TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / delaida / Tuyo es mi corazón

[C:547304]

Tuyo es mi corazón.

11 de febrero

Vicente se aferró con esperanza a la mano de su esposa y sonrió. Sus mejillas, antes pálidas, recobraron el color de la vida y en su mirada prendió el fuego de la esperanza.
La enfermera de turno irrumpió en la habitación y comprobó el estado de la vía incrustada en el brazo derecho del paciente. Tras echarle una rápida ojeada al gotero, se retiró con la misma parsimonia con la había entrado y los amantes prosiguieron con sus arrumacos.

-¿Estás bien cariño?
-Mejor que nunca, amor.
-¿Seguro?-le preguntó ella para besar su frente-. No hace mucho estabas pálido...
-Eso fue antes de que llegaras, Claudia-apretó la mano de su esposa-. No deberías dejarme aqui solo. Tú eres mi medicina, y cuando te alejas, mi corazón se debilita tanto, que temo se rinda antes de tiempo.
-Qué melodramático eres, cariño-sonrió la ocurrencia de su esposo y le soltó la mano-. Voy a bajar a la cafetería. ¿Quieres que te traiga algo?
-No. Lo único que quiero es que vuelvas pronto-se incorporó ligeramente para acomodar la espalda-. No sé si voy a ser capaz de enfrentarme a esto, Claudia. Tengo miedo.
-Saldrá todo bien, ya lo verás-volvió a coger su mano-. Yo también tendría miedo. ¿Y quién no? Un trasplante es algo muy serio, pero no eres el primero y tampoco serás el último, cariño.

Él ahogó un suspiro lánguido y su mirada entristeció.

-¿Y si muero durante la operación, Claudia?-respiró profundo-. ¿Y si mi cuerpo rechaza el nuevo corazón?

Ella meditó su respuesta.

-Si mueres, vivirás en el mio para siempre. Y si tu cuerpo rechaza el nuevo corazón, te daré el mío y vivirás.
-¿En serio, amor? ¿Me darías tu corazón?
-No lo dudes ni por un segundo-le estampó un nuevo beso en la frente-Mañana es el gran día, asi que procura dormir un rato para estar fuerte. Yo voy a tomarme ese cafe y regreso enseguida, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.

14 de febrero

-Todo se andará, cariño. Tu cuerpo tiene que adaptarse al corazón que te han puesto. Hay que esperar y eso es exactamente lo que vamos a hacer.
-Hay rechazo, Claudia. Los médicos han sido muy claros al respecto. Me atiborran de medicamentos, pero el rechazo es considerable y no hay esperanzas.
-Estás aquí, Vicente. Eso es lo que importa. Ahora debes luchar por conseguír que tu cuerpo acepte ese corazón. La mente juega también un papel importante en todo esto.

Vicente no se dejó convencer. Estaba apagado, monotorizado, cableado y en intensivos.
La enfermera le hizo un gesto a Claudia porque el tiempo de visita estaba a punto de agotarse.

-Tengo que dejarte, amor-repuso ella-. Mañana vuelvo. Descansa y no te agobies, que te dejo en buenas manos.

Él apretó la mano de Claudia para impedir su marcha.

-¿Recuerdas lo que dijiste el dia previo a la operación, Claudia- preguntó con gesto firme-. Lo de que me darías tu corazón.
-Si, claro, pero...
-Pues dámelo, Claudia. Te quiero tanto, que mi cuerpo no notaría la diferencia y de seguro que no me produciría rechazo. ¡Tengo que vivír, cariño! -aseveró con un tono de súplica-¡Quiero vivir!

La mirada de Claudia resbaló hacia el suelo.

-Te daría mi corazón, cielo, pero si lo hiciera...¿cómo podría seguír amándote? Moriría, Vicente. Tú vivirías, pero yo moriría. ¿Lo entiendes?

Las palabras de su esposa decepcionaron sus ilusiones.

-Era tan solo un decir ¿no es cierto? -la miró de soslayo-. Dijiste que me darías tu corazón solo para quedar bien.

Ella esquivó su mirada e intentó convencer a su esposo con una patraña.

-No quise decirte nada hasta que hubiese pasado todo esto, pero estoy embarazada, Vicente-le miró fíjamente-. Por eso no puedo darte mi corazón. Vamos a ser padres, cariño y tú no querrás que nuestro hijo muera ¿verdad?

Vicente tragó saliva y su rostro se cubrió de felicidad.

-¿Estás...embarazada?- preguntó, no dando crédito.
-Si, cariño. De dos meses.
-¡Pero eso es estupendo, Claudia!
-Si, cielo-apuntó ella con fingimiento-. Era una sorpesa que pensaba darte cuando todo esto pasara.
-¡Pero esto lo cambia todo!-se encendió nuevamente-¡Vamos a ser padres, Claudia! ¡Es maravilloso!
-No te alteres, cariño. Tu situación es delicada.
-Si, debo tranquilizarme-hizo una breve pausa-Me pondré bien, ya lo verás. Nuestro hijo no se quedará sin padre. No señor.

Si Vicente se recuperaba, fingiría un aborto. Y si no lo hiciera, casi que mejor.

-Debo irme, amor. La enfermera me está atosigando con la mirada-se puso en pie-Tú descansa y recupérate pronto ¿vale?
-Me recuperaré, Claudia. Lo quiera mi cuerpo o no, este corazón saldrá adelante por nuestro hijo.

Tras regalarse un beso, Claudia abandonó la estancia con profundo pesar. Una semana después, Vicente falleció en el hospital con una sonrisa en la boca.



-

Texto agregado el 20-09-2014, y leído por 218 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
25-09-2014 Tus textos me hacen reflexionar. glori
20-09-2014 Una mentira piadosa.Mentira al fin,pero logró endulzar los últimos días de su esposo.Bello relato.UN ABRAZO. gafer
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]