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LA ANCIANA

Siempre caminaba por las mismas calles de mi pueblo… Quizá sea por costumbre o quizá sea porque no hay otro camino que me llevaba a mi casa… Lo cierto es que a lo largo de mis veinte años siempre caminaba por las mismas calles de siempre… Uno cuando se hace mayor, la nostalgia le llega como un te tibio y agradable… Lo hace recordar y recuerda muchas cosas… Las lindas y sobre todo las misteriosas… Eso me ocurrió cuando pasé por mi pueblo luego de mas de cuarenta años… Y el recuerdo, mis amigos, hermanos, novias, etc., llegan como un te tibio y agradable… Allí el parque, la casa de la novia, mi casa, mi antigua casa… Detuve el auto y bajé… Caminé hasta llegar el lugar y a cierta distancia la miré… Sonreí y me dispuse a seguir rumbo hacia mi realidad… Estaba por salir cuando pasé por el viejo edificio azul… No puede ser, pensé… Aún sigue igual… Me detuve y pregunté a los vecinos el porqué aun no había sido demolido… Nadie dio razón… Miré la entrada y estaba igual… Una reja oxidada y con candado, ventanas sin luna, oscuridad en su pasillo de entrada y al mirar hacia el tercer piso vi la luz encendida en uno de los departamentos… No podía creerlo… Aun estaba viva… Recordaba que de niño mi madre me prohibía entrar hacia aquel edificio porque estaba embrujado, y porque dentro vivía una mujer extraña, muy vieja y que jamás salía de su departamento…
Caminé hacia ella y traté de entrar… Los gruñidos de un perro muy grande y feo me detuvieron… Estaba alejándome cuando desde una distancia cogí una piedrecilla y la lancé hacia la luz del edificio… Tocó la ventana y vi acercarse una sombra muy grande… Se detuvo y luego vi salir del cuarto cientos de bichos en dirección mía… Corrí hacia mi auto y arranqué… Los bichos desaparecieron, pero simplemente arranqué hacia mi destino…
Llegué a mi centro laboral, hice lo que debía y ya de noche me dirigí a casa… El recuerdo de la mujer del edificio estaba dentro de mí… Cené, tomé unas cervezas y fui a escribir… Nada me salía, por lo que decidí dormir… Tuve sueños, extraños sueños… Y en cada uno de ellos estaba la mujer del edificio… Conversé con ella… Me enteré por ella misma que tendría mas de 180 años y que a lo largo de su vida se dedicó a soñar o a vivir en los sueños… Mucha gente se le acercaba a escuchar o interpretar sus sueños personales… Y ella les trataba de ayudar… Fue y es un alma generosa… Una tarde en que aun joven salió de casa vio que mucha gente la perseguía para hacerle daño… De pronto escuchó una voz y la siguió… Era un ave blanca que le indicaba por donde escapar… Tuvo que salir de su pueblecillo y viajar a otro lado del mundo… Entro en un barco y llegó a este pueblo… La soledad la asfixiaba, pero los animalillos le llenaban su soledad, hasta que aprendió a escuchar al silencio y a sentir la presencia de la soledad, que era el mismo hacedor de todas las cosas… Desde aquel día sintió que jamás dejaría de estar sin su presencia… Cogió lo poco que tenía y luego de encontrar un pequeño departamento entró y jamás salió de él… Se alimentaba por el alimento que le traían los animalillos y con ellos jugaba y les escuchaba… Cerraba los ojos y soñaba y viajaba por todas partes… La Luna y sus secretos… Marte y su gran pasión por la luz… Y así… Y supo de donde nacían los sueños… Era su hogar y su destino… Y era a través de ella en que conocía y aprendía…
Desperté y sentí que aquel sueño era real… Fui hacia el pueblo y ya, aun de noche, entré hacia aquel lugar aquel viejo edificio azul y luego, hacia aquel pequeño departamento… Toqué su puerta y ésta estaba abierta… La luz de la Luna brillaba y alumbraba el cuarto… Vi una silueta en una esquina… Era ella y estaba cubierta por un velo oscuro, diría que marrón… Me acerqué y noté que estaba rodeada de unos animalillos… Un perro, tres gatos, cinco ratas gordas y de cola bastante larga, y una ruma de ramas y restos de alimento… Me acerqué y pude ver que del fondo de aquel velo que cubría su cuerpecillo entero, relucía una nariz aguileña, como si fuera un pedazo de fino hueso… Y en medio brillaban dos puntos dorados que eran sus ojos… Sentí su mirada que traspasaba mi pensamiento y sentí que me reconocía, como si fuera mi hermana… El perro se levantó y me acercó un trozo de carne… Lo cogí y traté de comerlo… La verdad es que no sabía qué hacía allí… Quizás jamás había despertado y aun soñaba, pero no, esto era real… Le pregunté el porqué sigue así… No respondió… Era obvio que no tenía adónde ir… Quise invitarla a mi casa, pero me pareció una locura… Quien sabe si la tocaba se deshacía… Como estaba sentada en el suelo en posición de loto, pensé que midiera no mas de un metro y medio… Todo el departamento que era un solo cuarto con sus espacios, tenía un brillo escarlata como si todo estuviera vivo… Y entendí el porqué no se movía de allí… Me despedí con un saludo y de pronto tuve una visión… Veía que muy pronto el edificio sería destruido y que ella descansaría muy pronto… Se iría con el gran hacedor… Bajé las escaleras y ya afuera miré de nuevo la ventana que aún brillaba… Y la sombra de la anciana se hacía grande hasta verla salir de aquel edificio como si viviera en el mundo de las sombras… Sonreí de aquella visión y sentí que era feliz… Subí a mi auto y no paré hasta llegar a mi hogar…
Al día siguiente fui directo a mi centro laboral y cuando terminé partí hacia mi pueblo… Y vi que el edificio había sido demolido… Me puse a observarlo muy de cerca y pude notar una sotana de color marrón… La cogí... Olía a rosas… La puse en mi auto y partí…
Desde aquella vez no he dejado de soñar con la anciana… Pero no la veo como una anciana sino como una niña de doce años… Muy feliz y siempre jugando y diciéndome que nunca olvide que nací para ser feliz…

Texto agregado el 26-03-2018, y leído por 54 visitantes. (1 voto)


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