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Esto sucedió en Bogotá el 5 de marzo del 2018

El día iniciaba a las 4 am, tenía clase de 7 am a 1 pm, entré hasta la segunda clase, a las 11 decidí visitar el Freud, como es típico en este lugar procedí a fumar, estaba con mi amigo Braulio. Luego decidimos movernos para evitar el malviaje provocado por el excesivo flujo de gente y la música alta de ese día, ya se estaba quemando la pipa.

Decidimos quedarnos al lado del edificio de humanas para pasar el enchonche, pero no era muy buen lugar, también estaba lleno. El cielo estaba despejado y hacía ese calor que es normal en Bogotá últimamente, muy picante pero agradablemente soportable, antes si hacía honor a su apodo, la nevera. Más o menos a la 1 de la tarde vi cerca a unos compañeros que habían entrado a clase, me entraron ganas de moverme de ahí, hacia el bosque de las asmáticas, quería evitar cualquier posible encuentro. Braulio no quería moverse, no me hablaba tampoco, estaba acostado en el pasto con su chaqueta tapándole la cara, yo estaba medianamente perturbado por la gente, por el Braulio acostado, el sol y mis compañeros pululando por humanas.

Unos segundos después de rendirme y dejar de proponerle movernos a Braulio lo empecé a putear porque se acercaba a nosotros Karin, una compañera con la que habíamos hablado antes pero muy poco, suponía que sería incómodo. Ella se sentó a mi lado y me empezó a hablar, luego se dio cuenta de que Braulio era quien estaba acostado, seguimos hablando, afortunadamente ella no me perturbó, su presencia no era incómoda, al contrario, aliviaba mi ligero malviaje y podía conversar con alguien, que resultó siendo agradable. Después de conversar un rato y que Braulio mediara algunas palabras le pregunté si le apetecía fumar. Fumó.

Por efectos de haber fumado no recuerdo bien de qué hablábamos, luego de unos minutos sentados le propuse caminar y ella accedió, Braulio solo obedeció a nuestra voluntad. El resto fue muy agradable, disfrutamos el enchonche y lo comentábamos, a los 3 nos gusta fumar, tenemos antecedentes, ella solo le dio una calada o plon a la pipa. La acompañamos hasta su bicicleta y emprendió el que nos dijo que sería su primer trayecto en ese estado.

Después de despedirla nos instalamos en las asmáticas. Pasamos el tiempo con música y luego nos despedimos, después de Karin todo había sido muy agradable, yo iría hacía el CAD a pagar un recibo. Cuando estaba haciendo fila me llamó una conocida del pasado. Me dijo que estaba en la universidad y me pidió el favor de acompañarla esa noche, me hablaba en tono convincente y tentador, esto era muy raro, hace meses no la veía y casi nunca hablamos, accedí. Me encontré con ella en la plaza Che, estaba acompañada de 2 compañeras de sus clases, lo cual no me agradaba mucho, no las conocía y una de ellas mostraba resistencia a hablar, esa noche habría un toque de una banda local, no me gusta mucho esa música.

Después de haberme comentado eso ellas me dijeron que querían fumar, yo estaba satisfecho, el enchonche con Karin y la música en las asmáticas no habían dejado ganas en mí para seguir mareándome. Las llevé al Freud, había mucha más gente, parecía jueves, las llevé hacía la estatua y allí un tipo que no parecía estudiante abordó a mi conocida, iba con un viejo y un sujeto con un perfil parecido; ñeros intelectuales con aires de Suba. Con ellos rotamos un porro.

Cuando entre los 6 fumábamos le dije a mi conocida que me iría, me hizo ojos de no aprobarlo, me intentaba convencer para quedarme, al ver que esto no tenía efecto en mí se despidió del sujeto que la abordó y me dijo que fuéramos a la Che, a esperar el toque. Cuando estábamos en frente del León, en la plaza, inició un pogo. Ellas miraban sonriendo, yo me malviajaba, había mucha gente en la plaza y quería ir a mi casa para hacer trabajos y quitarme la culpa del vago. Nuevamente le dije que me iría, que tenía cosas que hacer, pensé que sería convincente, ella había tenido una vida un poco dura y había desertado de la universidad, ella estuvo y está en filosofía en la libre, desertó por problemas con drogas, con sus compañeras hablaron de unos trabajos que eran para el siguiente día con un Donato, un profesor que yo conocí, supuse que entendería mis razones, pero me hizo entender que se molestó al decirme “váyase… en la mala”. Me fui.

