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Inicio / Cuenteros Locales / VIGIA / EL NOVELISTA CADAVER-CAP.5-(FINAL)

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5.
- Contestaré a ambas preguntas, Bastián…- dijo, aún dándome la espalda.-…Pero antes, debes de saber que la primera parte de la tarea consiste en que transcribas y publiques todos y cada uno de los legajos que contiene este mueble…- dijo señalando con su podrido dedo una pila inmensa de carpetas que pude ver por detrás de él - …Son documentos manuscritos y han de adaptarse a los medios modernos para poder ser publicados. Cada una de las carpetas contiene una novela completa ya escrita, pero ni revisada, ni corregida ni transcrita a ningún medio digital, por tanto, hay que hacerlo. Simplemente son todos los originales escritos a mano desde el año 1.852.
Son verdaderas obras de arte que hay que salvaguardar…en total 109 novelas.
La segunda parte de tu cometido, naturalmente, te la explicaré después.

- Pero… ¡si son miles y miles de papeles! – Exclamé sorprendido -…Tengo 62 años, señor; Creo que no tendré tiempo material de llevar a cabo semejante empresa; Además… ¿Como sabe usted que esas novelas son los suficientemente buenas como para merecer el increíble esfuerzo, por no hablar del imposible tiempo, que llevará leerlas, transcribirlas y publicarlas todas?

- Inteligente apreciación que me lleva a contestarte tu segunda pregunta, - dijo, girándose y mostrando una fea mueca a modo de sonrisa - …Tiempo, en esta finca, tendrás todo el del mundo para concluir la tarea porque la excepción de tu sangre no te permitirá morir nunca, excepto por accidente grave. Así que si nunca sales de estas paredes y no ocurre ninguna desgracia podrás concluir la tarea sin importar el tiempo que conlleve…

- ¿Como que no moriré nunca? ¡Todo lo que esta diciendo me parece una sandez, Señor!... – repliqué incrédulo alzando la voz.
Toda esta situación estaba tornándose surrealista a manos de un viejo loco y empecé a plantearme seriamente la cuestión de abandonar y olvidarme de todo este asunto. Mientras, el Señor J…continuó:

- La reacción que estas teniendo es de lo más normal, querido Bastian…- dijo con voz queda, mientras ojeaba distraídamente algunos de aquellos viejos papeles –
…A tu padre le sucedió lo mismo cuando supo la verdad de nuestra familia;
Quizás por no asumir plenamente la realidad de nuestro don divino.
Fue demasiado para el.
Confío en que tu templanza te lleve a entender el bien que se nos ha otorgado.

- ¿Nuestra familia… nuestro don divino? – Dije exaltado-…pero ¿de que demonios me esta hablando, viejo loco?

- Cálmate Bastián – contestó impasible a mi insulto -… Hablo de nuestro don divino: La inmortalidad.
Soy inmortal, como tú, como toda nuestra familia, y es algo que comprobaras con el paso de los años que te esperan junto a mi, tu tatarabuelo, mientras terminamos de transcribir la obra familiar. Te dije que las novelas son buenas, y yo lo sé perfectamente porque las he escrito todas y cada una de ellas.

- ¿Inmortal… dice usted que es mi tatarabuelo inmortal? ¡Pero si está tan podrido que se cae a pedazos y apesta toda la casa a cadáver!... No creo que le queden ni dos días de vida… ¡ni comprendo como siquiera puede ponerse en pie y andar mientras le caen los gusanos por todas partes! ¡Esto es una locura!

- Efectivamente, querido tataranieto, el ser inmortal conlleva algunos inconvenientes y de ahí se traslada que tu bisabuelo, abuelo y padre buscaran tan desesperadamente la muerte accidental.
Te explicaré que tenemos la peculiaridad de “fallecer” como cualquier otro ser humano a una edad más o menos correspondiente, pero solo fallecemos físicamente. De cuerpo, aunque no de espíritu. La llama de la vida nos acompaña en el transcurrir de los siglos y solo nos es arrebatada si se produce una muerte accidental y física en el periodo natural de la vida humana.
Una vez traspasado sin incidentes ese limite y sin accidentes mortales, se produce el fallecimiento natural y se comienza el proceso de descomposición de nuestros tejidos, propiciados por la activación automática de una enfermedad debida a la inmortalidad transmitida genéticamente, y aunque muy poco a poco vayamos deteriorándonos, eso si mucho mas despacio que los mortales, nuestro espíritu permanece vivo y sano en nuestro interior.
Lógicamente con el paso de los años hay lesiones físicas que resultan difíciles de reparar, ejemplo de lo que tú tuviste que hacerme antes con mis dedos, y llega un momento que nuestra vida solo reside en el interior del cráneo, como un pequeño refugio del alma, cuando ya no nos quedan miembros funcionales.
Es ciertamente extraño cuando al principio notas que el corazón deja de latir, que los pulmones no reciben oxigeno y que el polvo sustituye el fluir de tus venas.
Se podría decir que aplicar el término “enfermo de muerte” en nuestro caso, es especialmente lo más adecuado porque de eso es de lo que enfermamos:
Única y exclusivamente de muerte.
Así como el que tiene gripe es un enfermo de gripe, nosotros somos enfermos de muerte. Y esa enfermedad comienza justo desde el primer momento del fallecimiento terrenal. Pero si uno se cuida y se ocupa de su mantenimiento, puede durar físicamente mucho, mucho tiempo. Yo aún soy joven…Acabo de cumplir 222 años ya que nací en 1.792...Demoré 65 pacientes años en redactar cada uno de esos papeles que ves aquí, todas esas novelas que son como hijos míos, pero ahora apenas puedo escribir con estas catastróficas manos. Por eso es tan necesario tu servicio, además de ser la herencia que te pertenece por derecho;
Como te dije, espero que seas distinto al resto de parientes y tengas lo que hay que tener para soportar la vida eterna.

