Inicio / Cuenteros Locales / Flyinghands / La cetrina y el cobarde
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Cantaba Can't take my eyes off you de rabia, de una incontenible furia que habría causado su propio silencio. El bus iba a paso de tortuga y una pequeña mujer, que caminaba por mis ojos hace días, estaba frente a mí, fingiendo leer un libro. Estaba esperando en la fila para conversar conmigo. La puerta estaba cerrada. Su sonrisa era enorme y jodidamente bella en diezmil sentidos, su piel oscilaba entre el oro y el cobre, pero bien matizado, fina tal ceramio. Y no dije ni "hola". Alguien ha muerto y no soy yo. Bueno era yo. La ira suele causar revoluciones. Los miedos no existen en una revolución. Y morí dejando un Capital. Ahora sus seguidores lo pondrán en marcha. |
Texto agregado el 21-01-2017, y leído por 87 visitantes. (2 votos)
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