Estaba muy trabado sobre la carrera 30, a lado de la calle 45, en frente de la universidad, eran las 6:30, tomé un bus que va hacia el norte, “San Cipriano”, la última vez que vi el celular eran las 7, estaba maldiciendo a Natalia, mi conocida, porque ahora tendría que llegar en ese estado a hacer trabajos. Minutos después me dormí.

Cuando desperté el bus estaba inclinado, iba rápido, anormalmente rápido, a mi lado no había nadie, miré a la ventana y no reconocía el lugar, habían muchas casas bajitas, feas, algunas tenían el techo en lata o no tenìan, no se veía luz pública, solo algunos bombillos lejanos. Inmediatamente miré hacia atrás, en el bus había un gamín puro y duro, de los de pipa y puñal, y dos jóvenes, el gamín decía cosas en voz alta, después de unos segundos se bajó, igual los otros. Miré unos segundos más a la ventana, pensaba que estaría en algún lugar lejano a mi casa pero estaba tranquilo, con la certeza de que volvería, me dirigí a la cabina del conductor y le pregunté cómo tomaba este mismo bus pero hacía el norte, el conductor me dijo que en el lugar en el que se bajaron los jóvenes y el gamín, luego me dijo “pero ya le toca mañana”, no tenía más dinero, le pregunté si me podía acercar a alguna estación de transmilenio o un lugar donde tomar otro bus, planeaba subirme gratis. El busetero iba con su hijo y su mujer, cuando dije esto la mujer lo miró y le dijo que me ayudará, parecía que no estaba en los planes del conductor, él me dijo que me dejaría en la Boyacá, cuando me dijo Boyacá y veía ese panorama pensé “estoy muy lejos”, solo conocía esa parte de la ciudad en google maps. Me dijo que me sentara y que me avisaría.

El bus siguió inclinado, subía y subía, cuando terminó de coronar la lomita vi que el cielo seguía despejado, vi un edificio que estaba muy lejos y tenía un color rosa brillante, comprendí que era la torre colpatria, la cual proyecta en la noche, pero esta vez, como nunca antes, la veía desde el sur occidente y muy lejana, generalmente yo la contemplo desde el oriente, a escasas cuadras del edificio. Al haber subido, debíamos bajar, también inclinados. No veía gente en la calle, vi un grafiti que decía “aquí nos dormimos a las 11”, todo estaba oscuro y hasta ese momento me di cuenta que la buseta llevaba música electrónica de juego del 2000, un viaje muy raro, las pocas personas que pasábamos en la calle me miraban raro, también pasamos tres grupos de ñeros que me inspiraban demasiado terror, pero iba en mi puesto, todo a través de un vidrio. Antes de coronar la loma había alcanzado a ver una placa de dirección, calle 81 sur con 18h.

Cuando bajamos más ya había alumbrado público, fueron unos 30 minutos según mi percepción desde que me dijo que me sentara, cuando empezó la luz vi a una mujer de aspecto chirriado xD que le alegaba a un policía, quien vaciaba una botella, luego vi un letrero que decía “Parque la Joya”, lo recordaba de google maps, había mucha gente reunida en torno a una cancha de micro. Después el bus tomó una vía amplia y paró cerca de un puente. El conductor abrió la cabina y me preguntó

- ¿Usted para dónde es que va?
- A la 134 con autopista.