- No puedo creerme ni una sola palabra de lo que me está diciendo – repuse retomando el control de mis nervios - ¡…Sencillamente me parece que usted esta loco, Señor!.

- Está bien – replicó el Señorito - si no me crees a mi quizás puedas preguntarle a ellos.

Y dirigiéndose a la parte alta de aquel aparador lleno de antiguos papeles, abrió unas pequeñas puertecitas del tamaño de una caja en cuyos huecos interiores me miraban desde dentro de sus urnas acristaladas algunas cabezas en distintos estados de putrefacción, lo cual no les impedía sonreírme y saludarme gesticulando con los ojos según los iban presentando (excepto los que ya solo eran calaveras huesudas, que simplemente chasqueaban los dientes):

- Aquí, mi padre...en esta otra, mi abuelo…en esa de allí, mi bisabuelo…un poco más atrás, mi tatarabuelo…- iba diciendo jovialmente el Señor J… mientras que a mí, se me helaba la sangre en las venas.
…Y por cierto, - continuó- De eso trata precisamente la segunda tarea que te encomiendo:
El cuidado intemporal, o hasta que te sea físicamente posible, de cada uno de los miembros de la familia siendo así mi relevo, que tú Bastian, sabrás por supuesto perfectamente como ejercerlo.

********

Once años después de nuestro primer encuentro, ya puesto al corriente de todos sus asuntos y la organización de sus numerosas novelas aún sin publicar, en una fresca mañana lluviosa de septiembre, cumplidos ya los 231 años, a mi familiar se le desprendió la cabeza del cuerpo como si de un higo maduro se tratara y procedí, como era mi obligación, a depositarla en su caja-urna correspondiente junto al resto de los parientes, siendo este suceso alegremente celebrado por todos ellos.
Este acontecimiento, debido a mi bien entrenada impasibilidad, no ocasionó más que el levantamiento sutil de mi ceja y un “¡Cielos!” a modo de escueta exclamación.

“¡Suscipiat aeternum, tataranieto! (¡Bienvenido a la eternidad, tataranieto!)" fueron las últimas palabras que salieron de los labios de mi consanguíneo aún con la cabeza en el cuerpo; Un hermoso lema familiar labrado en oro sobre mármol negro de Carrára y expuesto justo encima de los receptáculos de las urnas.
Desde entonces, desde sus correspondientes ubicaciones se relatan historias de palabra unos a otros y bromean con chascarrillos del Señor J… por ser este el más lozano de todos; En ocasiones copio de puño y letra algún encargo, pero generalmente me permiten gozar de mi tiempo en soledad - Matilde hace algún tiempo que murió, justo dos años antes que yo – y que dedico exclusivamente a la creación de mi nueva obra y, por supuesto sin prisas, a la búsqueda de mi futuro sucesor.


Y esta, señores, es la historia de mi propio tatarabuelo, el Señor J… por el que he tenido la deferencia de escribir este relato por mí titulado como “El novelista Cadáver”, con el cual me identifico y para su honor y recuerdo, obviamente dictado y dramatizado por mi pariente desde la urna en la que permanece ya hace unos años, del día y circunstancias de cuando nos encontramos por primera vez, dando fe de su veracidad en tanto y en cuanto a lo que se refiere a mis pensamientos y opiniones que relaté con la máxima exactitud, una vez finalizada la encomienda de la transcripción y publicación de sus 109 novelas.

Ahora en compañía de la eternidad y atendiendo, como es natural, el servicio necesario a las cabezas cadavéricas de mis parientes, estoy en la labor de escribir mis propias novelas mientras mis pútridos dedos se mantengan unidos a las manos y así me lo permitan.

Y lo haré así, como desde siempre hicieron ellos:
Libremente... y a vuelapluma.





Texto agregado el 09-09-2014, y leído por 200 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
09-09-2014 1. ¡Wuaooo, qué finalazo! Haber comenzado la obra con ese quiebre en el tiempo fue el detonante para que el lector especulara, a rabiar. Yo lo hice. Hasta me salí por las ramas porque quería imaginar el desenlace final, pero qué va, tuve que esperar hasta terminar la lectura de toda la historia para entender cada evento que me intrigaba y descubrir, así, la relación de las dos fechas que planteas en la introducción de tu obra. SOFIAMA
09-09-2014 2. ¡Bienvenidos a la eternidad, señores lectores! Lo dije y lo mantengo: sólo una fértil imaginación puede desarrollar una trama de esta altura. Sólo un buen comunicador lleva hasta al final a un lector ávido por descubrir el resultado. SOFIAMA
09-09-2014 3. Hay coherencia en todo el relato; y los recursos retóricos, tanto de la descripción como de la narrativa, aplicados de forma apropiada, por lo cual, el lector se convierte en testigo presencial de cada hecho. Competente como escritor, amigo Vigía. Felicitaciones y gracias por ayudar a este Mundo Azul a mantener su calidad literaria. Un full abrazo. SOFIAMA
09-09-2014 Ya me gustó la primera vez que me lo enseñaste, y hoy lo he vuelto a leer, me impacta cada detalle que mencionas, la imaginación es amplia y tu juegas muy bien con ella... Un bexo para ti VIGIA. sandalo
 
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