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Inicio / Cuenteros Locales / Julia_flora / Una disparatada historia de amor (Cuento infantil)

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Había una vez, un elefante ¡tan, pero tan pituco!, que era la envidia de toda la selva tropical, él se llamaba Arturo.

Aquel día de verano, el trompudo coqueto tenía una cita con una preciosa gatita que le robaba el suspiro, como quien roba besos a los labios de la providencia. Para ir a su cita se perfumó con el aroma de una hermosa orquídea, se rizó las orejas con dos cocos de una palmera, y le pidió a su mamá, la elefanta Zúca, que le planchara con el palo de una caña su gran moño de color verde manzana, pero su mamá le respondió:

-Arturo, yo no te plancharé el moño verde, pues, en la selva todas las plantas son verdes, te confundirás y no podrás distinguirte de las flores.

-No mamá, con este moño verde conquistaré a mi amada, la gatita Natasha.

-¡Pero Arturo!, esa gata jamás se fijará en un gordo elefante como vos, siendo ella el tamaño de una de tus patas. ¿Qué haremos si la aplastas?

- ¡BRRRRRRRRRR! Vete a barritar a otra parte. Yo conquistaré esa gatita y me casaré con ella, madre.


Arturo salió muy contento esa tarde, a pesar del reto de Zùca, iba con una rosa roja en su trompa, risueño y alborotado. Él iba a encontrarse con su novia, pero en verdad ella no era su novia ¡shhhh!, esa misma tarde Arturo iba a declararle su amor a la gatita.

La pequeña micifuz se llamaba Natacha, su pelaje tenía el color de la noche y en sus ojos había polvo de estrellas, su cuerpo poseía el tamaño de una de las patas de Arturo y era prima cercana de la pantera negra.

La cita de Arturo y Natacha era a la orilla del río Orinoco, pero como Arturo era muy, re que te muy distraído se entretuvo jugando con una mariposa en el camino, y se olvidó de que las agujas del reloj pasaban muy de prisa. Cuando llegó al río no encontró a Natacha porque había llegado tarde, y triste pero muy triste se volvió a su casa. ¡Es que los elefantes no pueden llorar, por màs que lo intenten y se inflen como un globo no pueden llorar! Snif, snif, snif.

La pequeña felina, cansada de tanto esperar al GORDO, GORDO elefante se aburrió y se fue a afilar sus uñas mientras descansaba en la rama de un árbol.

Al día siguiente, el elefante Arturo se levantó muy temprano, antes de que repiqueteara el pájaro carpintero y con mucha decisión volvió a la orilla del río para buscar a su amada gata, porque él era muy enamorado y soñador.

Esa misma mañana ¡se generó una confusión tremenda!, porque la pequeña morena fue a la casa de Arturo para encontrarlo pero el elefante estaba esperándola en el río, ¡pobre grandullón!

Entre tanto desencuentro, la gata decidió volver a su refugio, molesta y cansada de esperarlo ¡qué fatiga!, pero en el camino de regreso se tropezó con una piedra y cayó al fondo de un río que no era el Orinoco, y como a Natacha no le gustaba el agua empezó a maullar ¡¡miau-miau-miau!! y a desesperarse por no poder salir del tremendo lío en el que estaba metida.

Del otro lado de la selva, Arturo oyó el maullido de su amada y fue trotando hasta donde estaba la gata; la tomó por el lomo con su trompa y la puso en su cuello para darle calor de manera tierna y heroica, la gatita agradeció al elefante su ayuda y se enamoró de él.

Y moraleja de esta historia; las lechuzas cuentan que cuando el invierno llega y hace mucho frío, se ve a un elefante pituco y perfumado trotando por las praderas de la selva tropical. Un adolescente paquidermo que ha cambiado su moño verde por una bufanda negra ¡pero no!, es la pequeña gatita que se prende con sus patitas al cuello de su amado, donde descansa y ronronea, porque allí es donde ha encontrado su lugar en el mundo.

¡Y colorín colorado, este cuento se ha terminado!

Texto agregado el 24-09-2016, y leído por 424 visitantes. (12 votos)


Lectores Opinan
29-09-2016 hermoso tu cuento Julia yosoyasi
26-09-2016 Que ternura.. plin plas felicidad y más... Un abrazo, sheisan
25-09-2016 hmm, esto es zoofilia animal, un elefante y una gata es como una abeja y una mulita, o el Graf Zeppelin y el obelisco, está bueno proyectar la imaginación de los niños y no poner barreras, me gusta cafeina
25-09-2016 Dice mi nieta (5 años) que si la gata se prende con sus garras al cuello del elefante, lo va a lastimar, que mejor sería que se agarre con sus patitas (Conste que la crítica no me pertenece) seroma2
25-09-2016 Ja, ja....de disparatada nada!!. Otros amores imposibles se han visto. Beso y mil estrellas *******************.... grilo
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