Miró a su mujer y su hijo con cara de sorpresa y me dijo “Pa, es que ud está en la puta mierda”. Me explicó que estaba en Ciudad Bolívar en el barrio arabia, justamente, la buseta que dice “San Cipriano” dice “Arabia” cuando va al sur, estaba en una de las localidades más peligrosas de la ciudad, no es un buen lugar para perderse, allí mis probabilidades de morir aumentaban considerablemente, para quien no esté en contexto le recomiendo leer noticias locales para hacerse una idea de la fama de este lugar, también me explicó que el puente me llevaría al portal Tunal y que corriera porque se van los últimos buses, cuando dijo eso pensé en la hora y se la pregunté, suponía que eran las 8 o algo así, el reloj marcaba 10:15 pm, entendí y corrí.

Como no tenía dinero me tocaba colarme, cuando entraba al portal vi a un policía y me cague en todo, inmediatamente, mientras seguía corriendo, vi que se agachó y tomo un trapero y un balde y entró a una puerta, era mi oportunidad, corrí rapidísimo y salté el torniquete, luego seguí corriendo y le pregunté a una trabajadora del sistema cómo llegar al norte rápido, me dijo que tomara en B13, en Bogotá, en transmilenio cuando un bus empieza por B se dirige directamente al portal norte, pensé que estaba salvado pero cuando llegué al lugar en el e que se toma el B13 un hombre que vende dulces me dijo “hace media hora no salen”, seguí corriendo, vi el lugar del C15, portal Suba, había estado corriendo pero sin miedo, mientras había rodeado el portal buscando un bus podía ver que no se veía la torre colpatria y que lo colindante al portal tenía luz pública.

Subí al C15, estaba frente a las puertas del bus, las paradas que seguían no las conocía y eso me asustaba, diagonal a mí habían dos ñeros que se reían y me señalaban, sentía que se preguntaban “¿qué hará aquí?”, el resto del bus estaba solo, habían unas 5 personas en total, cuando el bus arrancó dejamos el foco de luz que era el portal y tomamos una vía oscura y amplia, se podía ver la forma de la montaña en la oscuridad. Antes de llegar a la estación “Biblioteca” en la vía oscura vi a dos habitantes de calle en torno a un fuego, una imagen sin duda surreal para mí. Cuando paró tenía miedo de que alguien entrara y me jodiera, habían altas probabilidades.

La vía continuó oscura, después de “Biblioteca” vi a dos mujeres en el separador, solo me causaron miedo, seguía “Parque”, luego “Calle 40 sur”, “Tercer Milenio”, “Calle 19” y “Calle 39”, los ñeros que se reían sacaron una pipa y fumaron dentro del bus después de “Parque”, se bajaron en la 19 con caracas, mal lugar.

Cuando estaba llegando al tercer milenio me sentí más seguro, pero todo me asustaba más, el centro estaba lleno de habitantes de calle y todo estaba oscuro, vi una iglesia que en frente tenía muchos habitantes de calle que dormían, luego vi una pared larga y blanca, era el batallón, antigua facultad de medicina de la universidad nacional, luego a dos militares y luego más pared, luego la plaza de los mártires, en el obelisco habían dos habitantes de calle y se veía a alguien cojear en las calles oscuras que salían al occidente, luego pasé por la avenida Jiménez, vi a un solo policía en la plaza de la mariposa y mucha basura y habitantes de calle en lo que parecían foros de vagabundos, en este punto había luz pública pero parecía que cada 50 metros, ya que la oscuridad seguía siendo general.

Por la 19 se veían numerosas putas, como nunca había visto, mucha oscuridad.

Luego llegué a la 39, de ahí tome un 8 y llegué a Alcalá, subí de la autonorte a la carrea novena y llegué a mi casa a las 12:30 de la noche. Durante el viaje tuve miedo paralizante unos segundos cuando descubrí que estaba en Ciudad Bolívar, vi imágenes surrealistas y especialmente extrañas para alguien como yo, casi siempre estuve tranquilo, tanteando entre mis posibilidades, sabía lo que tenía que hacer y todo fue como una película, a través de un vidrio.

Humus

Texto agregado el 16-03-2018, y leído por 26 visitantes. (1 voto)


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