Somos máquinas creadas por seres de otros planetas, inteligencia superior que se divierte mientras nos pone a prueba.
Me desnudo antes de dormir y me entrego en silencio buscando una respuesta de las voces del pasado y del mañana, y nunca llegan.
Condenado a este abismo arcaico de sentimentalismos, a sufrir un corazón que se nutre de esperanza, que gime y llora la soledad eterna, que siente el vacío como compañía de un viaje inalcanzable.
Levanto la vista y se que existís, que me observáis, lo se aunque a veces no escuche con atención vuestras palabras.
Se que en mi cuerpo hay marcas que habéis dejado en el tiempo y he de vivir con ellas, experimentos del azar.
Callo mi alma y me abrazo sintiendo el calor que me falta y sueño con el exilio en un universo donde nunca harán falta las palabras.
Acepto mi reto, acepto mi cuerpo y también sus marcas.