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Generalmente se define la poesía como la palabra que proviene del término latino poesis, derivada de un concepto griego., entendiéndose como la manifestación de la belleza o del sentimiento estético. Su aplicación más usual es en: poemas y composiciones en verso.
Hace algún tiempo encontré en internet una definición de poesía que me encantó, la escribió Daniel Reni-Anzola, escritor y dice:
“Poesía es hablar con el corazón en la mano., poesía es expresar los sentimientos al máximo”.
En otro párrafo de su definición aclara: “la poesía no está escrita en papel, está escrita en el corazón de quien la escribe y de quien la lee, y deja huellas en los corazones, tanto o más que en el papel” “La poesía nace y crece de dos formas, cuando estás muy feliz, tan feliz que piensas que no estás en ese momento, o cuando estás tan triste, que quieres olvidar los amargos recuerdos.”
En el fondo la poesía expresa esos momentos que se viven intensamente y que se dicen o escriben velozmente en dos o diez líneas armónicas de escuchar, siempre cobijadas en un estilo, que en mi caso se define como “verso libre”.
Los poemas nacen en cualquier lugar, no importa la hora que marca el reloj, son así: reflejan el instante en que la emoción nos colmó el alma, como por ejemplo ese día, hace muchas lunas, cuando casi amanecía, en el primer papel que encontré a mano escribí lo siguiente:

“Déjame contarte
niño hermoso
de ese día
en que tú llegaste
a llenar mi vida
de alegrías.
Amanecía tímidamente,
la ciudad aún dormía
y sus calles se veían vacías.
Frente a cada semáforo,
camino a la clínica,
donde tú llegarías,
había una luz de estrellas
que me decía: te están esperando.
Y yo corrí
por esas calles húmedas de madrugada
para ir a tu encuentro
para verte pequeño y dormido.
No supe si reír
o llorar,
dando así escape a la emoción
de ser abuela de un varón.

Cualquier cosa, cualquier emoción, imagen o sensación, generara un verso, y un poema nace sin hora ni día, se escribe en cualquier papel, se pierde, se regala, se olvida.
A veces no tienen nombre ni se enumeran…. como en mi poemario “VERSOS EN LA ARENA”, que dediqué a mis hijas y que prologó Raúl Correa, extraordinario maestro y amigo de tantos escritores regionales.
Raúl, generosamente anotó en su prólogo - refiriéndose a mi modo de escribir - : “no hay duda que su poesía transfigura el entendimiento y produce lumbre y destellos en el lector. Juega con las palabras y desde su realidad, produce la magia necesaria para conmover”.
Con el respeto que me merece Raúl, me inclino a pensar que él tiene razón cuando señala que en los versos hay magia que emociona…y no sólo en los de mi autoría, también en los de todos los demás. Además de magia, los versos también pueden tener furia contenida y tremendos dolores, porque como ya lo dije anteriormente: en pocas o muchas palabras el poeta expresa su sentir del momento que está viviendo:
“Déjame pensar
en la quietud
de la noche,
cuando lo imposible
parece real,
cuando los sueños
se hacen verdad,
cuando la mente
traspasa fronteras,
cuando…
¡por favor!
Déjame pensar en ti..

Y otra noche, tal vez no tan contenta con la vida o con alguien, escribí:
“Te conté alguna vez
de esas cosas que no se dicen?
Te hablé quizás
sin la claridad debida,
de lo que profundamente
experimentaba al estar contigo?
Me parece que no,
creo tener la impresión
de haber callado
lo que necesitaba ser gritado,
Y ahora,
cuando de nada sirve
lo hablado o expresado,
qué saco con decirlo
si no estás para escucharlo?”

Un poeta siempre deja en un cuaderno o en una simple hoja de papel su pensamiento y su sentir, en especial cuando se enamora o bien, cuando recuerda haberlo estado.
Neruda dice en una sola frase algo grandioso: “es tan corto el amor, y tan largo el olvido”… aquellos que no somos como él o como Gabriela, en una o muchas frases le cantamos al amor y al estar enamorados:
“Me enamoré
de un espejismo
que el sol
dibujó en el desierto.
Me enamoré
de una estrella
que la luna
pintó en el cielo.
Me enamoré
de una veleta
que giraba
con el viento.
Me enamoré….
También de ti ¡!”

Es sabido que los poetas le cantan al amor, en todos los tonos imaginables, lo hacen desde la euforia más increíble hasta con la desesperanza más radical:
“No le contaré
al viento
ni a las nubes
de esos versos
escondidos.
No les diré
tu nombre
pese al deseo
de dibujarlo
en el firmamento.
No sabrán
de ese amor oculto
Y tú….tampoco!”

