Siento:
La descarada necesidad de ser creado,
Ser alguna locura tuya,
Contigo puedo ser mar, fuego, hombre
-Eterno.-

Vos y tus cinco lunares
Me convierten en aquel viajero
Que al no encontrar agua
Se va bebiendo tus besos
Que me transforman en luz que levita por esta vida
Y descubre que el mundo no es mundo
Sin ti.

Que aquellas plazas de frondosos arboles
Solo son “áreas verdes” mal mantenidas
Y no nuestro cálido rincón dorado.

Estos miedos que se van con el paso de tus ojos
Que desprenden mis malicias
Y crean nuestra historia en planchas de oro.
-Esperanza dicen que se llama-
Me dejan aquella sonrisa que solo
Los tontos enamorados entienden.

Esta noche, donde no hay niñas
Que me hagan castillo,
Ni besos que me transformen en luz,
Me quedaré con nuestros boleros,
Esperando nuestro próximo encuentro
Mujer de manos indómitas.


El Mesiaz.