Cae la tarde
y mi vestido, es la piel
bajo tus manos.
A lo lejos, una campana
tañe su cordura en las vísperas.
Me liberas de tu abrazo
y de rodillas ante mí,
eres un Adán orante,
desnudo de pecado.
Texto agregado el 06-07-2014, y leído por 415
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