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Inicio / Cuenteros Locales / mente_veloz / El amigo de mi hijo.

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El día perfecto, aumento en el trabajo, casa nueva y mi hijo porfin tenía un amigo. Desde que Melody murió nunca había visto al pequeño Richard hacer amigos, pero hoy esperaríamos a un invitado para la cena.
Saliendo del trabajo fui de compras, pues ocupaba artículos para el nuevo hogar, comida, y por supuesto una maseta. Después de todo , mi cuarto no estaba completo sin una maseta.
Al regresar planté una hermosa orquídea sobre la maseta, hice la cena y me dirigí a cambiar la bombilla de la entrada, cuando vi una sombra eentro de la casa. Era evidente, alguien se había metido a la casa. Me acerqué lentamente, con una sartén en la mano cuado de pro, vi a m hijo jugando con su amigo. Realmente no sabía que pensar. Su amigo me daba miedo. Era alto, bastante delgado, con larga cabellera y no parecía vivo. Sino lo hubiera visto moverse juraría que se tataba de un cadaver.

Al momento de la cena quise sacarle alguna palabra, pero no decía nada, era bastante raro. Al terminar, me dirigí a terminar de poner la bombilla pues ya era muy oscuro y las velas sobre la meda ya no eran suficientes para iluminar la casa. En ese momento mi hijo me empujó haciéndome tirar la bombilla ql suelo, la cual se despedazó al instante. Después de reprimirlo, él me dijo que lo había hecho por su amigo pues odiaba la luz. Alguna enfermedad ha de tener, pensé yo.
A la hora de dormir, procedí a despedir al amigo de mi hijo, cuando este pequeño demonio insistió pata que se quedara. Su amigo me daba desconfianza, pero no lo había visto tan feliz desde la muerte de su madre, así que dejé que se quedara a dormir.
Subí al segundo piso, donde se encontraban las recámaras y me propuse dormitar un rato. Sin embargo, antes de apagar la luz del cuarto, pude ver en el pasillo una sombra. Era rl amigo de mi hijo. Parado en el pasillo, juzto en la penumbra. No respondía a mis palabras, sólo estabs allí. Quise ir al pasillo a prender la luz, pero allí estaba él, a un lado del apagador, mirándome fijamente. A que loco había metido a mi casa? O yo era el loco por permitir tal barbaridad? Le grité una vez más y el sólo sonrió. Sus dientes eran como de tiburón. Que cosa era? Sólo esperaba que apagara la luz para entrar? Sólo me quedó gritarle a mi hijo wue prendiera la luz. Él sólo me dijo llorando: Ya lo hice, dile que se valla. Por favor dícelo,. Me acaba de decir cosas malas, no es una buena persona, tengo miedo...

Continuará...

Continuará.

Texto agregado el 25-09-2015, y leído por 132 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
21-04-2016 el cuento en si es bueno, tendrias que corregir un poco la ortografia satini
 
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