Cuando un poeta se enoja, también lo expresa y yo, alguna vez, también estallé:
“Voy a desterrarte
te enviaré al desierto
donde no tengas agua
ni semilles
y el sol abrazador
te seque.
Voy a alejarte
pondré leguas y leguas
de distancia,
para que no regreses
y trazare senderos
que confundan tus pasos.
Voy a poner un mundo entero
que intercepte tu recuerdo
y distraiga mis pensamientos
para así…..olvidarte ”

La verdad es que, un amor nunca se olvida, sin importar cómo haya sido, cuánto haya durado o de qué tipo haya sido; siempre se recuerda, mucho o poco, porque en algún rincón de la memoria…quedó escondido su recuerdo:
“En alguna parte
dejé perdido
tal vez olvidado
un sentimiento.
Pudo ser en la parada
del autobús,
ó a orillas de un camino,
quizás en la arena
de una playa
ó en la ribera de un lago.
En alguna parte,
un sentimiento
me está esperando”

Los sueños no son ajenos a los poetas, siempre están presentes, son como un don extraordinario, hasta con los ojos abiertos un poeta sueña, sin importar si es de día o de noche:
“Debió ser un sueño,
de pronto recordé
una canción que habla
de un beso robado,
y volví a sentir
en mis labios
el sabor de los tuyos;
mi piel se estremeció
envuelta en un abrazo
prolongado e infinito,
como si nos hubiésemos
amado desde siempre.
Tus manos acariciaban
con una ternura
que no había jamás sentido.
Mi cuerpo giraba con el tuyo
unidos en un abrazo amante
envolviéndome en tu aroma
y tu calor.
He despertado
con la sensación
de lamento profundo,
no puedo continuar soñando…
ha amanecido ¡!”

En la viña del Señor, hay poetas de todos los tipos, algunos son verdaderos juglares de la actualidad y le cantan a las cosas nuevas, a las viejas y a las que vendrán. También le cantan a las ideas, a los credos, a las plantas y a las flores., son tan variados como amplio es su repertorio. La vida y también a la muerte., la alegría y la tristeza., en suma los poetan le cantan a todo y en especial, a esos momentos que han guardado en un rincón del alma:
“Encerraré en el arcón
de los recuerdos
lo vivido.
Daré dos vueltas
a la llave
para que no se escapen
esos momentos.
En un rincón
los dejaré estar
y pretenderé
que nunca estuvieron.
En el arcón
de los recuerdos
guardaré:
Los suspiros,
tu ausencia
y mi nostalgia ¡!”

La vida nos lleva y trae por caminos de felicidad, desamor, alegrías o desventuras., esas rutas – de alguna manera - el poeta las describe desde su prisma, así es como mirando una fotografía de mi padre escribí:
“Contemplo tu retrato
buscando
el sonido de tu voz,
la tersura de tu piel,
el calor de tu mirada.
Recorro con mis dedos
la expresión de tu cara,
tus sienes blancas,
la comisura de tus labios
y siento que se arranca un beso,
que se posa en mi mejilla
y mi alma gira enloquecida,
reviviendo otros momentos,
olvidando la pesadilla
de tu ausencia.

Los poetas gritan su dolor sin remilgos, son generosos con sus recuerdos expresados en prosa o verso., una noche muy especial, en San Juan, Argentina., un grupo de escritores de aquí nos reunimos en la casa del más genial periodista de esa provincia; un eterno soñador de la unión de dos tierras mediante un túnel o una ruta adecuada por Aguas Negras, apta en cualquier estación del año. Era un enamorado de nuestra región y un extraordinario amigo y anfitrión para con todos los que cruzaban la frontera…estoy refiriéndome a Guegué (Eduardo) Fémenis. En su casa, al calor de un buen asado, celebramos esa noche el término de un congreso literario y casualmente era el día del padre. Sin que nadie lo indicara o propusiera, de pronto comenzó una ronda de lecturas, que tenían que ver con ese día, y alguien tomó una guitarra y cantó una bella canción gaucha alusiva., otros leyeron poemas guardados en el bolsillo o declamaron aquellos guardados en sus memorias, yo… leí, lo que necesitaba gritar ese día:
“ Tengo que aprender
a vivir sin ti.
Lo haré sola,
porque olvidaste
enseñarme a cómo hacerlo.
Tengo que aprender
a prescindir de tu presencia,
y no desear tu abrazo
tu mirada y tu cariño.

Tengo que aprender
la más dura lección
que nunca me diste:
Vivir sin ti ¡!......

Los poetas son alegres, melancólicos, divertidos y hasta graciosos, y en ocasiones nos preguntamos cosas sin obtener respuesta:
“A veces
hasta de los sueños
nos despedimos,
volviendo a la pesadilla
de la rutina.
La vida será sólo sueños?
¿sólo pesadillas?

Definitivamente somos tan humanos que pasamos de la alegría al llanto con una velocidad increíble:
“ Un día lloré,
al siguiente reí.
Volví a llorar
y otra vez reí….
Los días son risas
y también llanto.”

Los poetas somos así, guardadores desordenados de papeles donde hemos descrito - en verso o prosa poética - todas las emociones, situaciones, sensaciones y sentimientos, porque como bien lo dice el escritor Daniel Reni-Anzola, Poesía es hablar con el corazón en la mano.


Texto agregado el 16-01-2017, y leído por 113 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
17-01-2017 Atinada la estrategia de colocar en este bien llevado collage de poemas en el contexto descriptivo que los introduce y a su vez lo complementa, ello me dice mucho de su ingenio y capacidad creativa. Agradable haber leído esta propuesta. sagitarion
16-01-2017 Muy cierto lo que dices, yo acumulo papeles, cuadernos y garabatos desde hace mas de cincuenta años... ahora que lo pienso, soy casi mi propio museo seroma2
 
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