RELATO TRUNCO Hoy, después de veinte días de abstinencia cibernética, vuelvo al teclado a mirar el visor y rascarme el reservorio de las ideas. Veinte días!… en otro momento me hubiera resultado insoportable este estado de incomunicación forzada , pero reconozco que lo sobrellevé sin ansiedad. Evidentemente mi personalidad adictiva no pasa por lo intelectual, podría decir que esta situación encubrió se alguna manera una realidad consecuente a lo largo de mi vida; puedo vivir sin escribir, y confirma mi idea de que lo hago solo por divertimento, como un desafío más, u otra razón que debo consultar con mi analista, descartando lo dé levantarme minas. El hecho de conectarme a internet fue, después de todo, el principal motivo o pretexto para pedir el servicio. El viernes tenía taller y como buen sarmientino no podía concurrir sin los deberes hechos, así que en una actitud voluntariosa, busqué la consigna, prendí un cigarrillo y llamé a las musas.
La noche es propicia, relámpagos y truenos ambientan la escena de un hombre sentado frente al monitor de una computadora cumpliendo el mandato de escribir un relato. El comienzo ya está, ahora tiene que aparecer algo o alguien que lo interrumpa. Qué joda…aquí tengo que comenzar a ficcionar, porque no creo que con este temporal venga nadie a tocarme el timbre, ni que suene el teléfono, porque tengo línea pero no aparato ……………………………………………………………………………………………………………………………….Después de un largo tiempo de búsqueda de un intruso. ¡Eureka!...No hay nada más interruptus, que la falta de idea, o la soledad ?... neco perata