REQUIEM PARA GARDEL

Se quemaron tus alas, no tu canto,
zorzal porteño que llegaste al cielo.
Qué importa en qué país está tu nido,
si sos el berretín del argentino
que quiere ser Gardel,
o parecerlo.
Por tu sonrisa,
tu mirada bajo el ala del sombrero,
tu bamboleante andar y el pelo negro.
Qué importan tu padre, ni tu madre,
ni importa el día en que rompiste el huevo.
Qué importa tu nombre verdadero,
si aquí fuiste “el morocho del abasto”,
“la voz de Buenos Aires”,
“el zorzal criollo”
“el inventor del tango”,
“el bronce que sonríe”
“ el que canta mejor después de muerto”.
neco perata