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Harlem, New York. Agosto de 1.967
La mujer subió lentamente la escalera del lúgubre edificio. Con cada paso, los desgastados escalones de madera crujían fuertemente y las barandas se mecían irregularmente. En el cuarto piso se detuvo. Tomo aliento y continuó por el largo corredor, hasta el final: apartamento número 34. Tomo las llaves y abrió la puerta, de inmediato vio a su hermano Frank.
- ¿ Que te pasó Janet ? – preguntó el joven, al verla sollozante, despeinada y con la ropa desalineada.
La mujer casi no podía hablar. Solo pudo balbucear:
-Fui violada, Frank – caminó unos cuantos pasos más y se desplomó en un ajado sillón marrón. Su hermano quedó petrificado, no sabía como reaccionar.
Un largo rato se mantuvieron en silencio, solo abrazados. Cuando puedo recuperar su voz, relató a su hermano que fue atacada al bajar del metro, por un hombre de color, con una cicatriz en la mejilla izquierda. Vestía chaqueta azul y pantalón gris.
Janet no quiso hacer la denuncia, conocía muy bien ese camino. Como secretaria de un buffet de abogados, sabía el oprobio a que eran sometidas las mujeres color de Harlem, en esas largas secciones tribunalicias. Casi eran puestas en el banquillo de los acusados, con preguntas que llegaban hasta la humillación: “porque esa falda tan corta, ese pelo tal provocativo…ella me sedujo Su Señoría… y frases por el estilo”. No, jamás pasaría por eso.
Janet era una mujer joven, con poco más de veinte años, prefirió olvidar todo y seguir con su vida. Frank, por el contrario, quiso venganza. El arreglaba las cosas así.
Esa misma noche se dirigió a la calle 125, cerca del metro, donde había sido atacada. “Alguien debió haber visto algo”, se pregunto. Bajo el suéter negro, escondía un revolver cargado. Sus ojos estaban desorbitados, solo guiados por la venganza. Estuvo un par de minutos sin resultado.
Decidió calmarse y fue a tomar un trago a Stoker ´Bar, muy cerca de ese lugar. Observaba a todos los que entraban y salían, buscando un golpe de suerte. La noche se hacia más oscura y profunda como su odio.
Vio en una de las mesas a su amigo Anthony, jefe de una de las pandillas más violentas de Harlem. Se le acerco y le pregunto, luego del saludo extravagante que solían hacer con las manos:
-Necesito que me ayudes, Anthony.
- Lo que quieras amigo.
Le contó todo lo sucedido y le dio la descripción. Su aparente amigo, le dijo de inmediato:
-¡ Es Carl Marson !, un vago que vive en la otra calle. No es la primera vez que ataca a una mujer – luego agrego –. Hace un par de horas estuvo aquí y se jactaba de haber tenido relaciones con una mujer.
Frank quedo en silenció, acumulando odió a granel. Tomo un trago y le preguntó:
-¿ Sabes donde vive ?. – Anthony le dio la dirección.
Se levanto raudamente de la silla y se dirigió al lugar. No lo encontró. Decidió esperarlo en la acera de enfrente. Cuando lo vio llegar, se le acerco lentamente por la espalda. Lo tomo por los hombros y lo lanzó al suelo, necesitaba verlo de frente.
Cuando trato de incorporase, le pareció ver la cicatriz que le había descrito su hermana. Esto unido a lo dicho por Anthony, cerraron toda posibilidad de duda. Saco el revolver que tenía en su cintura y le dio cinco disparos. Hizo un enorme estruendo, pero nadie intervino. Como si esto no fuera suficiente, le inclinó sobre el cadáver y le dio un escupitajo.
Al día siguiente, salio en el periódico el asesinato y la fotografía de la victima. Frank corrió a la habitación de Janet y se la mostró, orgulloso de haber cobrado venganza. Con una voy muy contundente, le dijo:
-¡ Hice justicia, ese maldito ya no molestará más en este mundo!.
Janet miro fijamente la fotografía y le respondió lo que no quería escuchar:
-Ese no es el agresor. Ese chico no me violo.
Anthony le había mentido. Quería deshacerse de ese hombre que le debía dinero y se aprovechó del corazón lleno de odio de Frank. Lo uso para el trabajo.
Esa terrible noche, un hombre inocente había muerto. Cuando la venganza guía la justicia, rara vez es servida.

Texto agregado el 23-05-2015, y leído por 200 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
24-05-2015 La mentira siempre disfrazada de cordialidad, muy bien tratado el tema de la violación, saludos krisna22z
23-05-2015 Me gustan tus relatos . autumn_cedar
 
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