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Inicio / Cuenteros Locales / ofoperez / carta a mi padre 2da parte

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Me cambiaron de vida sin importarles que pensaba yo y querían que siguiera como si nada. Eso significo volver a vivir contigo, un nuevo suplicio tártaro, por que mi mamá todavía no estaba aquí, ella estaba terminando de organizar unas cosas en Bogotá, entonces tu eras quien ponía las reglas y el claustro fue una de las mas severas, salía del colegio y debía irme contigo para el taller, hasta la hora en que lo cerraras, luego ir a casa y de hay no salir a la calle sino a comprar lo del desayuno, de resto encerrado sin hacer nada, es aún así sin ver ni siquiera televisión por que a mi me aburre ver fútbol todo el día, era mejor practicarlo, pero con quien si no conocía ni a mis vecinos. Al llegar mi mamá de Bogotá las cosas cambiaron un poco, ella uno que otro día me dejaba salir sin que te dieras cuenta, para ir a jugar fútbol o a los ensayos de teatro, pero cuando te dabas cuenta, no solo yo sufría las consecuencias, sino ella también, te enojabas y dejabas de hablarle y a los quince o veinte días como si nada volvías a saludarnos, nos perdonabas como si fuera la gracia divina, te cuestionaste que tanto llego a importarnos eso con el tiempo? Nada, correctamente, nada y sabes porque? Por que cambie mi forma de ver la vida, si te enojabas ya no era cosa mía, era cosa tuya eras tu quien se perdía todo no yo, dejaste de ser mi papá para ser ese señor que vive hay, como vivir con el arrendatario y no importar lo que pase con el, nuestra relación se limito al mero saludo, te rehuía, no me gustaba encontrarme contigo, me incomodaba el tener que cruzar palabras, ya que no había nada que decir o no existía nada que tu preguntaras que no sonara a desconfianza. Recuerdo el día que me echaste de tu casa, por que tenia novia y me la pasaba mucho tiempo en su casa, me criticaste tanto el no estar en casa, que te respondí lo que pensaba “para que estar en una casa donde uno ni siquiera esta a gusto” recuerdo que me diste un puño en el estomago y me dijiste que me fuera, arregle mis maletas y me fui a dormir al taller con mi hermano, me di cuenta que ese era un mejor espacio, donde podía ser yo, libre, ahora diez años después, es mejor dormir en el taller que en casa, puesto que en el taller no estas tú que eres mi principal problema. Al terminar el bachillerato, fuiste a mi grado y aunque me gradué con todos los honores imaginados, me seguiste comparando con mis hermanos y aún así perdía, no hacía yo nada que te hiciera sentir orgulloso, nada. También recuerdo el día en que en el taller me recriminaste por algo que no era mi culpa, cuando te respondí me insultaste y de igual forma te insulte, me pegaste y cuanto te levante la mano me di cuenta que te había perdido no solo el respeto sino el miedo, comprendí muchas cosas, entre esas, que a pesar de todo eres mi padre, que no podría faltarte al respeto así tu hubieras acabado con parte de mi vida, así que empecé a “llevar la fiesta en paz” nada me interesaba, hacía las cosas por salir del paso, me preocupe por la universidad, por el teatro y deje la casa de lado. Todo fue bien, hasta que no hubo plata para seguir la universidad, deje de estudiar un año y decidí trabajar, para estudiar lo qué de verdad quería y no seguir en lo que me habían impuesto, un día cuando llegue a casa, me di cuenta que en el fondo si me querías, por que ese solo instante, compenso en parte los muchos años de dolor que me hiciste vivir, jamás te había visto llorar, nunca habías mostrado el menor indicio de sentímentalidad, pero, cuando te sentiste solo, lloraste y te vi llorar por que no habías podido pagarme la universidad, por que te sentías fracasado como padre al no darme el mismo estudio que le habías dado a mis hermanos y así tu nunca te hubieras dado cuenta que te vi llorar por eso, desde ese mismo día, cambio mi percepción hacia ti, te vi con nuevos ojos y te perdone. Hoy te lo digo con toda sinceridad, creo que ese muro que había entre los dos, poco a poco se hizo mas pequeño y me di cuenta que yo también era culpable de la distancia entre nosotros.

Texto agregado el 26-01-2005, y leído por 369 visitantes. (0 votos)


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